Para un país como el nuestro, cuya historia contemporánea desde 1800 ha podido estar representada demasiado tiempo por el Duelo a garrotazos de Francisco de Goya, de entre la pinturas negras, y en el que se ha matado a sangre fría y con saña por el Estado y sus pretendientes, el hecho de que en los días 12 a 15 de junio de este 2013 se celebre en Madrid el V Congreso Mundial contra la pena de muerte no puede por menos que inspirarnos una cierta satisfacción en estos tiempos en los que se desvanecen para muchos las lecciones aprendidas del pasado. La mirada atrás, a todo, a la terrible postguerra, así como a las ejecuciones de los años 1974 y 1975, había forjado en los ciudadanos y sus responsables políticos la firme convicción de renunciar a la violencia en la vida política y a la pena de muerte, y así lo proclamó el artículo 15 de la Constitución cuando tras enunciar el derecho a la vida, a la integridad física y moral y la proscripción de la tortura, declaró abolida la pena de muerte…..