Experiencias con el voluntariado: La realidad más cercana.

Una de las experiencias más gratificantes que hoy en día se está dando es el voluntariado. Se trata de una práctica libre y sin ánimo de lucro, que sin duda hará que nos sintamos mejores personas.
Miles de jóvenes de todas las partes del mundo, cada día se  acercan  a esta realidad, por suerte cada vez más extendida y que está sirviendo para ayudar a muchas  personas. Compartir experiencias, sonrisas, colaborar, sentirse realizado, son algunos de los sentimientos y acciones que estas personas realizan y tienen cada día. Además  se persigue un fin y un objetivo positivo  como es buscar un cambio  en la situación de los demás, pero también en la situación propia, porque esto hará que te sientas más optimista y valores lo que tienes.
Con un solo gesto puedes ayudar a muchas personas que no tienen nada y necesitan de nuestra ayuda, por ello desde la asignatura de «Educación y Sociedad» que curso en el segundo grado de magisterio de infantil quería plasmar cómo se vive desde la experiencia humana, el voluntariado, con personas que tienen síndrome de Down.
 
Os presento la entrevista realizada a Natalia Luna Delgado, voluntaria en la asociación de Síndrome de Down de Córdoba, Down Córdoba, futura docente de educación especial y actual estudiante de psicopedagogía.

 
1.       1)   ¿Cuándo experimentaste por primera vez el voluntariado?
           
              Fue en el primer año de carrera, hace 4 años yo estaba cursando magisterio de educación especial en la asignatura «Orientación familiar» nos plantearon ir de excursión para ver las distintas asociaciones de Córdoba, y una de las que fuimos fue  «Down Córdoba». Nos enseñaron los distintos talleres que tiene la asociación y a partir de ahí empecé a sentir curiosidad.
  
2.     2)  ¿Qué fue lo que te impulsó a acercarte al mundo del voluntariado?
           
           Buscaba  trabajar con niños con discapacidad, para  que me sirviera de experiencia antes de trabajar en colegios, ya que mi carrera está relacionada con ello.
 
3     3)   ¿Cómo te sentiste al poder colaborar ayudando a personas con Síndrome de Down?
      
       Me sentí muy realizada, es una experiencia muy gratificante. Estas ayudando a personas que por ellas mismas no pueden, asique me sentía satisfecha con mi labor.
       4)   ¿Qué tipo de actividades realizáis en la asociación?
      En la asociación hay distintos talleres, taller de teatro, también hay deportes como natación, hay autonomía, logopedia y  atención temprana. Existe también un taller llamado «Mini pisos» donde se les ayuda a los más pequeños a hacer las camas, a poner la mesa y sobre todo a relacionarse entre ellos.
     Donde estoy yo es Ocio y tiempo libre, allí organizamos que vamos a hacer el fin de semana y también en el periodo de vacaciones de verano.
     Con los pequeños realizamos campamentos y con los más mayores vacaciones. Abarca desde niños con 9 años hasta los 33. Nos encargamos de organizar su ocio y su tiempo libre.
     Por ejemplo a los más pequeños los llevamos al cine, al teatro o al parque a jugar y con los mayores solemos salir de fiesta o ir a cenar.
 5) ¿Qué fue  lo más complicado que te resultó en el voluntariado cuando llegaste?
    Lo más complicado que me resultó fue que no solo hay niños con Síndrome de Down,  sino que hay otros niños con discapacidades asociadas, por lo que no sabía cómo tratarlos y tuve que ir a pedir ayuda.
    De este modo tuvimos una charla con el psicólogo y nos dio unas pautas para trabajar con ellos, ya que teníamos el caso de un niño con Autismo.
6.     6)¿Con qué frecuencia vas a la asociación de Síndrome de Down?
   Voy mínimo un día a la semana, aunque intento que sean tres días, porque todos los fines de semana me apunto a las salidas que organizamos desde Ocio y tiempo libre.
7.    7) ¿Tienes pensado colaborar en más asociaciones para niños con algún tipo de discapacidad?
    Sí, además hace poco estuve en autismo, pero tuve que salirme porque me llevaba los problemas a casa, ya que no me gustaba como la asociación trabajaba con ellos. Aquello se trataba de un internado para niños.
8.     8) ¿Te gustaría poder fundar tu propia asociación en un futuro?
    Sí, claro que me gustaría, pero no es solo labor de una persona, eso se forma  a través de un grupo de padres que tienen hijos con  dificultades específicas o con una discapacidad similar.
9.     9) ¿Qué consejos les darías a la gente joven para que tome la iniciativa de colaborar con este tipo de asociaciones?
   Les diría que se animen, porque van a encontrar una manera de aislarse de la rutina y de los problemas que tienen ellos mismos.
  Además se van a  sentir satisfechos con su labor realizada y posteriormente se sentirán orgullosos con su trabajo.
 10)  ¿Qué has aportado en la asociación y que sensaciones has recibido de los demás?
     
