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PL 2019/20

A veces vamos tan rápidos, y ocurre todo tan deprisa, que olvidamos sentarnos y reflexionar sobre lo que ha pasado y se ha conseguido. Otro curso de Procesadores de Lenguajes, empezó y acabó, el 2019/20, el curso que siempre recordaremos en nuestras vidas. Otra generación de estudiantes con los que he tenido la suerte de compartir un periodo de su camino formativo, espero haberles aportado algo, una «pizca» de algo.

La primera vez que me encontré con ellos fue en septiembre del 2019, un grupito de jóvenes con ganas de aprender, sus caras así lo transmitían (aunque siempre hay quien dice que se apuntan por la Gran Fiesta Final y de ahí sus caras). No están todos, pero hay una muestra significativa:

Durante 4 meses aprendimos mucho sobre la asignatura y eso nos permitió hacer cosas muy chulas y por supuesto alcanzar los objetivos que nos planteábamos al comienzo de curso… Entre otras cosas ayudamos al Dr. Doofenshmirtz manchego, que ha ideado un robot de cocina que facilita la labor de la elaboración de menús a las familias «ocupadas» del siglo XXI.

Después de estos meses de trabajo con este grupito, me quedo con 10 gr o una cucharadita de cada uno de ellos en mis recuerdos. Espero que también ellos cuando miren hacia atrás y recuerden su tiempo de universitarios se acuerden de ese profesor que les ayudó en el aprendizaje de la materia de Procesadores de Lenguajes ¡Mucha suerte en vuestro futuro y tened en cuenta lo que habéis aprendido cuando os enfrentéis a problemas reales! Y por supuesto, para despedirnos tuvimos nuestra Gran Fiesta Final…

Formación continua I

Una de las preocupaciones de todo docente debe ser mejorar su desarrollo profesional. Para ello, puede participar en cursos de formación continua de carácter docente o en foros donde pueda conocer experiencias llevadas a cabo por otros docentes, o indagar en nuevas metodologías e inspirarse en las ideas más innovadoras. Todo esto, sin duda alguna, nos permitirá crecer y continuar desarrollándonos como docentes para mejorar nuestro desempeño profesional.

Esta preocupación a mi en particular me ha llevado a formarme y aplicar la metodología aprendizaje basado en proyectos y aprendizaje servicio en la asignatura de Comercio Electrónico, asignatura de cuarto curso del Grado en Ingeniería Informática que se imparte en la Escuela Superior de Informática de la Universidad de Castilla-La Mancha. Estando muy contento con los resultados obtenidos.

Para otra de las asignaturas que imparto, Procesadores de Lenguajes, he optado por una metodología más centrada en el estudiante. Y eso me ha conducido a la clase inversa (o flipped classsroom), con el objetivo de invertir el tiempo en el aula de una forma más eficiente. En este tipo de metodología debemos elaborar y proporcionar elementos de aprendizaje que puedan ser empleados por nuestros estudiantes fuera del aula. El estudiante trabajará con estos elementos antes de asistir a clase y además realizará algún tipo de evaluación previa que permitirá al docente conocer cómo han asimilado los contenidos nuestros estudiantes. Ya en el aula, el profesor dedica los primeros momentos a discutir aquellos aspectos que no han quedado claros y que ha detectado previamente en esa evaluación realizada por los estudiantes. Después, el profesor propone a los estudiantes actividades que permiten aplicar lo aprendido de manera práctica, proporcionándoles apoyo para responder sus dudas y así consolidar su aprendizaje. Se suele cerrar la clase haciendo un resumen de lo aprendido.

Y en esas estaba, estudiando la metodología y las herramientas que permiten diseñar e invertir un curso, cuando, tal y como comentaba en mi anterior entrada, «Demasiado tiempo, demasiadas cosas», en marzo del 2020, el coronavirus llegó a nuestras vidas para quedarse con nosotros, parece que una gran temporada. Trayendo traído consigo muchos cambios en nuestro día a día, y también en la forma en la que desarrollamos nuestra actividad docente. Inicialmente tuvimos que realizar docencia online, final del curso 2019/20, y presencial, al comienzo del 2020/21, pero evitando cualquier tipo de contacto con el estudiante a menos de 1,5 metros.

