Todas las entradas de: JOSE A. SANCHEZ

Brecht y el expresionismo (1992)

Reconstrucción de un diálogo revolucionario.

En esta obra se propone un estudio comparativo de la estética, la dramaturgia y la puesta en escena del joven Brecht y la de los autores y directores del expresionismo alemán. A la revolución del “yo” expresionista, Brecht respondió con un vitalismo materialista, a la disolución dramatúrgica con la introducción de procedimientos narrativos y a la musicalización y abstracción de la escena, con una concreción y literarización propias de su ideología materialista. La formación de Brecht en diálogo con el expresionismo le condujo a la formulación de una dramaturgia revolucionaria en el modelo de las piezas didácticas. En ellas, más que en sus anti-óperas y sus dramas épicos, se plasmó su voluntad por intervenir desde el teatro en la transformación de la sociedad justificada en el materialismo dialéctico.

Publicado por UCLM, Cuenca, 1992

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Apuntes preparatorios: Textos inéditos: esbozos, ideas, anotaciones durante el proceso de investigación.

 

Los restos de la ilusión. El (gran) teatro kleeiano (1992)

La vida como espectáculo que el pintor cuidadosamente recoge en las páginas de diario. Lo más doloroso, filtrado por la ironía del escriba, se convierte en objeto de de placer estético. Lo más ridículo, tratado con la humildad de quien reconoce su propia precariedad, conduce a la reflexión dolorosa. El arte kleeiano es un arte sabio: su sabiduría radica en el reconocimiento de los límites, pero también en la conciencia de que la insuperabilidad de tales límites reside en nuestra incapacidad de inventar otros nuevos y contenernos en ellos. La práctica del formato reducido, la  utilización de soportes pobres son parte de un intento por constreñir la creación a otras pautas, por traducir a otros procedimientos la creación, buscando en el momento mismo de la traducción las huellas de lo otro.

Publicado en  Arc Voltaic nº 19 (1992/I), Barcelona, pags. 31-32.

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El cojo

Revisión libre de la tragedia Hinkemann, de Ernst Toller

Dramaturgia y dirección: José A. Sánchez

Aula de Teatro de la Universidad de Murcia (1989-90)

¿por qué no reís?, seguid riendo. igual que la mujer ha reído. ¿queréis oírme cantar? ¿queréis escuchar la voz de un eunuco? ¡estúpidos! qué sabéis vosotros del dolor, lloráis con las imágenes, reís ante las desgracias, pronunciáis bellas palabras, palabras para hombres santos. hay hombres a quienes ninguna sociedad, ninguna ley ni comunidad ni familiar hará nunca felices, a su infierno no llegan las imágenes, contra su corazón se funden vuestras palabras. ahí está el hombre solo, ahí se abre el abismo del sin-consuelo, ahí se eleva la novedad de la desesperanza, ahí se extiende el bosque del escarnio, ahí rompe el mar de la ridiculez, ahí ahoga la oscuridad del sin-amor. ¿quién está dispuesto a darles su ayuda?

Actores: Mariano Esparza, Consuelo Pérez, Pedro García, Aurora García, Juan Herrera, Joaquín Medina, Gloria Moreno, Carmen Navarro, Fini Oliva, Bartolo Peñalver, Mai Carmen Roca, Ángel Salcedo.

Espacio escénico: Ignacio Oliva. Diseño de vestuario: María González. Música: Luis Muñoz. Coreografía: Fina Tomás. Colaboración dramaturgia: Carlos Campoy, Jesús Galera, Joaquín Medina. Dirección del coro: Pepa Astillero. Ayudantes de dirección: Jesús Galera y Joaquín Medina.

Regidor: Jesús Galera.Talleres: Pepa Astillero (voz y movimiento), Laura Murcia (danza), Juan Mario Moreno (técnica vocal). Maquillajes: Mai Molina. Administración: Inmaculada Abenza. Distribución: Teresa Bandín y Fulgencio Martínez. Cartel y programa: Ignacio Oliva. Vídeo: Manuel Poves. Estudio de sonido: Salvi.

Programa de mano: anverso

Programa de mano: reverso

Texto

Ulises y el silencio de las sirenas (1988)

Escrito en colaboración con Carlos Conchillo.
Sobre dos cuentos de F. Kafka y B. Brecht.

 

¡Así soy yo, alegráos! Feo, sinvergüenza, recién salido del cascarón (con fárfara excrementos y sangre, por supuesto). B. Brecht.