      He aportado mi ayuda y mi experiencia como futura docente de educación especial. En cuanto a lo que he recibido sin duda una amistad verdadera por parte de otros voluntarios y el agr
adecimiento de todos los niños.
      11)  ¿Qué ha cambiado en tu vida después de esta experiencia?
      
      Mi vida ha cambiado en cuanto a la forma de ver y de tratar a las personas con Síndrome de Down,  ya que  hay demasiados mitos que rodean a esta discapacidad. Y tratar con ello me ha hecho ver que son personas como nosotros y que lo único que buscan es sentirse autónomos.

Elena Escalonilla Ovejero – 2º Magisterio de Infantil A

¿Llegará el Pacto por la Educación?

                Llevo tiempo diciendo que la educación no puede ser objeto de reforma, de parches, cada vez que cambia el signo político del gobierno, ya sea en el Estado o en las comunidades autónomas; que no hay sistema que lo resista; que era imprescindible conseguir un pacto por la educación consistente y duradero.
                 
                Y aquí estamos fuera de juego, en el dilema de que lo que se tenía que haber consensuado en su momento quizá haya que reformarlo con o sin el consenso deseable. Porque el actual sistema educativo tiene claras deficiencias que afectan a nuestro futuro. 
                Resulta  que la actual situación socioeconómica, la macro crisis que estamos padeciendo  no da margen a más retrasos y dilaciones. El pacto por la educación debe hacerse ya y rápido, aparcando egoísmos partidarios (de todos los sectores) porque nos implica a todos: no solo a los partidos políticos, sino a la sociedad civil en su conjunto, ya que todos, de una u otra forma, en uno u otra ámbito, somos comunidad escolar: profesorado, familias, instituciones, actores sociolaborales, medios de comunicación…
                Y ¿cómo empezamos?, pues muy fácil: abordando en primer término  cuáles son las causas que han generado las enfermedades que hoy padecemos: Por qué nos estamos planteando que la autoridad del profesor tenga rango de ley y qué responsabilidad en ello tienen determinados profesores, determinadas familias, algunos mensajes que trasmiten los medios de comunicación, algunos representantes de la administración… por qué se han perdido o deflactado  algunos valores como el respeto ( y la culpa que ello tiene la  absurda y perniciosa práctica del “coleguismo”, de la nivelación de roles sin medir sus consecuencias), el esfuerzo, el compromiso, el afán de superación…; cómo se ha llegado a los índices insoportables de fracaso escolar,  por qué ese  divorcio entre escuela y empresa…
                Hecho el análisis y realizada la evaluación, deberemos plantearnos a dónde nos han llevado las brillantes ideas y la absurda priorización de necesidades educativas: ordenadores portátiles para todos, pantallas digitales, libros de préstamo  gratuitos y universales, falta de adecuación del sistema de acceso a la carrera docente, subvenciones para actividades de todo tipo: semanas blancas y verdes, extraescolares de pilates, chino…, estudios absurdos que no llevan a nada, becas sin exigencia, matrículas para alumnos que tardan 8 años en terminar la carrera… Y analizado esto, ¿qué nivel de idiomas tienen nuestros escolares?, ¿qué nivel de lengua- comunicación-? ¿ se está dando la importancia que tiene a las habilidades sociales?, ¿se está educando la cultura del esfuerzo  (emprendeduría, incentivación de los logros a través de la constancia y el compromiso)… Y estos valores también son aplicables a algunos padres (la conciliación de vida laboral y familiar requiere esfuerzos añadidos) y a algunos docentes.
                Porque no olvidemos que no hay mayor desigualdad que la igualdad. ¿Tiene sentido que los libros sean gratis para todos y, además en préstamo, que los alumnos no pueden manipular, ni subrayar… con el efecto desmotivante que conlleva? Ni un solo alumno sin libros de texto, y gratuitos y en propiedad para quienes no puedan costearlos; ambiciosa política de becas para que a nadie se le niegue el derecho a la educación, pero con responsabilidad de rendimiento. Tampoco el Estado puede mantener  matrículas subvencionadas a quienes se toman la Universidad como un período interminable de “vida de estudiante”…
                La carrera docente debe variar  y los mecanismos de acceso a ella también; incentivar mucho más a los buenos profesionales y pedir responsabilidades a los que no lo sean tanto, los menos, pero también los hay, como ocurre en todos los sectores; no penalizar la juventud frente a la experiencia, ambas pueden convivir; la  introducción del PIR (algo similar la MIR de los médicos); formación permanente evaluable; no confundamos estabilidad con perpetuidad: estamos hablando de educación; adaptar los planes de estudio a lo que se va a enseñar y la metodología a la que se va a precisar. Una carrera, como toda profesión, empieza cuando se acaban los estudios: LA REALIDAD DEL DÍA A DÍA.; equiparación de sueldos pública y concertada…
                Una llamada a la sensatez. 
                Miguel Ángel Heredia

