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Programación de artes en vivo para las duodécima Bienal de La Habana

Programa desarrollado en colaboración con Jorge Fernández, director de la Bienal.

Del 1 al 9 de junio de 2015

Presentación de Publicación Sonora LEVE # 3, 2015, por Esperanza Collado y Rafael Martínez del Pozo (Asociación artística LEVE España). Fábrica de arte cubano. 1 de junio. 18.00 h.

Proyección del monográfico de Laida Lertxundi. Muestra de cine experimental. Curadora Esperanza Collado. Multicine Infanta. 2 de junio. 16.00 h.

Presentación de  El caso del espectador, de María Jerez.. Teatro El Ciervo Encantado. 2 de junio. 20.30.

Presentación de la película  The Movie, de María Jerez y  coloquio con la artista. Multicine Infanta. 3 de junio.  17.00.

Proyección de The Movie, de María Jerez, 2008 (55 min) y concierto de Rafael Martínez del Pozo. 4 de junio. Embajada de España. 4 de junio. 17.00 h.

Presentación de The Croquis reloaded,  de Cuqui Jerez interpretado por Ismeni Espejel. Teatro El Ciervo Encantado. 3 y 4 de junio. 20.30

Proyección de Mariachi 17 (25 min), de La Ribot, y panel moderado por José Antonio Sánchez con la participación de María Jerez, Cuqui Jerez y Esperanza Collado. Tema: la confluencia de cine y danza. Embajada de España. 5 de junio. 17.00 h.

Conferencia Dispositivos escénicos , de José A. Sánchez. 5 de junio. Museo Wilfredo Lam.

Performance We only guarantee the dinosaurs, de Esperanza Collado. Colaborador: Rafael del Pozo . Teatro El Ciervo Encantado. 6 de junio. 20.30 h.

Más distinguidas, de La Ribot. Interpretación de Ruth Childs. Teatro El Ciervo Encantado. 7 y 8 de junio. 20.30

Converatorio con La Ribot y presentación de Mariachi 17. Multicine Infanta. 9 de junio. 17.00

Reposición de The Movie, de María Jerez. Multicine Infanta. 15 de junio. 17.00 h.

Reposición del monográfico de Laida Lertxundi. Muestra de cine experimental. Curadora Esperanza Collado. Multicine Infanta. 17 de junio. 17.00 h.

Reposición de Mariachi 17, de La Ribot. Multicine Infanta. 19 de junio. 17.00 h.

Noticias relacionadas:

Arte Informado

Voces de Cuenca

 

Teoría y crítica de las prácticas performativas (2009-2011)

Ciclo de conferencias en el Museo Reina Sofía en colaboración con el Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual.

 

El objetivo de estos ciclos es pensar las prácticas escénicas y performativasen el contexto de la cultura contemporánea, con especial atención a su relación con las artes visuales y los discursos que dialogan con las artes.

2010-11. Repensar el espectador. Invitados: Anna Vujanovic, Reinaldo Laddaga, Bojana Kunst, Ric Allsopp, Erika Fischer-Lichte, Màrte Spànberg. Coordinado por Victoria Pérez Royo

2009-10. Arte / Tiempo. Invitados: Rudi Laermans, Gurur Ertem, André Lepecki, Hans-Thies Lehman, Adrian Heathfield, Tehching Hsieh, Peter Pal Pelbart, Christophe Kihm. Coordinado por José A. Sánchez

Seminario Internacional de Nuevas Dramaturgias (2009)

Podemos entender la práctica dramatúrgica como un ejercicio de interrogación y composición que tradicionalmente ha mediado la difícil relación entre escritura y acción física. El teatro fue el lugar donde institucionalmente tal práctica tuvo un mayor desarrollo. Sin embargo, en los últimos años ha proliferado la utilización del término no sólo en relación a la danza o el cine (dramaturgias del movimiento o de las imágenes), sino también en relación a otros ámbitos más alejados de lo teatral, como el espacio arquitectónico, el espacio urbano o el espacio social. 