Desde entonces muchos de los profesores comenzamos a realizar cursos de formación continua de carácter docente para aprender a manejar nuevas herramientas que ponía a nuestra disposición la tecnologías (p.e. MS Teams) y aplicar nuevas metodologías docentes que nos permitieran conseguir nuestro objetivo mejor: la formación de nuestros estudiantes en las competencias, conocimientos y prácticas de nuestras materias.

Uno de los cursos que he realizado es Creación y uso de WordPress y de Twitter. Blogs, páginas web y microblogging en el ámbito educativo, impartido por los profesores Raúl Urbina Fonturbel y Vanesa Delgado Benito de la Universidad de Burgos. Estoy convencido de que estas herramientas pueden ser de utilidad para generar elementos de aprendizaje que se empleen en una clase invertida.

Hasta ahora, yo siempre he utilizado esas herramientas para motivar a los estudiantes. De hecho creo que muchos compañeros lo hacen de la misma forma, en este sentido realicé una encuesta en la que preguntaba a los compañeros del curso cómo veían a Twitter, si como una herramienta motivacional o por el contrario didáctica, y los resultados confirmaron mi hipótesis de partida (¡Ojo! La muestra no es significativa, lo sé).

A raíz de la encuesta, se produjo una conversación muy interesante con Raúl Urbina a través de Twitter, que mostró claramente cómo podría usarse como herramienta didáctica. Estoy convencido de que efectivamente podría usarse como herramienta docente en algunas asignaturas de manera puntual. Además, siempre, y como con cualquier otro elemento de aprendizaje, debería usarse con una estrategia y en busca de algún objetivo concreto. No creo que se sea de utilidad usada de manera masiva e indiscriminada. Hay muchos estudiantes que no tienen cuenta en Twitter, o si la tienen la usan para otros fines (suelen estar ahí para liberarse) o no la leen con regularidad. Por otra parte, las redes sociales en general distraen por lo que hay que tener cuidado de que no sean elementos disruptivos de las actividades de aprendizaje que se pongan en marcha. A nivel del profesor, con varias asignaturas, en varias titulaciones, y con una dimensión también personal, creo que el uso de Twitter como herramienta didáctica nos obligaría a tener varias cuentas. Si ya es entretenido y consume mucho tiempo una…

Sobre los blogs, sin duda alguna son una herramienta de mucha utilidad en su uso para generar y como contenedores de elementos de aprendizaje en la clase invertida. Con los blogs se pueden crear recursos y contenidos educativos llamativos para nuestras materias, sin necesidad de instalar aplicaciones o de tener conocimientos de programación avanzados. De hecho, este es el uso que se le dio en el curso.

También se han empleado para «animar» a los estudiantes a: escribir, sintetizar, relacionar, intercambiar ideas, trabajar en equipo,… creando algo que se puede visualizar de manera inmediata en la web y que queda en ella para siempre. Es decir, se anima a los estudiantes a crear Blogs, que son empleados por los docentes para evaluar sus competencias en los temas que tratan y en cómo lo hacen. El problema principal de este enfoque es la cantidad de Blogs que se generan y se quedan en la web para siempre con la misma o similar información, año tras año.

Resumiendo, creo que ambas herramientas son fáciles de manejar y pueden ser de utilidad en mi propósito de invertir la clase, ahora hay que decidir la estrategia. Mientras tanto los seguiré empleando como herramientas motivacionales.

Demasiado tiempo, demasiadas cosas

No escribía en mi blog desde hace mucho tiempo, demasiado tiempo, y han pasado muchas cosas, demasiadas cosas, que habrían merecido una entrada en mi blog. Mi compromiso era intentar tener una periodicidad de publicación media/alta, sin embargo mi última entrada data del 10 de marzo… ¡Puf! Si miramos para atrás da vertigo.

