Luis Arroyo Zapatero
Catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha y correspondiente de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia
El Norte de Castilla, 4 de agosto 2010
Es difícil soportar la sensación cotidiana de que se nos quiere imponer un relato con el fin de que ocupe el entero escenario de nuestra visión del país, cuando precisamente se encuentra en la situación más crítica de nuestra historia democrática. En la esfera nacional la situación es desesperante. Un gobierno sólidamente asentado, aunque con frágil mayoría parlamentaria, aborda la reinvención de nuestro tejido productivo. Si hay comisiones asesoras científicas o profesionales para el diseño del futuro no nos lo hacen saber, aunque el dictamen de los científicos y de los expertos daría mayor legitimidad a las políticas futuras de reconversión industrial, de mejora de la calidad de las infraestructuras turísticas, de sus sistemas de acreditación, de la superación de las energías tradicionales, de la creación de puestos de trabajo en sectores novedosos, por no hablar de la sanidad o de la educación. Tampoco se pueden librar los miembros del gobierno que, sabiendo que no parece posible siquiera el aprobar unos presupuestos generales, se animan a proclamar cambios en la Constitución que requieren ni más ni menos que dos elecciones generales y un referéndum. Por su parte el líder de la oposición se ve entregado a la poco noble tarea de desacreditar al gobierno de España en el momento clave de Bruselas, poniendo palos en la rueda con el entusiasmo propio de los jóvenes irresponsables que se congregan en los botellones. No quieren ver ni el éxito de establecer el ingreso mínimo vital, que sacará a tantos de la miseria, ni la colosal ayuda de Europa… (leer más)