Trabajando de otra forma

El método de enseñanza más empleado en las actuales instituciones de educación universitaria es, sin lugar a dudas, la lección magistral. Esta consiste en la presentación por parte del profesor de contenidos fundamentales de una materia de una manera sintetizada, secuencial, motivadora y precisa, por medio de la exposición oral, con o sin apoyo audiovisual.

Su validez ha sido, está siendo y será, siempre criticada por alumnos, pero sobre todo por profesores pertenecientes a sectores que tradicionalmente se denominan “innovadores”, y por otra parte siempre defendida por los sectores de profesores “tradicionales”. Si bien, cuando analizamos las opiniones de los alumnos, nos damos cuenta que en la mayoría de las ocasiones las críticas son al docente más que al método: la lección será buena o mala dependiendo de la persona que la de.

Yo no pertenezco, por lo menos no oficialmente (y menos conscientemente), a ningún sector (ni al de los tradicionales ni al de los innovadores), aunque estoy seguro que siempre alguien me catalogará en uno u otro sector (esto de catalogar nos suele encantar, es una afición muy nuestra).

Lo que debe estar claro es que una buena lección magistral implica mucha preparación, un dominio de la materia o conocimientos objeto de la lección y habilidades comunicativas y sociales, para captar la atención de los alumnos y conectar con ellos.

Yo soy consciente de la utilidad de la lección magistral y de sus ventajas, aunque también conozco sus limitaciones y las ventajas de otros métodos para llegar mejor en momentos puntuales a los alumnos. Así, dependiendo de lo que se quiera enseñar, creo que puede haber otros métodos mejores.

Hoy en clase quería que los alumnos dieran sus primeros pasos dentro de la tecnología que utilizarán en el resto del curso para desarrollar la solución de comercio electrónico. Y pensé que podría ser interesante hacerlo a través de una actividad de enseñanza entre iguales. Este tipo de enseñanza consiste en que un igual, un alumno que desempeña el rol de tutor, ayude a otros iguales, otros alumnos, a alcanzar determinados objetivos de aprendizaje.

Para el desarrollo de la actividad he contado con la colaboración, como alumno tutor, de Juan Manuel Fernández Jiménez (Juanma), uno de los mejores alumnos de COE del Curso 2015/16, y que trabajó en el proyecto del Restaurante Asador La Cava. Además, sus conocimientos y experiencia en el campo del comercio electrónico se ha visto enriquecidos, gracias a la realización de una beca de prácticas en la empresa MBici de Ciudad Real, cuya web ha sido realizada por él. Era el candidato perfecto para contar a compañeros los primeros pasos con la tecnología que se iba a usar.

La actividad se ha desarrollado de manera muy satisfactoria. Para conocer la opinión de los alumnos, se ha realizado una encuesta de respuesta anónima, que han contestado 15 alumnos de los 18 que participaron. Después de analizar sus respuestas podemos concluir que todos los alumnos han considerado útil la actividad desarrollada y que le ha gustado que la hiciera un antiguo alumno. Además el 60% de los alumnos han indicado que estarían dispuestos a hacerla ellos el próximo curso. ¡Parece que hay cantera!

Aprovecho estas últimas líneas de la entrada para dar las gracias a Juanma por participar en la actividad, y enhorabuena por el trabajo que has hecho! Para el recuerdo algunas fotos de la actividad…

Juanma Fernández

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