La pandemia del COVID-19 ha cambiado muchas cosas en muy poco tiempo. Un día después de mi última entrada, el 11 de marzo, el Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, dictó una resolución por la que se adoptaban medidas preventivas y recomendaciones de salud pública relativas a la comunidad universitaria como consecuencia de la situación, evolución y perspectivas del coronavirus (COVID-19) y con respecto a las actividades docente la instrucción fue clara: “La suspensión de toda actividad docente presencial en el ámbito de la Universidad de Castilla-La Mancha, incluyendo las actividades docentes prácticas que se realizan en empresas, organismos e instituciones”. Aquello creo una situación de malestar con el Gobierno Regional que no compartía la decisión tomada en el ámbito universitario por considerarla alarmante, con unas desafortunadas intervenciones del presidente de la región. Mi impresión es que una vez más no tuvimos políticos a la altura. ¡Una pena!

Días más tarde, pocos, el Gobierno español, en un consejo extraordinario celebrado el sábado 14 de marzo de 2020, declaró el estado de alarma, que implicaba una cuarentena nacional. El objetivo era reducir el contagio del virus. La medida entró en vigor a las 00:00 horas del domingo 15 de marzo.

Esta situación nos obligó a confinarnos en nuestras casas y, después de un corto periodo de adaptación, continuar con nuestros quehaceres profesionales desde casa, teletrabajando. De este modo comenzamos a impartir docencia empleando las herramientas que la tecnología ponía a nuestra disposición. El área de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (ATIC) y el Centro de Tecnologías y Contenidos Digitales (C:TED)  de la UCLM reaccionó rápidamente y de manera ejemplar poniendo a disposición del profesorado una gran cantidad de herramientas y plataformas que nos permitían realizar formación online. Aparecieron en nuestras vidas nombres como MS Teams, OBS studio, Openshot video editor,… Eran los nuevos instrumentos que teníamos que manejar para llegar a nuestros estudiantes y lograr nuestro objetivo de formarlos en nuestras materias.

El país, el mundo, mientras tanto se enfrentaba a los momentos más duros, cada día fallecían centenares de personas como consecuencia del coronavirus, el sistema sanitario se colapsaba, los hospitales no podían atender a la cantidad de enfermos que cada día acudían a ellos. Además, tanto hospitales como residencias de mayores sufrían un grave problema de desabastecimiento de equipos de protección individual (EPI), constituyendo un gran riesgo para los profesionales sanitarios y sociosanitarios. Esto causó que muchos de ellos se contagiaran, llegando incluso a costarles la vida.

En este contexto, un grupo de profesores, estudiantes, personal de la Universidad de Castilla-La Mancha incapaces de asumir el rol de meros espectadores de esta situación y siendo conscientes de que podrían hacer algo para ayudar, pusieron a trabajar las impresoras 3D disponibles en laboratorios o domicilios particulares, para fabricar máscaras de protección que serían proporcionados a esos profesionales que luchaban en primera línea contra el virus (profesionales sanitarios, sociosanitarios y fuerzas de seguridad). Se llamaron los Coronavirus Maker UCLM.

En un tiempo record se puso en marcha una web para cubrir las necesidades del movimiento https://impresion3d.uclm.es/. Para ello empleamos los desarrollos que se habían realizado en un Trabajo Fin de Grado que yo había dirigido y realizado Ángel Fernández-Arroyo López-Manzanares pero que tuvo que ser adaptado añadiendo nuevas funcionalidades. Ese fue mi granito de arena en este momento complicado… La web elaborada permitía:

  1. Dar visibilidad al proyecto para atraer makers.
  2. Proporcionar un mecanismo rápido para facilitar la petición de los elementos de protección individual a todos aquellos que los necesitaban.
  3. Permitir la gestión interna por parte de los makers de las solicitudes recibidas.

Se lograron producciones de miles de piezas en apenas tres días, trabajando día y noche, y se llegó a realizar más de 26.000 piezas diferentes, entre mascaras y cintas protectoras, incluyendo también cajas de protección para el proceso de intubación de los pacientes más graves, respondiendo a la demanda del Área de Anestesia y Reanimación del Hospital General Universitario de Ciudad Real. Muchos fueron los beneficiarios del trabajo realizado por los Coronavirus Maker de la UCLM.

El día 1 de octubre, el equipo de Coronavirus Makers recibimos el premio Comunicación al Altruismo, un galardón que concede la Cadena SER en Ciudad Real. Un orgullo haber sido parte del movimiento, allí estuvimos perfectamente representados por Javier Albusac que lideró el movimiento en la UCLM:

https://youtube.com/watch?v=FkRABRIGaIQ