De la escuela emocional

                Pero ¿qué es eso de la Educación Emocional y para qué sirve, vamos a introducir otra nueva asignatura, no quedamos en que debemos trasmitir conocimientos…? Estas y otras son preguntas que se me han planteado en varias ocasiones por parte de padres y alumnos: intentaré clarificar, porque estamos hablando de algo que es consustancial a la educación de nuestros hijos e imprescindible para la dimensión personal y social del individuo.

“En la actualidad dejamos librada al azar la educación emocional de nuestros hijos, con resultados cada vez más desastrosos. Una solución consiste en tener una nueva visión de lo que las escuelas puedan hacer para educar al alumno como un todo, reuniendo mente y corazón en el aula”. Con esta cita del psicólogo Daniel Goleman (1995) clausuré el pasado 23 de febrero la III Jornada “propuestas a los retos de la escuela de hoy: EducaciónEmocional” en la que pudimos escuchar una magistral conferencia del profesor Rafael Bisquerra sobre le educación emocional en la escuela del futuro.
 
Hay aspectos de las relaciones humanas que ni se adquieren espontáneamente ni son innatas, requieren trabajarlas, ser objeto de “educarse”. Que esto no sea así tiene consecuencias posteriores, cuando el alumno sale de las aulas y se enfrenta a la sociedad real en todos sus campos, incluido el laboral. Porque reconozcamos que son muchos los jóvenes a los que les cuesta no sólo relacionarse con los demás, sino también exteriorizar sus propios sentimientos.
 
Partamos de que una educación integral (y, si no lo es, podremos hablar de enseñanza o enseñanzas, no de educación) debe poner en relación el desarrollo cognitivo y el emocional, la mente y el sentimiento: ambos son esenciales para el desarrollo de la personalidad.  Por ello, deben desarrollarse conocimientos y habilidades sobre las emociones que capaciten  al individuo para afrontar mejor los problemas que se le plantean en el día a día. Porque este tipo de educación debe perseguir aumentar el bienestar personal y social y es un proceso educativo continuo y permanente, no solo a lo largo del periodo de escolarización, sino a lo largo de toda la vida. Debemos conseguir personas emocionalmente inteligentes. ¿O no estamos padeciendo verdaderos problemas de integración/adaptación, de comunicación interpersonal, de habilidades sociales?
 
