En el artículo, cuya lectura recomiendo, se habla de la cuarta revolución, de la revolución de la transformación tecnológica, en la que se necesitarán empleados creativos y con una gran formación tecnológica, en detrimento de los empleados habilidosos para las tareas mecánicas. Me llamó la atención los datos que se presentan en la noticia, basado en un análisis realizado por la patronal de empresas tecnológicas Aemetic. Según este análisis se prevé que desde 2013 a 2017 se necesiten en España de 25.000 a 50.000 programadores y desarrolladores; entre 60.000 y 70.000 especialistas en marketing y comunicación; de 15.000 a 45.000 profesionales relacionados con el diseño visual y la creatividad digital y entre 10.000 y 14.000 profesionales relacionados con la estrategia y gestión de negocio. Además se afirma que esta cifra no llegará a cubrirse por falta de trabajadores especializados.
Se afirma que la incorporación de la tecnología a la empresa, dando lugar a nuevos modelos de negocio, está demandado empleos para los que, por ahora, nuestro país no ha logrado crear una buena cantera. Resaltando que esto es un grave problema ya que toda empresa que no se adapte a la revolución tecnológica, inevitablemente desaparecerá, además se pone de manifiesto que el camino a recorrer para lograr la adaptación se antoja largo y plagado de obstáculos.
En este sentido, se indica que es imprescindible «conseguir profesionales preparados para una revolución que ya ha llegado», hay que formar profesionales que lideren o participen en esta adaptación tecnológica. Y aquí tenemos mucho que decir las universidades en general y los estudios de Informática y las carreras relacionadas con Ingeniería y Matemáticas en particular.
En el nuevo escenario que la Red plantea, resulta llamativo que nuestras empresas no dispongan aún de estrategia digital (solo el 38% lo tienen) y, que solo un 26% cuente con un responsable del área digital. Es necesario que nuestras empresas tomen conciencia de la importancia de tener una estrategia digital, ya que ésta es necesaria para afrontar la renovación que piden los nuevos tiempos y el nuevo escenario. Es increíble que haya empresas que ni siquiera tienen página web, o que aquellas que la tienen esta no sea web «responsive» o no se respeten los criterios de usabilidad. Resulta llamativo que no se preocupen por tener presencia en los buscadores, e incluso ni en redes sociales.
La universidad debe formar a esos profesionales que lideren y participen en esta revolución. La formación en Comercio Electrónico es esencial en este cambio. Así que, definitivamente, si que puedo hacer algo por «formar egresados con los perfiles digitales que necesitan nuestras empresas» y por «avanzar en la digitalización en España».