El día 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, tuvimos un regalo: Nuria y Esperanza vinieron a clase a compartir sus experiencias con nosotros.
Nuria terminó magisterio el año pasado y nos habló sobre sus prácticas, contándonos qué aspectos le habían ayudado al desarrollo de las mismas. Sus consejos nos pueden ser muy útiles para cuando nosotros hagamos las nuestras. Nos dijo que participáramos en todo lo que pudiéramos, que mostráramos interés y ganas de aprender, que propusiéramos cosas, que preguntáramos, que nos implicáramos…
Sus prácticas giraron en torno a la metodología por proyectos y esto fue lo que aprendimos de ella:
El primer contacto que tuvo Nuria con la metodología por proyectos fue en una charla que se dio en la universidad. Le pareció muy interesante esta forma de trabajar y tuvo la suerte de que en sus prácticas la tutora del colegio trabajara de esta manera, y la tutora de la universidad también.
Antes de diseñar su propio proyecto, observó y participó en el proyecto “Guía turística” que desarrolló su tutora de prácticas, Esperanza. Este proyecto consistía en que los niños/as debían investigar sobre la ciudad o localidad que quisieran, y convencer a la maestra para que visitara dicho lugar. Durante el desarrollo del proyecto, el rol del profesor era de guía para los alumnos/as, solamente cuando era estrictamente necesario.
Nuria piensa que es muy útil tener blog de clase porque ayuda a los niños/as en su aprendizaje, ya que se cuelgan los trabajos a realizar, los ya realizados, actividades de ampliación…
Una vez que Nuria vio y experimentó cómo se trabajaba por proyectos, su tutora le propuso trabajar los sectores de producción. Para ello Nuria diseñó y llevó a la práctica un proyecto sobre la artesanía, porque consideró que a través de ella podía trabajar los distintos sectores de producción. Las fases para el desarrollo de un proyecto son las siguientes:
1. Aparece una necesidad significativa para los alumnos/as: el maestro/a previamente ha planificado el tema del proyecto que van a realizar los alumnos/as, y tiene que guiar a los mismos para que lleguen a proponer el tema que ha elegido: ser artesanos.
2. Queremos satisfacer la necesidad.
Surge un proyecto propuesto por los niños/as: hacer un mercadillo. Mientras los niños/as hablan y proponen el maestro o maestra escucha, sólo interviene como guía para llegar a acuerdos.
3. ¿Qué sabemos ya de ese proyecto?
El maestro/a pregunta a los niños/as qué es un artesano, materia prima, sectores…cuando los niños/as tienen dudas es mejor que se lo explique un compañero. Así aprenden más los dos, porque el que lo explica tiene que organizar la información de tal manera que el otro la entienda. Ese proceso cognitivo ayuda a asentar los conocimientos.
4. Hacer un esquema entre todos, que se coloca en un lugar visible de la clase. Este esquema lo firman todos los niños/as de manera que se comprometen a seguirlo.
5. Búsqueda de información.
6. Organización de la información: en esta fase se selecciona la información válida. Es muy importante hacer ver a los niños/as por qué una información nos resulta útil y otra no. El maestro/a guía en este proceso, de manera que son los alumnos/as los que seleccionan la información.
7. Planificación en gran grupo de cómo llevar a cabo el proyecto:
¿Cuándo? acordar una fecha, ¿dónde? en clase, ¿cómo? poner mesas imitando puestos: de mantequilla, de batidos, de arcilla, de copos de nieve, de zumos, de papiroflexia…¿Con quién lo vamos a hacer?…
8. Realización del trabajo: hay que decidir qué actividades van a realizar para llenar los puestos del mercadillo, hacer una lista de los materiales que van a necesitar, llegar a acuerdos comunes ( por ejemplo, la forma de pago elegida fue el trueque), elaborar un cartel con la palabra “mercadillo” para ponerlo en la puerta de la clase y que todos pudieran verlo…
9. Producto final: ¡llegó el día!:
– Exposición por parte de los niños/as de lo que van a hacer.
– Se disfrazan todos de medievos.
– Manos a la obra.
Es muy importante la difusión del proyecto: a otras clases, compañeros…
10. ¿Qué hemos aprendido?:
¿Qué han realizado y por qué?, pasos que han seguido…
En esta fase se lleva a cabo la evaluación. En la metodología por proyectos se evalúa más el proceso que el resultado final. Se va evaluando sesión a sesión.
Es importante la autoevaluación del docente para saber qué hemos hecho bien, dónde hemos fallado y reflexionar cómo podemos mejorar.
– Resulta más motivadora para los niños/as.
– Requiere mayor implicación del alumnado.
– Favorece el aprendizaje significativo.
– Favorece la autonomía del alumnado.
– Favorece el trabajo colaborativo.
La frase con la que Nuria cerró su exposición fue” oigo y olvido, veo y recuerdo, hago y comprendo”. Estas fueron las fases por las que pasó Nuria en su aprendizaje de la metodología por proyectos.
“Nuestro derecho como educadores a no cambiar, termina donde comienza el derecho del alumno al mejor profesor que podamos ser” Fernández Pérez.
Esperanza es una maestra que trabaja en un colegio público y que lleva a cabo la metodología por proyectos. Nos contagió su entusiasmo por lo que hacía y despertó en nosotros la curiosidad por esta metodología.
Esto fue lo que Esperanza nos transmitió:
– Es muy importante que haya una teoría que avale nuestra práctica docente.
