La obra contiene un estudio de la estructura actual de la función pública, basada en cuerpos de funcionarios que forzosamente han de convivir con puestos de trabajo. Se trata de dos elementos esenciales para el diseño organizativo que han respondido clásicamente a modelos teóricos diferentes y a la falta de diferenciación en la Administración entre persona y puesto.
El cuerpo, entendido como agrupación de funcionarios, es el elemento subjetivo de la estructura y es propio de los denominados modelos cerrados de carrera. Ha desempeñado un papel absolutamente esencial en la conformación de nuestro régimen funcionarial. Sin embargo, el modelo estructural basado exclusivamente en el cuerpo está superado desde los años sesenta por la introducción de otro nuevo elemento objetivo, típico de los modelos abiertos, como es el puesto de trabajo. Su inserción apenas ha sido desarrollada por nuestros legisladores, lo que ha dado lugar a importantes disfunciones que afectan directamente a la gestión del personal y, con ello, a la propia eficacia de la Administración.
En esta obra se analizan todos estos problemas y se pretende superar este vacío legislativo dotando al puesto de trabajo de su contenido técnico. Se aportan novedosas ideas organizativas para lograr que esta necesaria convivencia entre puestos y cuerpos sea óptima o, al menos, armónica.