El procés en la comprensión escénica de la sentencia del Tribunal Supremo

El procés en la comprensión escénica de la sentencia del Tribunal Supremo
Luis Arroyo Zapatero
Universidad de Castilla-La Mancha y Academia de Ciencias Morales y Políticas de
Francia. Presidente de la Société Internationale de Défense Sociale.
Artículo para la edición especial monográfica de «El Cronista» sobre el procés y la Sentencia del Tribunal Supremo.

Sorprende la pluralidad de opiniones jurídicas sobre la sentencia del Tribunal Supremo en el caso del procés, lo que invita a recurrir a instrumental teórico que suele resultar innecesario en casos comunes, de autor individual, de hecho simples y con resultado inequívoco, que se abordan en los tribunales sin problema ni dificultad. Estamos aquí en el caso contrario: hechos que no son actos aislados sino una concatenación de muchos de ellos, instados por actores múltiples, en muchos casos de órganos colegiados, perfectamente organizados en su concreción y finalidad por la esfera de mando más elevada de la adopción de decisiones: La Genralitat y el Parlament. Leer artículo aquí

El dedo, la luna y el Rey

Luis Arroyo Zapatero
Catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha y correspondiente de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia
El Norte de Castilla, 4 de agosto 2010

Es difícil soportar la sensación cotidiana de que se nos quiere imponer un relato con el fin de que ocupe el entero escenario de nuestra visión del país, cuando precisamente se encuentra en la situación más crítica de nuestra historia democrática. En la esfera nacional la situación es desesperante. Un gobierno sólidamente asentado, aunque con frágil mayoría parlamentaria, aborda la reinvención de nuestro tejido productivo. Si hay comisiones asesoras científicas o profesionales para el diseño del futuro no nos lo hacen saber, aunque el dictamen de los científicos y de los expertos daría mayor legitimidad a las políticas futuras de reconversión industrial, de mejora de la calidad de las infraestructuras turísticas, de sus sistemas de acreditación, de la superación de las energías tradicionales, de la creación de puestos de trabajo en sectores novedosos, por no hablar de la sanidad o de la educación. Tampoco se pueden librar los miembros del gobierno que, sabiendo que no parece posible siquiera el aprobar unos presupuestos generales, se animan a proclamar cambios en la Constitución que requieren ni más ni menos que dos elecciones generales y un referéndum. Por su parte el líder de la oposición se ve entregado a la poco noble tarea de desacreditar al gobierno de España en el momento clave de Bruselas, poniendo palos en la rueda con el entusiasmo propio de los jóvenes irresponsables que se congregan en los botellones. No quieren ver ni el éxito de establecer el ingreso mínimo vital, que sacará a tantos de la miseria, ni la colosal ayuda de Europa… (leer más)

La voz de Manuel Azaña

Discurso en el Ayuntamiento de Barcelona, pronunciado el 18 de julio de 1938. «PAZ, PIEDAD Y PERDÓN»

No es verdad. Pero es obligación moral sobre todo de los que padecen en guerra, cuando se acabe, como nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el mayor bien posible y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que se acordarán, si alguna vez sienten que les hierve la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelva e a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres, que han caído embravecidos en la batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, Piedad y Perdón.

Aprenderemos a valorar más lo que tenemos, la familia, las amistades, todo lo que es importante

Artículo de opinión de Luis Arroyo Zapatero publicado en el diario Lanza.

El futuro tras la grave crisis sanitaria que padecemos por la Covid-19 exigirá una constante acción de prevención frente a las epidemias. No se trata sólo de incrementar los medios en sanidad, sino también la atención de la educación porque “desde la escuela se debe saber lo que hay que hacer para prevenir los contagios. Lo siento mucho por los abrazos, pero por lo menos librémonos del besuqueo (…). Luis Arroyo, rector honorario de la Universidad de Castilla-La Mancha habla en esta entrevista sobre cómo sería la nueva normalidad tras la pandemia y a qué reflexiones nos obliga este período en que la población ha permanecido confinada durante 49 días. “La mayoría de las personas aprenderemos a valorar más lo que tenemos, la familia, las amistades y todo lo que hemos aprendido que es lo importante”. Leer más.

Pope Francis’ Reform of the Catechism

Pope Francis’ Reform of the Catechism. The Death Penalty is Inadmissible for the Catholic Church
Luis Arroyo Zapatero
President of the International Society of Social Defence and Chair of the University of Castilla-La Mancha
7th World Congress against the death penalty. Side Event.
Brussels, 26 March 2019

The first surprise that Pope Francis gave us was that he neither only spoke to Catholics nor only to Christians, but to all people of goodwill. And the first surprise for the jurists was that on the first Holy Thursday of 2013, instead of washing the unsullied feet of twelve cardinals in the Vatican, he went to the juvenile detention centre of Regina Coeli and washed the feet of precisely twelve juvenile inmates, two of whom were women and, to top it all, one of them a Muslim. That was it, in a word.