-La diferencia entre trabajo en grupo y trabajo colaborativo es que, mientras en el primero, la responsabilidad del trabajo es individual y existe un líder que tira del grupo, en el segundo, tanto la responsabilidad como el liderazgo es compartido.
– El aprendizaje es como el vuelo de una mariposa, avanza y retrocede para coger aire y seguir adelante.
– ¿Por qué trabajar por proyectos? porque el libro de texto aburre y contiene muchos errores, ya que la ciencia avanza muy deprisa y el libro no puede actualizarse con tanta rapidez (por ejemplo podemos encontrar en un libro de texto que Plutón es un planeta, cuando actualmente no se considera como tal).
– Nosotros/as tenemos que seguir el currículo, no el libro de texto, que muchas veces se queda corto en contenidos, o no profundiza todo lo que debería.
– Siempre tenemos que encontrar el para qué de lo que hacemos.
– Todo no se puede trabajar por proyectos, por ejemplo la sílaba, pero podemos hacer que los niños/as lleguen a descubrir qué es una sílaba por sí solos.
– La frase que preside la clase de Esperanza es “Hoy puede ser un gran día”. Es una forma de transmitir a los niños/as ánimo para seguir adelante.
– Esperanza nos habló de la poesía de Loris Malaguzzi “Los 100 lenguajes del niño”, para que nos diéramos cuenta de que no podemos quitar la creatividad a los niños/as.
El niño
está hecho de cien.
El niño tiene cien lenguas,
cien manos, cien pensamientos,
cien maneras de pensar,
de jugar y de hablar.
Cien, siempre cien
maneras de escuchar,
de sorprenderse, de amar,
cien alegrías
para cantar y entender,
cien mundos
que descubrir,
cien mundos
que inventar,
cien mundos
que soñar.
El niño tiene
cien lenguas
(y además de cien cien cien)
pero le roban noventa y nueve.
La escuela y la cultura
le separan la cabeza del cuerpo.
Le dicen:
de pensar sin manos
de actuar sin cabeza
de escuchar y no hablar
de entender sin alegría
de amar y sorprenderse
sólo en Pascua y en Navidad.
Le dicen:
que descubra el mundo que ya existe
y de cien le roban noventa y nueve.
Le dicen:
que el juego y el trabajo
la realidad y la fantasía
la ciencia y la imaginación
el cielo y la tierra
la razón y el sueño
son cosas que no van juntas
Y le dicen
que el cien no existe
El niño dice:
“en cambio el cien existe”.
Loris Malaguzzi
– La metodología por proyectos está basada en el enfoque constructivista de la educación, que considera al alumno como actor principal del proceso de enseñanza-aprendizaje.
– Los niños/as trabajan mejor cuando los proyectos parten de un aspecto emocional, por ejemplo, investigar la historia de su vida: por qué sus padres eligieron su nombre, cómo fue el día que nació, cuánto pesaron, cuánto midieron…en los proyectos se trabaja, de forma integrada, contenidos de matemáticas, lengua, ciencias…
– Esperanza propone que sean los niños/as, con sus intereses y motivaciones, los que vayan marcando los contenidos a aprender. Un día llega un niño con un insecto, otro día una niña nos enseña un truco de magia que ha aprendido, otro día un niño comenta en clase alguna noticia que ha escuchado y le ha llamado la atención…y todo eso no se deja para después, se ve en ese momento, porque es lo que interesa a los niños/as.
– El aula de Esperanza es un aula alfabetizadora: todos los trabajos que van haciendo los niños/as se exponen en las paredes de clase, porque así aprenden y recuerdan. Esperanza tiene un árbol de la ciencia donde se van colocando todos los trabajos. En el corcho se cuelgan los esquemas realizados por los niños/as con los contenidos a aprender. También tiene un árbol de los deseos, donde cada niño/a cuelga un deseo. En su clase se pueden ver carteles con saludos en diferentes idiomas. Es muy importante cuidar la estética de la clase para hacer del aula un lugar acogedor y agradable.
– Nuestros sentidos son la puerta para el aprendizaje, así que si los niños/as además de ver, hacen algo con las manos, se reforzará su aprendizaje.
– Esperanza nos enseñó la pirámide de aprendizaje para que entendiéramos qué tenemos que hacer para favorecer un aprendizaje que se prolongue en el tiempo y que sea significativo:
– La organización de las mesas en la clase de Esperanza es en forma de U, porque así se ven todos a todos. Cada mes van cambiando de sitio.
– Esperanza deja que los niños/as se esfuercen por aprender, por eso muchas veces no responde directamente a sus preguntas sino que les anima a que investiguen y encuentren las respuestas.
– Es muy importante el aprendizaje experiencial.
– Esperanza favorece la participación de las familias en la vida del aula: van a explicar cosas, dejan material, colaboran en diferentes actividades…las familias tienen que ir en el mismo camino que la escuela.
– Esperanza no quiere robar a los niños/as lo que pueden aprender fuera de la escuela. Por eso hace salidas didácticas con ellos. Aprovecha las actividades que ofrece el entorno.
– Ella intenta transmitir a los niños/as que cada uno en la vida está en un escalón, que no compiten con otros, sino con ellos mismos.
Esperanza dijo que los maestros/as eran espejos que proyectaban en el alumno sus opiniones, sentimientos…
ese día Nuria y Esperanza fueron espejos para nosotros en los que nos proyectaban la imagen de maestras/os que deberíamos ser.
Muchas gracias a las dos.
Anaida Martín, Primaria B.