Y no se trata de otra cosa que de conocer nuestras propias emociones y controlarlas; identificar las de los demás, asimilarlas y respetarlas: lo que nos posibilita nuestra relación con los otros. Se trata de que eduquemos para la vida (tiene que ver mucho con los valores) y ello implica fomentar actitudes positivas ante las situaciones cotidianas, desarrollar habilidades sociales (empatía) y  estrategias para generar emociones positivas: la automotivación, la resistencia a la frustración , el desarrollo del sentido del humor, la disminución de la ansiedad, del estrés, de los desórdenes fisiológicos ( anorexia, bulimia, exceso de peso…)
 
La educación emocional abarca pues competencias básicas, tanto en el ámbito intrapersonal (YO) como en el interpersonal (LOS OTROS). En el primero: el esfuerzo mediante el rendimiento, la autodisciplina, el cumplimiento de obligaciones, la iniciativa, la adaptabilidad… En el segundo: la sociabilidad, la imaginación, la creatividad, la conciencia organizacional, la comunicación, la resolución de conflictos, el trabajo en equipo, el liderazgo, la colaboración. 
 
No se trata, respondiendo a aquella pregunta, de una asignatura más, se trata de la ASIGNATURA (¿pendiente?) que da sentido completo al hecho educativo. Transmitimos conocimientos (enseñamos), pero esa transmisión se realiza en un contexto (escolar, familiar, social) con un fin (preparar para la vida); y para conseguir ese objetivo debemos posibilitar todas aquellas estrategias que ayuden al alumno (o hijo, o ciudadano) a desarrollar sus emociones, sus sentimientos, sus posibilidades en un escenario que fomente el desarrollo de esas habilidades en relación con los demás. Porque aquí es donde el concepto educación adquiere su valor integral.
 
No en vano hablaba Ortega de la dimensión social del individuo y del lenguaje (comunicación) como principal vehículo de socialización.
 
Nada más y nada menos.
 