Apenas si tengo algo en común conmigo mismo y debería meterme en un rincón, en completo silencio, contento de poder respirar. F. Kafka.

 

En 1924, Bertolt Brecht tenía dos hijos y tres mujeres, había escrito obras con el propósito de conseguir éxitos fáciles, ganar dinero o subsanar la deficiencia de los clásicos. Después de haber aprendido de Valentin el oficio de farsante, no le cabe duda de su capacidad para conquistar la capital del Reich con la facilidad y rápidos beneficios (económicos y amorosos) que al genio le corresponden. Franz Kafka ha llegado a Berlín hace apenas unos meses acompañado de Dora Diamant y procedente de Praga, ciudad que ha sido testigo de cuarenta años de construcciones solitarias. Ese mismo año, obligado por la tuberculosis a volver nuevamente a casa de sus padres, confía en su testamento a Max Brod la destrucción de todos sus escritos y la prohibición de nuevas ediciones de la mayor parte de lo publicado en vida.

 

Publicado en La balsa de la Medusa, Madrid, 1988, pp. 50-61.

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1988. Ulises y el silencio de las sirenas

 

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Teatro Universitario

Teatro Universitario de Murcia (1982-87)

Versión dramática de El caballero inexistente, de Italo Calvino. (1982). No realizada. Descargar texto

Dramaturgia y dirección de Ubú rey, de Alfred Jarry, producido por el T.U.M. (Teatro Universitario de Murcia). Primer premio en el Certamen de teatro de Albox. 1984

Dirección de La Gatomaquia, de Lope de Vega. T.U.M. Festival Internacional de Teatro Universitario de Nantes, Universidades de Bilbao y Toulousse. 1985.

Dramaturgia y dirección de El Puente, basado en textos de Rayuela, de Julio Cortázar. T.U.M. Antiguo Garaje Villar, 1986.

Dramaturgia y dirección de La excepción y la regla, de B. Brecht. T.U.M.. Representaciones en las universidades de Murcia, Oviedo, Cantabria, Málaga. Encuentro de teatro contemporáneo juvenil de Mérida. 1987.

Aula de teatro de la Universidad de Murcia (1989-90)

Texto y dirección de El cojo, espectáculo experimental basado en la tragedia de Ernst Toller Hinkemann, producido por el Aula de Teatro de la Universidad de Murcia. Estreno en el teatro Guerra de Lorca. Representaciones en el Festival Internacional del Teatro Universitario de Besançon y en las Universidades del País Vasco (Eibar y Lejona), Cantabria y Murcia. 1990

La excepción y la regla (1987)

de Berltolt Brecht

T.U.M.

Dirección, dramaturgia y espacio escénico: José A. Sánchez

Música: Carlos Campoy

Intérpretes: Mariano Esparza, Jesús Galera, Leandro Jumilla, Gonzalo Séiquer, Raúl Martínez, Ángel Salcedo, Carmen Meléndez, Rafael Sandoval, Manuel Poves.

Técnicos: Fina Casas, Hilario Martínez, Consuelo Pérez.

Atrezzo: Jesús Galera y Leandro Jumilla. Vestuario: Carmen Beléndez. Carpintería: Ángel Martínez. Acabado: Ángel Iglesias. Máscaras: José Luis Gómez. Realización de máscaras: Ángel Salcedo. Maquillaje: Carmen Bernal. Fotografía: Manuel Poves / Pedreño.

Músicos: Roberto Martínez, Fernando Rubio, Antonio Fidel, Miguel Manzanera. Grabación: Jesús Juarez / Electrónica 2000.

Director técnico: Pedro Copete. Producción: Gonzalo Séiquer. Ayudante de dramaturgia: Carmen Meléndez.

Programa de mano del estreno

Vídeo e imágenes

El problema de la abstracción en el pensamiento plástico de Paul Klee (1986)

El arte no repite las cosas visibles, sino que hace visible. La esencia del la gráfica induce a menudo con justeza a la abstracción. […] Cuando más puro el trabajo gráfico, es decir cuanto mayor la importancia atribuida a los elementos formales sobre los que se basa la representación gráfica, más defectuosa la disposición a representar realistamente los objetos visibles.[1]

 