Pope Francis had already voiced his unqualified opposition to the death penalty in front of criminal lawyers from all over the world and their international scientific organizations in Rome, in 2014. At the same event, he expressed utter rejection of life sentences as a concealed death penalty. In effect, although the catechism drafted in the 1992 edition by John Paul II had broadly rejected the death penalty, it remained as an exception under section 2267 “if this is the only possible way of effectively defending human lives against the unjust aggressor”. A clause that permitted its abusive use in many countries, as happens in the systems that claim exceptions…(read more)

Constitución 40 años: La pacificación de la existencia

Sorprende que la conmemoración de los 40 años de la Constitución se vea rodeada del entusiasmo de las gentes de cierta edad, pero con frialdad en los sectores más jóvenes. Nuestro entusiasmo se asienta en la inmensa satisfacción de haber contribuido a romper la ley de acero de la historia de España desde 1808: una situación de guerra civil recurrente, primero entre afrancesados y nacionalistas, que es lo que fue también la guerra de la independencia, después las sucesivas guerras carlistas y con el trágico final de la guerra civil y la larga dictadura. Pero lo cierto es que lo mismo aconteció en Europa al terminar la II Guerra Mundial, cuando se quiso poner fin a una Europa en guerra civil permanente, principalmente las dos llamadas mundiales y la franco-prusiana en el último tercio del siglo anterior. La receta fue tanto la adopción de los sistemas democráticos, garantizados por la genial innovación de los Tribunales Constitucionales, como trazar un pacto entre los trabajadores y el capital, constituyendo lo que llamamos Estado Social. Además, se propusieron acabar con la disputa por las riquezas naturales, fuente envenenada de todas las guerras, creando la primera comunidad europea, que fue precisamente la del carbón y el acero y luego todo el Mercado Común, que ha llevado a la actual Unión Europea.

En España conocíamos bien las recetas, es decir, la Constitución de un Estado Social y democrático de Derecho y la integración en las instituciones europeas. Todo fue muy bien, pero en Castilla- la Mancha lo deberíamos saber mejor que otros. La Constitución estableció el autogobierno y gracias a él y a su impulso hemos conseguido una sanidad de calidad para todos, 20 veces mejor que la del tiempo de la beneficencia, un sistema educativo valioso que llega hasta el más lejano pueblo y una Universidad que todavía resplandece a pesar de los seis años de severa infra financiación. En infraestructuras el salto es increíble, con el ave y las autopistas comunicando todas las capitales de la Región, frente al “campo a través” tradicional. Pero no todo está cumplido: la gran tubería manchega debe terminarse en sus ramales de abastecimiento final para garantizar el agua de las poblaciones y de la industria en las próximas sequías, que con el cambio climático irán a más, los trasvases deben someterse a la ley y a la sostenibilidad, y no puede haber un aeropuerto gigantesco del que el gobierno no se ocupe políticamente, aunque no lo haga financieramente, más que como lo haría con una gran empresa capaz de crear más de mil empleos a nada que se ponga en funcionamiento.

A su vez la integración en las instituciones europeas nos ha permitido alcanzar una renta agrícola desconocida en nuestra historia, la financiación de las infraestructuras anteriormente mencionadas, la de la educación y la de la Universidad. Pero lo más importante que no podemos olvidar es que la pertenencia a la Unión Europea impidió la quiebra de España, que hubiera supuesto la ruina, con, entre otros efectos, la suspensión de los sueldos de los funcionarios y de las pensiones.

Pero no podemos dejar de lado la profunda crisis económica y social que se produjo desde 2010, que redujo drásticamente el Estado del Bienestar, lanzando al desempleo a centenares de jóvenes, precarizando el existente y creando graves bolsas de pobreza, especialmente entre los desempleados mayores y entre un buen número de familias monomarentales. Ha sido en éste doloroso sistema social en el que nace el desapego de los jóvenes respecto de la Constitución y las instituciones.

Lo fundamental de la Constitución es que, además de consagrar la democracia, supuso la pacificación de la existencia de este país, largo tiempo engolfado en el abuso, en la necesidad y en los conflictos civiles y esto es lo que hay que recuperar, acabando con el desempleo masivo y con la precarización de los empleos y salarios. Esta es la materia que reclama hoy el consenso de entonces y, además, sentido común.

Luis Arroyo Zapatero, Diciembre 2018, Diario La Tribuna