Ahora que está de moda eso del escepticismo, no está de más hacer notar que la Psicologia lleva más de un siglo planteandose como una disciplina científica. Desde aquél empeño del conductismo por generar una ciencia de la conducta y los empeños de la Psicología Diferenciar por medir los distintos constructos psicológicos, pasando por los diseños experimentales de la Ciencia Cognitiva en todas las ramas de la psicología, podemos decir que hay un empeño (no sin objeciones filosóficas) de aplicar el método de las Ciencias Naturales al estudio de la mente humana y su desarrollo.
Sin embargo, la difusión del conocimiento generado por la psicología a partir de estudios científicos es escasa. Este conocimiento especializado es sustituido por los conceptos pseudocientíficos que se divulgan en periódicos y blogs por doquier. Una de las ramas más castigadas es la Psicología del Desarrollo: cada día podemos encontrar un artículo de divulgación escrito por personas no especialistas que afirman la existencia de fenómenos evolutivos de dudosa entidad científica. Este es el caso, por ejemplo, del la famosa Hiperparentalidad de Eva Millet, periodista; de las supuestas crisis de los x años que aparecen de manera regular en distintas publicaciones; el concepto de familias tóxicas y un largo etcétera. Sin embargo, la gente conoce poco o nada conceptos procedentes de verdaderas teorías psicológicas, como el concepto de Zona de Desarrollo Próximo de Vygotsky, el de Formatos de Interacción de Brunner, el de Prácticas Guiadas de Rogoff, etcétera.
Abro esta sección para hablar de pseudociencia en Psicología del Desarrollo y la Educación y tratar de desentrañar las múltiples patrañas que se difunden hoy en día para adoctrinar a las familias sobre la educación que deben proporcionar a sus hijas e hijos. Considero que es una responsabilidad de los y las profesionales de la psicología dar información veraz y contrastada sobre los procesos de desarrollo y sobre buenas prácticas en crianza y educación.