Esta expansión conceptual ha sido paralela a la redefinición del término original en su relación con lo escénico. Por otra parte, la expansión de lo performatividad como modelo de organización social alternativo o complementario al de la teatralidad, y el desplazamiento de los medios de comunicación  hacia lo inmaterial y lo virtual han contribuido igualmente a la transformación del concepto y de las prácticas dramatúrgicas. “Narración”, “montaje”, “construcción”, “articulación”, “agregación”, “flujo”, “tejido”, “red”… son procedimientos de composición dramatúrgica aplicables a una heterogeneidad de materiales sensibles o abstractos. No obstante, la escritura, en cuanto concepto y en cuanto práctica, sigue cumpliendo una función incuestionable en el ejercicio dramatúrgico. ¿Cómo se relaciona la escritura verbal con la acción corporal? ¿Cómo se aborda la traducción y la superposición de los códigos? ¿Cómo afrontar el enmascaramiento de lo escrito en lo verbal? ¿Cómo superar la condena a la clausura implícita en el concepto mismo de dramaturgia tanto en el espacio escénico como en el espacio social? Estas son algunas preguntas que funcionarán como estímulos para la discusión en unas jornadas durante las cuales se alternarán conferencias, diálogos, encuentros, presentaciones audiovisuales y escénicas, acciones y debates.

Participantes: Adrian Heathfield, Helgard Haug (Rimini Protokoll), Roger Bernat, André Lepecki, Juan Domínguez, Bonnie Marranca, Daniela Nicolo, Enrico Casagrande, Raimund Hoghe, Manuel Delgado, Sara Serrano, Pablo Fidalgo, Pablo Ley, Oscar Cornago, Angélica Liddell, Mario Bellatin, José A. Sánchez.

 

 

 

La mirada y el tiempo (2009)

Arquitecturas de la mirada, 2009

 «La concepción autoral de la práctica coreográfica condujo inevitablemente a una reflexión sobre la posición del sujeto en el dispositivo escénico. De ella derivó en un primer momento un rechazo de lo espectacular, es decir, de la puesta del cuerpo al servicio de la imagen en beneficio de un cuerpo discursivo. En las propuestas de numerosos coreógrafos a partir de los años sesenta, el cuerpo que actúa para crear imágenes fue sustituido por el cuerpo que escribe y, paralelamente, el espectador fue reemplazado por un lector. Sin embargo, este desplazamiento no dejaba de ser una abstracción teórica, pues la imagen es inalienable del cuerpo y, por otra parte, cualquier imagen (y nuevamente con más eficacia en los tiempos actuales) es al mismo tiempo signo. El conflicto cuerpo-imagen se reveló muy pronto no como un antagonismo dialéctico, sino más bien como una tensión productiva en el interior de la producción coreográfica.»

Leer versión breve en Lecturas de danza y coreografía

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Vivencias literarias del cine y el teatro (2009)

Hou Hsiao Haien. Good men good women

Asistimos al teatro o al cine en busca de los otros, en busca de la vida de los otros, o al menos de sus imaginaciones, sus invenciones constructivas, incluso sus restos. Asistimos al teatro o al cine por razones similares a las que nos animan a leer una novela, con el aliciente de disfrutar no sólo de las palabras, sino también de las imágenes, de los cuerpos y hasta de las presencias. […] El espectador patológico va al cine o al teatro en busca del otro aun sabiendo que el otro que se le muestra en escena o en pantalla es un ser falso. El espectador comparte con el lector la capacidad del autoengaño, la capacidad de suspender temporalmente la conciencia de la realidad para dejarse afectar por la acción, el deseo, el pensamiento o el dolor de quien se le muestra  o de quien le habla oculto bajo las formas de la escena o la palabra. […]

En este ensayo se analizan las vivencias y patologías del espectador/lector tal como es representado en diversas obras literarias y cinematográficas: Madame Bovary (Flaubert), Hay quien prefiere las ortigas (Tanizaki), Silvie y Aurèlie(Nerval), La vida es sueño (Calderón), Don Quijote (Cervantes), El desaparecido (Kafka), Close up (Kiarostami), Hombres buenos, mujeres buenas(Hou Hsiao-hsien), La vida de los otros (Florian Henckel), En busca del tiempo perdido (Proust), Wilhelm Meister (Goethe) y otros textos de D. Diderot, B. Brecht e I. Calvino, entre otros.

Publicado en Querido Público. El espectador ante la participación: jugadores, usuarios, prosumers y fans,  edición de Ignasi Duarte y Roger Bernat, CENDEAC-Centro Párraga-Eléctrica Producciones, Murcia, 2009, pp. 149-172

Descargar texto: 2009. Vivencias literarias del cine y el teatro

Habla tú. Narrativas del espectador en el cine brasileño (2008)

La rápida implantación de la tecnología digital ha permitido en los últimos años una transformación del concepto y de la inscripción social del cine documental en el ámbito de los discursos contemporáneos. En Brasil, el auge de los nuevos modos documentales se apoya en una rica tradición que apostó por la “participación” (artes visuales, teatro, cine, política) y da lugar a propuestas narrativas que no crean ni registran, sino que proponen una nueva realidad construida en el diálogo, la relación o la actuación de quienes en muchos casos han sido hasta ahora concebidos como meros espectadores. Recuperando algunos modelos del “cinema novo”, se estudiará el desarrollo de estas narrativas en obras recientes y el tránsito de las mismas del documental a la ficción y a la videocreación.

