Formación continua I

Una de las preocupaciones de todo docente debe ser mejorar su desarrollo profesional. Para ello, puede participar en cursos de formación continua de carácter docente o en foros donde pueda conocer experiencias llevadas a cabo por otros docentes, o indagar en nuevas metodologías e inspirarse en las ideas más innovadoras. Todo esto, sin duda alguna, nos permitirá crecer y continuar desarrollándonos como docentes para mejorar nuestro desempeño profesional.

Esta preocupación a mi en particular me ha llevado a formarme y aplicar la metodología aprendizaje basado en proyectos y aprendizaje servicio en la asignatura de Comercio Electrónico, asignatura de cuarto curso del Grado en Ingeniería Informática que se imparte en la Escuela Superior de Informática de la Universidad de Castilla-La Mancha. Estando muy contento con los resultados obtenidos.

Para otra de las asignaturas que imparto, Procesadores de Lenguajes, he optado por una metodología más centrada en el estudiante. Y eso me ha conducido a la clase inversa (o flipped classsroom), con el objetivo de invertir el tiempo en el aula de una forma más eficiente. En este tipo de metodología debemos elaborar y proporcionar elementos de aprendizaje que puedan ser empleados por nuestros estudiantes fuera del aula. El estudiante trabajará con estos elementos antes de asistir a clase y además realizará algún tipo de evaluación previa que permitirá al docente conocer cómo han asimilado los contenidos nuestros estudiantes. Ya en el aula, el profesor dedica los primeros momentos a discutir aquellos aspectos que no han quedado claros y que ha detectado previamente en esa evaluación realizada por los estudiantes. Después, el profesor propone a los estudiantes actividades que permiten aplicar lo aprendido de manera práctica, proporcionándoles apoyo para responder sus dudas y así consolidar su aprendizaje. Se suele cerrar la clase haciendo un resumen de lo aprendido.

Y en esas estaba, estudiando la metodología y las herramientas que permiten diseñar e invertir un curso, cuando, tal y como comentaba en mi anterior entrada, «Demasiado tiempo, demasiadas cosas», en marzo del 2020, el coronavirus llegó a nuestras vidas para quedarse con nosotros, parece que una gran temporada. Trayendo traído consigo muchos cambios en nuestro día a día, y también en la forma en la que desarrollamos nuestra actividad docente. Inicialmente tuvimos que realizar docencia online, final del curso 2019/20, y presencial, al comienzo del 2020/21, pero evitando cualquier tipo de contacto con el estudiante a menos de 1,5 metros.

Desde entonces muchos de los profesores comenzamos a realizar cursos de formación continua de carácter docente para aprender a manejar nuevas herramientas que ponía a nuestra disposición la tecnologías (p.e. MS Teams) y aplicar nuevas metodologías docentes que nos permitieran conseguir nuestro objetivo mejor: la formación de nuestros estudiantes en las competencias, conocimientos y prácticas de nuestras materias.

Uno de los cursos que he realizado es Creación y uso de WordPress y de Twitter. Blogs, páginas web y microblogging en el ámbito educativo, impartido por los profesores Raúl Urbina Fonturbel y Vanesa Delgado Benito de la Universidad de Burgos. Estoy convencido de que estas herramientas pueden ser de utilidad para generar elementos de aprendizaje que se empleen en una clase invertida.

Hasta ahora, yo siempre he utilizado esas herramientas para motivar a los estudiantes. De hecho creo que muchos compañeros lo hacen de la misma forma, en este sentido realicé una encuesta en la que preguntaba a los compañeros del curso cómo veían a Twitter, si como una herramienta motivacional o por el contrario didáctica, y los resultados confirmaron mi hipótesis de partida (¡Ojo! La muestra no es significativa, lo sé).

A raíz de la encuesta, se produjo una conversación muy interesante con Raúl Urbina a través de Twitter, que mostró claramente cómo podría usarse como herramienta didáctica. Estoy convencido de que efectivamente podría usarse como herramienta docente en algunas asignaturas de manera puntual. Además, siempre, y como con cualquier otro elemento de aprendizaje, debería usarse con una estrategia y en busca de algún objetivo concreto. No creo que se sea de utilidad usada de manera masiva e indiscriminada. Hay muchos estudiantes que no tienen cuenta en Twitter, o si la tienen la usan para otros fines (suelen estar ahí para liberarse) o no la leen con regularidad. Por otra parte, las redes sociales en general distraen por lo que hay que tener cuidado de que no sean elementos disruptivos de las actividades de aprendizaje que se pongan en marcha. A nivel del profesor, con varias asignaturas, en varias titulaciones, y con una dimensión también personal, creo que el uso de Twitter como herramienta didáctica nos obligaría a tener varias cuentas. Si ya es entretenido y consume mucho tiempo una…

Sobre los blogs, sin duda alguna son una herramienta de mucha utilidad en su uso para generar y como contenedores de elementos de aprendizaje en la clase invertida. Con los blogs se pueden crear recursos y contenidos educativos llamativos para nuestras materias, sin necesidad de instalar aplicaciones o de tener conocimientos de programación avanzados. De hecho, este es el uso que se le dio en el curso.

También se han empleado para «animar» a los estudiantes a: escribir, sintetizar, relacionar, intercambiar ideas, trabajar en equipo,… creando algo que se puede visualizar de manera inmediata en la web y que queda en ella para siempre. Es decir, se anima a los estudiantes a crear Blogs, que son empleados por los docentes para evaluar sus competencias en los temas que tratan y en cómo lo hacen. El problema principal de este enfoque es la cantidad de Blogs que se generan y se quedan en la web para siempre con la misma o similar información, año tras año.

Resumiendo, creo que ambas herramientas son fáciles de manejar y pueden ser de utilidad en mi propósito de invertir la clase, ahora hay que decidir la estrategia. Mientras tanto los seguiré empleando como herramientas motivacionales.