Si en la “Confesión creativa” (1920) Paul Klee describe el camino que conduce a la abstracción como fruto de una “edificación”, de un desarrollo constructivo (afirmativo) de las posibilidades formales, en los Diarios (1898-1918) nos habla de una vía paralela, que tiene que ver con la experiencia de un caos, socialmente no asimilado, que históricamente conduce a la guerra en cuanto confirmación empírica de una destrucción que Klee —y muchos otros— ya habían superado. “Se abandona la región de este lado y se edifica a cambio un paso hacia la otra, que puede ser una total afirmación. Abstracción. (…) Cuanto más terrible este mundo (corno por ejemplo hoy), tanto más abstracto el arte.” [2]

En 1908, W. Worringer publica Abstraktion und Einfühlung, obra que conoció una amplia difusión y que fue utilizada por los artistas (especialmente por el círculo de Kandinsky) como confirmación teórica de sus desarrollos formales. La tesis de Worringer es simple, y fácilmente reconocible en la anterior de Klee: “Cuanto menos familiarizada está la humanidad, en virtud de una comprensión intelectual, con el fenómeno del mundo exterior, cuanto menos íntima es la relación con éste, tanto más poderoso es el ímpetu con que aspira a aquella suprema belleza abstracta”[3].

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El puente (1986)

Adaptación escénica de varios capítulos de Rayuela, de Julio Cortázar.

Un proyecto realizado con el Teatro Universitario de Murcia.

Nos planteamos este trabajo como un ejercicio en toas las dimensiones de la creación teatral. Somos conscientes de la dificultad que implica poner en escena cualquier fragmento del mundo cortazariano, tanto más cuanto lo que surgió como un juego se ha ido convirtiendo poco a poco en un complejo entramado en el que se pretenden recoger algunos de los textos y situaciones que como lectores más nos han impresionado de Rayuela. No se trata de ofrecer una versión escénica de esta obra en sí misma inabarcable: tanto el lenguaje como los personajes como la fuerte carga cultural que todo lo impregna han sido víctimas de un proceso de acercamiento y apropiación que tal vez a los enamorados de la novela pueda parecer en exceso violento o empobrecido. Hemos procurado, eso sí, mantener vivo aquello que anima la creación: el budismo de los lenguajes, la impureza de los valores, los pequeños huecos icónica que muestran el destello de un centro imposible, los recorridos inútiles, la apertura inevitable. Que el resultado sea fiel a este empeño y que, por otra parte, pueda ser o no considerado un espectáculo teatral es algo que no nos corresponde decir y que, en cualquier caso, no nos importa demasiado, en la seguridad de haber realizado este ejercicio con el máximo esfuerzo y la mayor seriedad, animados por la vitalidad indestructible de se genio impuro que fue Julio Cortázar, a quien queremos, desde la más profunda admiración a su talento y a su persona, dedicar modestamente nuestro trabajo como homenaje.

José A. Sánchez

Actores: Mariano Esparza, Elena Octavia, Leandro Jumilla, Fini Oliva, Mª Carmen Hernández, José Luis Martínez, Pepa Robles, Ana Olivares, Santiago Córdoba, Pedro Copete, Pedro Delicado, Manoli Martínez, Consuelo Pérez. Voz en off: Paco Cánovas.

Fotografía: María Manzanera y Manuel Poves. Escenografía: Mª Carmen Rodríguez y Mariano Esparza. Producción: Elena Octavia. Dramaturgia: Mariano Esparza, Carlos Campoy, José A. Sánchez. Dirección: José A. Sánchez

Imágenes y programa

El diálogo de las categorías. Aproximación a la estética de la Ilustración

Trabajo realizado para la asignatura de historia de la filosofía moderna, impartida por Eduardo Bello. Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Murcia. Junio, 1985

La historia de la estética ilustrada se puede contemplar como el progresivo desarrollo de un diálogo a lo largo del cual las diversas categorías se van definiendo en su superficie al mismo tiempo que confundiéndose en sus raíces. La lucha entre la estética racionalista y la intuitivista se resuelve en Diderot en el diálogo de los dos primitivos, el grecolatino (neoclásico) y el salvaje (romántico). El agotamiento del diálogo hace que por debajo de las voces cada vez más apagadas de sus interlocutores comience a resonar la voz de una nueva sensibilidad, que es a su vez final y principio. La superación de un diálogo que no llega a conclusión alguna tiene dos alternativas: la construcción (Lessing) o la disolución (Rousseau). Pero antes de que la nueva sensibilidad se desborde, la crítica kantiana clausurará el diálogo no mediante el cierre de ningún acuerdo, sino mediante el aislamiento de los interlocutores. El diálogo se cierra, en tanto que sus figuras se perpetúan en la escisión. La escisión deja planteado a la estética el problema de su papel en el proceso emancipatorio. 

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