Ponencia presentada en el I Simposio de Cine Iberoamericano, organizado por las Universidades de Harvard, Complutense de Madrid y Castilla-La Mancha. Cuenca, 27 de noviembre de 2008.

Descargar texto completo: Habla tú

La libertad y las delicias (2008)

Cuando los fundadores de Legaleón aprendieron las técnicas de los bufones del Rey hace ya más de veinte años, no podían imaginar la vigencia que cobraría en el siglo XXI el arte de la bufonería. Su retorno tiene que ver con la visibilidad cada vez más obscena de modos de opresión del individuo contra los que el bufón visceralmente se rebela. La necesidad imperiosa de reinventar mecanismos de protección de la libertad individual anima a recorrer el único camino que permite discurrir honestamente sobre la libertad de todos. A Voltaire, descendiente ilustrado de los bufones barrocos, el camino le condujo a Ginebra, donde, citándose a sí mismo, exclamó: “¡Oh qué feliz siglo este siglo de hierro!”. Y es que la libertad, como hace doscientos cincuenta años, sigue siendo accesible a los individuos dispuestos a dar un paso al lado (aunque ese paso, en ocasiones, obligue a saltar un par de fronteras). Con humor incombustible, y con una razón cada vez mayor pero amasada por los rebeldes sesenta, L’Alakran practica la indisciplina de los bufones e invita infatigablemente al espectador a sumarse a ese anarquismo cálido que desde la escena (o desde la sala) defienden.

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Conferencia pronunciada en el Festival BAD, Bilborock, Bilbao, 22 de octubre de 2008

 

Moviendo fijamente la mirada (2007)

Sobre Treintaycuatropiècesdistinguées&onestriptease, de La Ribot.

El texto propone comprender la pieza como un ejercicio de fijación de la mirada del espectador ideal por parte de la autora de las piezas y ahora realizadora de la película. El texto reflexiona sobre el modo en que la danza se convierte en cine: la transformación del concepto de duración, la búsqueda de la mirada parcial, el trabajo con el movimiento y la inmovilidad, la presencia del humor en el proceso mismo de montaje y el recurso a la práctica del bricolador como medio de introducir la fisicidad en el soporte digital.

Publicado en el DVD de la película. Ver la web de La Ribot

>> Cairon 11. Cuerpo y cinematografía

Descargar texto en español: Moviendo fijamente la mirada

Descargar texto en francés: Le mouvement figé du regard

Descargar texto en inglés: The Gaze fixedly in motion

La escena futura (2007)

La escena del futuro es en lo esencial la escena del pasado, del mismo modo que son en lo esencial lo mismo la pintura o la poesía, medios todos ellos aparentemente arcaicos en la época de la realidad virtual, la comunicación telemática, las migraciones masivas y el cambio climático. Son en lo esencial lo mismo aunque de cada uno de estos medios de expresión hayan derivado multitud de formatos y dispositivos de comunicación y creación que difícilmente cabría categorizar como “pintura”, “poesía” o “teatro”. Ahora bien ¿qué es lo esencial y que es lo accesorio? ¿Qué es lo que permanece y sigue teniendo sentido y qué es aquello que se transforma y que, por tanto, puede lastrar la efectividad de la comunicación?

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La vida de los otros

Comentario a la película de Florian Henckel von Donnersmarck

El capitán Gerd Wiesler recibe la misión de vigilar al dramaturgo Georg Dreyman, sospechoso de ser crítico al régimen. Las sospechas surgen durante una representación teatral de una de sus obras, interpretada por su mujer Christa-Maria Sieland. Tras la representación, el autor confiesa al Ministro que habría preferido ver su obra dirigida por un amigo a quien actualmente se le prohíbe trabajar por figurar en una lista negra de enemigos del régimen. Su sinceridad provoca las sospechas del ministro. Son sospechas infundadas, como se comprobará más tarde. Pero la vigilancia de Wiesler y la intervención del ministro, que chantajea a su mujer para que se acueste por él, acabarán conduciendo a Dreyman a aliarse con los críticos y escribir finalmente un artículo corrosivo, publicado en Der Spiegel, después del suicidio del director incluido en la lista negra.