Presidente de Fundación Piquer

Una mirada hacia el Sahara

Sahara. Hay veces que las consecuencias de tus decisiones te llevan más allá de lo que tú nunca hubieras podido llegar a imaginar. Así comienza la aventura, con la decisión de por qué no viajar a los campamentos de refugiados saharauis en Argelia. Hay miles de sitios en el mundo para visitar, pero este era el que nos llevaba esperando mucho tiempo.
Me llamo Belén y hace dos años empezó para mí una aventura, que ya no tiene marcha atrás.
Al aterrizar en Tindouf me di cuenta, que cuando regresara a España no sería la misma persona que había llegado a aquel aeropuerto militar.
El primer contacto con nuestras familias de acogida, fue bastante impresionante, no hablaban muy bien español, eran las 5 de la mañana y aunque llevábamos un día muy duro las ganas de dormir se habían quedado en Barajas, pero pronto empezamos a darnos cuenta cómo esa familia empezaba a ofrecernos todo lo poco que tenían.
Los días se fueron sucediendo y poco a poco pudimos ver como aquella cultura y aquellas gentes que nos resultaban tan lejanas empezaban a formar parte de nosotros mismos y sin darnos cuenta, nosotros convirtiéndonos en saharuis de corazón como les gusta llamarnos.
Los colegios no están equipados con grandes pizarras ni grandes pupitres, son aulas que hay que barrer cuando se sale al patio porque la arena se hace dueña de todo lo que toca. Los maestros hasta estos últimos años simplemente eran voluntarios que se ofrecían a enseñar lo que sabían, por lo que las metodologías y las didácticas apenas resonaban en aquellas aulas. Pero poco a poco y con el esfuerzo de todos se van viendo pinceladas de superación y esfuerzo por parte del gobierno y del pueblo mismo.
Nunca había tenido la posibilidad de trabajar en un colegio, y empezar en una clase donde la tutora no ayudaba mucho, era una situación muy complicada. Pero en el momento en que pones toda la carne en el asador, las cosas empiezan a funcionar mejor de lo previsto. Los cursos con los que trabajaba eran en un principio los más complicados, los temidos primeros de primaria, que no sabían decir ni una palabra de español, pero contra todo pronóstico, eran los que disfrutaban cada momento y cada enseñanza que les dabas. Nunca tenías suficientes recursos, porque siempre querían más, porque no querían que te fueras de su clase, porque querían seguir conociendo animales, números, letras…… . la educación es un bien que no terminamos de aprovechar las personas que la tenemos al alcance de la mano, pero los niños saharauis saben que su futuro está basado en la educación y en la formación propia de cada uno de ellos y que mediante la educación es como alcanzarán la libertad.
Intentar reflejar en unas líneas lo que significa haber convivido con Saharauis en los Campamentos de Refugiados en Argelia, es imposible, porque es un pueblo que no ves con los ojos, es un pueblo que sientes con los ojos del alma. He tenido el privilegio de convivir en un desierto donde no crecen árboles ni plantas pero que florecen personas, personas que me han hecho cambiar el cristal con el que miraba al mundo, un mundo que nos parece tan utópico de cambiar pero que si trabajamos un poquito más de lo que nos creemos capaces podemos modificar, o como diría Ghandi, debemos ser el cambio que quieren ver en el mundo.
Explicar el conflicto del pueblo saharaui, se resume en la palabra injusticia y os invito a remover un poco la conciencia e indagar que pasó hace ya más de 35 años.
Cuando vives en un lugar en el que la cárcel no significa celdas infranqueables sino infinito desierto, te enseñan que no todo está perdido, que existe un futuro mejor, pero que hay que trabajar muy duro para conseguirlo, porque ofrecer no significa derroche sino agradecimiento.

Despedirse siempre es difícil y más aún cuando tienes la continua sensación de que aún no te has ido, dicen que la distancia entre la verdad y la mentira es la de los cuatro dedos. Cuatro dedos es lo que separa el oído de nuestros ojos, lo que te contaron puede que no sea verdad, pero lo que has visto, es la verdad que tu cuerpo guarda. Y esta es mi verdad, solo me caben en la boca palabras de agradecimiento, a mis padres por apoyarme a pesar del miedo a lo desconocido, a mis compañeros de viaje por estar siempre al lado cuando lo necesitaba, a mi otra familia, esa que vive un poco más lejos, pero que no puedo olvidar ningún día, por hacerme sentir como en casa, por cuidarme y enseñarme que la vida es un regalo y hay que luchar por ello y al destino o a quien quiera que mueva los hilos de esta vida por haberme dado el privilegio de poder viajar a la tierra donde no está el Sahara, pero están los saharauis.

SHUKRAM. Gracias
Belén Moreno (1º A de Educación Infantil)

El Fútbol y sus Valores Educativos

En el fútbol, existen una serie de auténticos valores educativos en torno a los valores humanos en un contexto de autoestima, libertad, responsabilidad y confraternidad.

El fútbol como deporte requiere un trabajo en equipo, promoviendo el desarrollo de diversas habilidades y destrezas personales, estimulando el compañerismo, la responsabilidad y el mutuo respeto a los fines de lograr eficientes resultados.
Mediante un adecuado uso del tiempo libre, los valores inculcados desde la niñez mediante las prácticas de fútbol inciden en la formación personal desde el momento en que es imprescindible admitir los límites entre los sueños y las posibilidades, entre el deseo y las potencialidades.
Entre los valores educativos del fútbol son insoslayables los pertinentes a la higiene y cuidado de la salud. Cada jugador debe estar bien alimentado evitando cualquier tipo de adicción -alcoholismo, tabaquismo, drogadicción- y debe ser consciente de que mientras avanza hacia distintas posiciones en el campo de juego y cuando corre soporta un creciente desgaste de energías que exige prudentes actitudes.
La práctica del fútbol en distintas latitudes origina solidarias integraciones sin absurdas exclusiones.

