¿Cómo (no)organizar un torneo con cuatro equipos y con premio para dos equipos?

Recuerdo el preolímpico de balonmano femenino jugado en España para clasificarse para Tokyo 2020 donde Senegal renunció a participar con lo que jugaron España, Suecia y Argentina. A priori España y Suecia eran bastante superiores a Argentina. Empezó el torneo con un empate de Suecia y España y eso hizo que todo se desenvolviese por circunstancias normales. El siguiente partido fue Suecia con Argentina y ganó Suecia. Mientras que en el tercer partido a España le servía un empate pero ganó con rotundidad con lo que se clasificaron para los Juegos Olímpicos Suecia y España. Pero, durante ese torneo me di cuenta de que el sistema de todos contra todos en un grupo de cuatro donde dos reciben el premio, en este caso clasificarse para los Juegos Olímpicos, puede tener muchos problemas. Desde entonces, tengo la idea de hacer un artículo científico sobre este sistema analizando resultados históricos de este tipo de torneo, así como hacer simulaciones de posibles alternativas, pero de momento sigue en idea 😊.

La fase de ascenso a División de Honor de balonmano que se está celebrando este fin de semana es un ejemplo de los problemas de este sistema. Al igual que en el preolímpico los dos primeros clasificados obtendrían el ascenso de categoría. Había cuatro contendientes, el equipo manchego de Vino Doña Berenguela Balonmano Bolaños, Grafometal La Rioja, Cicar Lanzarote Ciudad de Arrecife y Gurpea Beti-Onak de Villaba.

Comenzó la fase con empate entre el conjunto manchego y el riojano. El conjunto navarro ganó al equipo canario. En la segunda jornada el Beti-Onak ganó a Bolaños, logrando así el ascenso, mientras que el Grafometal derrotó al Cicar Lanzarote dejando sin opciones al equipo canario. Así, en la jornada tres tenían opciones de ascenso el conjunto manchego y el riojano. El Grafometal jugaría con un ya ascendido equipo navarro, mientras que la Bolañegas jugarían con el equipo canario ya sin opciones de ascenso. Eso sí, sabrían el resultado previo con lo que sabrían en primer lugar si tenían opciones y en segundo lugar el resultado necesario para lograrlo.

Cualquiera que haya deporte sabe que en este tipo de competiciones se digiere muy mal el éxito y peor el fracaso. No hay tiempo para asimilar tanto uno como otro, y que incluso luchando a tope vas a estar muy lejos del rendimiento habitual con lo que se estaría desvirtuando la competición pues dos equipos se estarían disputando un premio muy sustancioso jugando contra dos equipos que por mucho que luchasen es muy probable que jugasen lejos de su nivel. Obviamente también puede dar lugar a biscottos implícitos o explícitos, pero es que incluso eliminado la existencia de biscottos estaríamos ante una competición desvirtuada.

¿cómo se pude organizar algo parecido y en tres jornadas? Pues sencillo, se hacen unas semifinales en la jornada 1, los vencedores juegan entre ellos para dilucidar el primer equipo que asciende, y los que pierdan juegan entre ellos para ver qué equipo queda eliminado. En la jornada 3, se jugarían la última plaza de ascenso o de clasificación para el preolímpico el perdedor de los ganadores, y el ganador de los perdedores. En las dos primeras jornadas en caso de empate habría 7 metros, para evitar distintos minutos en pista entre equipos, y en el partido de la jornada 3 sí que se podría jugar prórroga.

De esta forma, siempre que un equipo juegue, lucha por sus objetivos con posibilidad de alcanzarlo. Los resultados de un equipo siempre dependen de sí mismo, evitando tener que esperar a los resultados de otros equipos para ver si consiguen o no su objetivo. En definitiva, creo que es un sistema sencillo y que tiene muchas más ventajas que desventajas.

Qué como concluyo la fase de ascenso, pues el Grafometal y el Beti-Onak empataron y de esta forma El Grafometal La Rioja consiguió el ascenso, y el conjunto navarro consiguió el primer puesto de la fase y dejó en intrascendente el partido entre Bolaños y el conjunto de Lanzarote. Casualidades de la vida era el resultado que les convenía a los dos. Repito casualidades de la vida, porque para un gijonés, como yo, cualquier posible biscotto por debajo del nivel del Alemania-Austria del Mundial 82 no es biscotto.