Nuestra Juventud

Les debía una foto a Sergio y Fran, y se la voy a dar ¡cómo no!. Pero pienso hacerlo a través de una entrada en mi blog, y aprovechar la ocasión para dedicarles unas palabras, que aunque particularizo en ellos, es aplicable a muchos de los alumnos con los que he tenido la suerte de coincidir en estos 22 años que llevo impartiendo clase.

Existen en la sociedad actual discursos alarmistas y pesimistas sobre la juventud, la «maldita juventud» que «ama el lujo, son caprichosos, mal educados, desprecian la autoridad, no respetan a sus mayores, y chismean mientras deberían trabajar». Estas son palabras que, aunque parecen actuales, fueron enunciadas por Sócrates. Sí, ese filósofo que vivió unos trescientos años antes que Cristo. No obstante, no me negarán que si no estas palabras algunas «parecidas» habrán oído o leído sobre nuestra juventud actual.

Parece que los adultos de cualquier época tendemos a menospreciar a nuestra juventud con demasiada frecuencia, empleando los famosos «contraejemplos» para establecer la normalidad. Es cierto que existen jóvenes descerebrados, no hay más que darse un paseo por YouTube o por cualquier ciudad o pueblo a determinadas horas para descubrirlos, o incluso jóvenes perfectamente asentados en su zona de confort, que amparados en el anonimato hacen lo estrictamente necesario y sin demasiado interés en descubrir que pueden hacer por los demás. Pero estos no son la normalidad por mucho que se hagan notar, créanme.

La experiencia de aprendizaje basado en proyectos y aprendizaje servicio que realizo en la Escuela Superior de Informática de la Universidad de Castilla La Mancha desde el año 2015, me ha permitido conocer y tratar con jóvenes que hacen cosas diferentes, distintas, implicando muchas veces pequeños sacrificios, pero que siempre están dispuestos a ayudar en aras de hacer algo de utilidad para otras personas que los necesitan. Y esto me permite comprobar los grandes valores que tienen nuestros jóvenes. Son generosos, comprometidos y están dispuestos a mirar hacia aquellos lugares en los que se les necesita, no rehuyen la responsabilidad, incluso la buscan, complicándose la vida por los demás. No hablo de sus conocimientos o de sus capacidades o habilidades, que merecen otra entrada, sólo me estoy refiriendo a los valores que gobiernan su forma de actuar y que marcan su forma de ser. Son jóvenes DIEZ, jóvenes que merece la pena tener cerca. Sin duda alguna son jóvenes que yo contrataría para mi empresa o que querría a mi lado en cualquier proyecto.

En este caso son Sergio y Fran los que se han agachado para ayudar, los que han demostrado esos valores con la Asociación de niños prematuros «Pequeños Luchadores» de Ciudad Real, los que no les ha importado seguir trabajando aún cuando la asignatura ya había acabado y ellos tenían su calificación ya cerrada. Ellos no han dudado en ningún momento en seguir trabajando e incluso en quedarse como voluntarios tecnológicos para seguir ayudando. Son los jóvenes DIEZ del curso 2019/20, pero antes fueron Rosana, Juanma, Miguel, Javier, José Manuel, José Miguel, Josué, Angel, Alvaro, Pedro, María Ángeles, Fernando… ¡Esta es nuestra juventud!