Miguel Ángel Simal Ávila (2º Ed. Primaria)
Fuente de imagen.



Reflexión sobre qué es educar

A partir de la entrevista que podemos observar en el enlace que aparece a continuación, voy a hacer una reflexión sobre lo qué es educar:

http://www.lavanguardia.es/lacontra/20110304/54122411029/cuando-a-una-persona-se-la-reconoce-crece.html

Estoy de acuerdo con Saturnino de la Torre en que hay que despertar en los niños la creatividad, aunque en muchas ocasiones nosotros no nos damos cuenta de ese talento que posee cada niño. Desde mi punto de vista hoy en día en la escuela no se hacen muchas cosas que puedan motivar a los niños como por ejemplo bailar, tocar un instrumento, jugar a cualquier deporte, etc.
Pienso que la creatividad hoy en día tiene un valor muy importante. Sin embargo, educamos a los niños alejándolos de su capacidad creativa, es decir, a lo largo de todo el proceso educativo se educa a los niños con el fin de aprobar los exámenes para así poder pasar de curso. Por lo tanto, estamos dejando a un lado la creatividad de los niños y adultos, y estamos fomentando el desarrollo del conocimiento.
Quiero resaltar que los niños de pequeños no tienen miedo a equivocarse, por lo que debemos explotar ese potencial con el fin de que expresen sus emociones. Sin embargo, cuando eres adulto tienes miedo a equivocarte por lo que es más difícil sacar el talento que posee cada persona.
También quiero añadir sobre mi experiencia personal, que en la universidad se está intentado potenciar la creatividad de los alumnos, aunque yo pienso que nos cuesta mucho porque no hemos explotado esa capacidad desde pequeños y no sabemos hacer cosas originales que tengan valor.
En definitiva, desde mi punto de vista pienso que es un poco costoso desarrollar la creatividad en las aulas ya que si fuera así todo el sistema educativo debería de cambiar sus bases, procedimientos, etc. (cosa que desde mi punto de vista hoy en día está un poco lejos todavía). Por lo tanto, para mí educar es ayudar a las personas para que puedan desenvolverse con normalidad en la sociedad y por otro lado pienso que hay que ayudar a las personas a sacar lo mejor de uno mismo con el fin de que muestren interés por aprender lo que les gusta.
Para finalizar, quiero hacer una pequeña pregunta: ¿Por qué en las escuelas no se enseña de la misma forma a bailar o a actuar en teatros que matemáticas o lengua?

A continuación les adjunto un vídeo muy interesante acerca de la creatividad. Tanto con la entrevista como con el vídeo cada uno puede reflexionar acerca de lo que le parece qué es educar.

José Manuel Sáez Trigo (Segundo de Educación Primaria).
Fuente de imagen.

VALORES EDUCACIONALES: ¿Es favorable o desfavorable la participación que hay actualmente de los padres en la escuela?

