Con mi presencia en el acto, quería hacerles una demostración pública de mi admiración y respeto hacia ellos. Siempre recordaré mis conversaciones con ellos, sus historias, sus anécdotas, sus palabras, sus enseñanzas… He escuchado tantas cosas buenas de vosotros de los estudiantes y compañeros, que sois un ejemplo para cualquiera de nosotros. Me conformo con dejar en un futuro una huella tan profunda, como la que vosotros dejáis, en por lo menos, la mitad de personas que vosotros.
Espero seguir viéndoos y compartir ratos con vosotros fuera de la Escuela. Ahora os toca descansar de la enorme cantidad de trabajo burocrático que tenemos que hacer, porque sé que la enseñanza y el contacto con los estudiantes siempre lo añoraréis, sois «maestros de niños grandes» de nacimiento. Disfrutad de este periodo que comenzáis porque os lo merecéis.
Muchas gracias por haberme aceptado como compañero y amigo, Mercedes y Juan Pablo. Feliz jubilación con cariño de un compañero y amigo.
