Cambiando el chip

El Curso 2015/16 comencé a aplicar la metodología del aprendizaje basado en proyectos en las dos asignaturas que impartía, Procesadores de Lenguajes y Comercio Electrónico, y como ya he contado en una entrada anterior, con desigual resultado (ver «Un curso muy gratificante«).

La idea principal de dicha metodología es, mediante la elaboración de proyectos que den respuesta a problemas de la vida real, permitir a los alumnos adquirir los conocimientos de una materia y las competencias clave para el desempeño de su profesión en el siglo XXI. Esta metodología se está aplicando cada vez con mayor frecuencia en la última década en España, debido principalmente a sus ventajas sobre el aprendizaje tradicional. Mi opinión al respecto, y tirando de la rica sabiduría española, es que «cada maestrillo tiene su librillo» y que éste depende de la situación y de las características de los alumnos, por tanto no tiene que haber un método mejor que otro. Además, las características propias de cada profesor también tienen una influencia clara sobre el método a seguir. Los métodos tan solo son los andamiajes que permiten llevar a cabo la tarea de la enseñanza y aprendizaje.

Dicho lo cual, se puede afirmar que, aunque cada persona tiene un estilo de aprendizaje diferente, por lo general, los estudiantes del Grado en Ingeniería en Informática se caracterizan por ser concretos, prácticos, resolver problemas siguiendo métodos bien establecidos, y por desarrollar un aprendizaje sensitivo y visual [1,2]. Es decir prefieren los hechos, los datos y la experimentación, y recuerdan mejor lo que ven y hacen. Es por esto, por lo que creo que es más fácil captar su atención y despertar su interés empleando para ello el aprendizaje basado en proyectos cuya solución requiera de la aplicación de los conocimientos de la asignatura [3].

Ha sido concretamente esta creencia la que me ha conducido a cambiar la visión de mi actividad como docente en las dos asignaturas que imparto, principalmente en la de Comercio Electrónico. He cambiado el chip y creo que el aprendizaje en proyectos puede dar muy buenos resultados.

Como neófito de la metodología, al iniciarme en ella, con mucho entusiasmo eso sí, he tenido algunas dudas sobre qué es exactamente, cómo se lleva a cabo, y qué implica. Es por ello, por lo que decidí formarme y me inscribí en el curso Teoría y práctica de la enseñanza basada en casos/proyectos, del Plan de Formación interna de la Universidad de Castilla-La Mancha. En este curso, a parte de fundamentos sobre esta metodología, he podido conocer de primera mano otras experiencias muy interesantes que se están llevando a cabo en la UCLM, dentro de diversos campos: Derecho, Marketing, Ingeniería, Química, Humanidades,…

Sin duda alguna, la participación en el curso me ha dado una visión del aprendizaje basado en proyectos que me permitirá aplicar de una manera más formal la metodología. Y ahora a continuar trabajando en el curso 2016/17.

Referencias

[1] José Manuel Badía, Sergio Barrachina, María Asunción Castaño y Juan Carlos Fernández. ¿Cómo aprenden los estudiantes de informática. En Actas de las XVII Jornadas de Enseñanza Universitaria de Informática, Jenui 2011, pp. 195 – 202, Sevilla, julio 2011.
[2] Richard M. Felder y Linda K. Silverman. Learning and teaching styles in engineering education. Engr. Education, 78(7):674–681, 1988.
[3] Piedad Garrido, Francisco J. Martínez, Carlos T. Calafate, Juan C. Cano y Pietro Manzoni. Adaptación de los métodos de enseñanza a los métodos de aprendizaje de los alumnos. En Actas de las VI Jornadas de Enseñanza Universitaria de la Informática, Jenui 2010, pp. 267—274, Santiago de Compostela, julio 2010.