Hace 30 o 40 años los padres no tenían el poder participativo y decisivo de hoy en día en la educación escolar de sus hijos, eso creaba mayor autoridad a los maestros y más respeto por la mayoría de los alumnos hacia los profesores, teniendo éstos la autonomía total sobre los temas educativos dentro del ámbito de la escuela. 
Los alumnos se hacían más responsables de sus actos dentro del recinto y más responsabilidad a la hora de ser ellos mismos los que más se ocupaban de sus tareas en la propia casa. Los padres se limitaban a que hicieran sus deberes. Las visitas a los profesores eran más escasas y generalmente cuando esto ocurría eran por temas excepcionales, bien por la buena conducta del alumno o todo lo contrario.
El alumno sabía quién tenía la autoridad en clase y que salvo raras excepciones se recurría a los padres, estos mismos inculcaban a sus hijos que allí mandaban ellos (los profesores) y tenían que tenerlos obediencia y respeto. Al mismo tiempo, el profesor sabía que era su deber la enseñanza total del alumno y que un fracaso de su alumno en cuestión de estudios, era suyo también, puesto que era él el único que daba clase a esos cursos ya que un maestro daba todas las asignaturas de un curso hasta que salían con 14 años.
También sabía que la gran mayoría de los padres de sus alumnos, habían ido poco a la escuela, por lo tanto entre unos y otros sabían muy bien sus obligaciones y deberes que se repartían así:
Padres: inculcar a sus hijos el respeto hacia el profesor, la obediencia en clase y ser responsables de hacer sus tareas, y hacia ellos mismos la supervisión de que las hagan.
Alumnos: tener respeto y educación en clase hacia el profesor y sus compañeros. Saberse ellos los únicos responsables de sus tareas, deberes, notas,actos y todo lo que conlleva ser un estudiante.
Profesores: Estar concienciado de que el éxito o fracaso de una clase en una asignatura es en trabajo en conjunto de profesores y alumnos.
El profesor es el que guía a su ganado dentro del aula, no tiene que dejar a ninguna oveja descarriada, debe enseñar a no comer el pasto que no corresponde y enseñarlos a tener temor al lobo para que no se les coma, y de todo esto, saldrá un buen rebaño y un estupendo pastor”.
Todo esto se logra cuando estos tres grupos que menciono, tengan las prioridades: RESPETO, OBEDIENCIA y RESPONSABILIDAD.
Pregunta que formulo al lector de esta revista: ¿SERÁ QUE ESTOS TRES GRUPOS HEMOS PERDIDO O NO HEMOS APRENDIDO ÉSTOS VALORES Y POR ESO HAY TANTO FRACASO ESCOLAR…?
Por Nazaret AparicioGutiérrez (2º de Ed. Primaria A)

El sistema educativo es anacrónico. Algunos comentarios.

Como todos sabemos, el programa Redes que se emite los domingos en la 2, aborda en ocasiones diversos temas en educación. Bien, el día 13 de marzo de 2011 acudió al programa Ken Robinson, experto en desarrollo de la creatividad, donde habló con Punset de temas que en ocasiones hemos dicho en clase.
La educación, en ocasiones mata la motivación de los estudiantes a aprender. Todo el entorno cambia (lo social, político…) pero sin embargo los programas educativos siguen siendo los mismos.
Los niños y las niñas (seguro que conoceréis varios casos) se aburren en el colegio, y luego cuando son mayores llegan al mundo adulto sin conocer sus capacidades. Me siento algo identificada con lo último, ya que yo terminé segundo de bachillerato sin saber realmente qué quería estudiar.
La sociedad actual necesita jóvenes creativos y motivados.
Lo que enseñaban hace cincuenta años estaba muy bien para esa época, pero para ahora no, ya que se ha quedado anticuado.
Primero, según Punset, hay que ayudar a que los niños elijan y aclaren qué es lo que de verdad les gusta, ya que si no pasa lo que está ocurriendo actualmente, los niños se aburren, no escuchan y se les saca que tienen «déficit de atención» cuando realmente no están motivados ni tienen el interés por estarlo.
Actualmente los niños aprenden más de sus amigos en las redes sociales que en el aula. No esperan a que les enseñemos cosas, si no que lo encuentran ellos por internet.
Según Ken Robinson, los sistemas educativos están desfasados porque se crearon hace tiempo para las necesidades que en ese tiempo eran importantes, en una época distinta. Con el tiempo se han vuelto limitados. Hay que mejorar los estándares, pero eso no sirve si están equivocados (por ejemplo, no hay que elevar sólo lengua y matemáticas, si no también educación física, artística etc…)
Como las economías han cambiado, la industria está fuera de Europa, y en ella está la economía de servicios. Debido a esto, ya no sirve que las personas cuanto más estudios tengan mejor trabajo van a encontrar, por eso invierten en educación.