Además de mostrar con una frialdad y estilización espeluznantes el funcionamiento de la Stasi y la crueldad del régimen totalitario alemán, lo más interesante de la película es esa relación afectiva que se establece entre el vigilante y los vigilados, paralela a la que se produce entre el autor, los actores y los espectadores de una obra de teatro.

A diferencia de éstos, los vigilados no son conscientes de serlo, lo cual convierte su vida en un teatro de lo real. Por ser real, el guión puede verse afectado por la vigilancia de una forma efectiva. Pero también el vigilante. De ahí que, conmovido por la vida verdadera de los otros, tan distinta al sucedáneo de vida que él mismo lleva, Wiesler decida falsear sus informes, ocultar datos relevantes y ayudar intencionalmente a Dreyman una vez éste decide colaborar con Occidente. Es decir, el espectador Wiesler decide actuar. La vida de Wiesler es la de un burócrata, un personaje recto, perfeccionista, que ha reducido su vida a una formalidad: hasta su deseo sexual debe ser satisfecho en el horario reglamentado por la prostituta que les asigna la Stasi. Su soledad, su incapacidad creativa, su nula imaginación le llevan a actuar.

Su decisión se produce tras el encuentro con Christa Maria Sieland: la convence de que no acuda a la cita con el ministro. Es un consejo que salva la relación de pareja, pero que al mismo tiempo precipita el desenlace. El ministro da la orden de que se la arreste por consumir drogas prohibidas (que le receta su dentista): efectivamente es arrestada, y más tarde delatará a su marido para volver a los escenarios; acabará suicidándose durante el registro. El suicidio no era necesario, pues Wiesler ya había escondido la máquina de escribir objeto del mismo, pero eso ella no lo podía saber.

El cruce de la línea se produce cuando Wiesler descubre la humanidad en las personas a las que vigila, cuando éstas dejan de ser objetos, dejan de ser materiales que aportan datos para su informe. Pero también es consecuencia de su admiración por Christa. Ella es una actriz que actúa para él; su actuación se está resintiendo de un mal guión, del guión impuesto por el Ministro. Y debe corregirlo. En el fondo, se deja llevar también por la estética.

El espía de la STASI en La vida de los otros es un espectador patológico. Hasta el cruce de líneas, se había comportado como un espectador ejemplar: aquel que delega la responsabilidad sobre el sentido en el sistema, o bien en los otros, aquel que antepone la observación a la acción, la norma a la vida. Su vida era un sucedáneo y creía que la sociedad es un teatro en que la vida de los individuos puede ser condicionada por un libreto o resumida en un registro de sus acciones externas. Paradójicamente, la observación de la vida de una actriz, alguien que trabaja sobre el sentido de la vida de otros, le descubre que algo se le escapa, algo que no puede quedar reducido a palabras, algo que las frías palabras que restituyen su escucha no pueden codificar. Ese algo está asociado a la pasión, también a la fragilidad, pero sobre todo al sentido que los imponderables muestran. El sentido, la verdad de una vida humana individual no reside en la ley, como creía el espía, ni en la humana ni en la divina, sino en la determinación de ser, de amar, de no esconderse más de lo que el instinto de supervivencia exige. Es la observación, el seguimiento de la actriz libre de su máscara escénica lo que le anima a desprenderse también él de la ley, enmascararse entonces como espectador inofensivo, aficionado, un simple espectador de teatro y ya no un espectador profesional, y tratar de intervenir, más como espontáneo que como figurante, en la acción, en una ficción que él ha contribuido a crear y que sostiene. Él se creía actor de una construcción, se creía agente del sostenimiento del sistema: ahora comprende que es también un figurante, un espectador complaciente, espectador de sí mismo que, para evitar la confrontación con su propio vacío, necesitaba justificar su inacción mediante la desgracia de quienes actúan. Sin entrenamiento, lastrado por la oscuridad de su vida real, el actor Wiesler no consigue los efectos deseados: la bondad no le sale tan bien como el seguimiento de las normas, por lo que no conseguirá evitar la muerte de Christa y, por tanto, la ruptura de esa convivencia que despertó su envidia y, al mismo tiempo, su humanidad.

La recompensa a la buena acción le llegará al capitán en forma de dedicatoria impresa sobre la primera página de un libro de Dreyman, publicado después de la unificación alemana. Frente al libro, el capitán vuelve a ser espectador de la acción del otro, de la acción literaria del otro; sin embargo, en el interior de esa acción, él mismo figura como actor. ¿Es la literatura, como el teatro natural, la única salida?

 

José A. Sánchez, 2007

 

>> Ver también Vivencias literarias del cine y del teatro

 

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