«Miedosa, que eres una miedosa. Cuando quitaste los cromos para que hablara por teléfono no pensaste que se moriría ahí mismo…»
sigue leyendo: https://clubescrituraaike.blogspot.com/2021/02/miedosa.html
Antitradicional, Kreis und Quadrat (obra plástica), videoarte, narrativa, kintsugi, cartografía, narra2, Paisajes, diálogos, Palimpsesto, Rizoma
«Miedosa, que eres una miedosa. Cuando quitaste los cromos para que hablara por teléfono no pensaste que se moriría ahí mismo…»
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Colaboración entre el Museo La Neomudéjar de Madrid y el Centro de Cooperación Española en San José del 28 de Octubre al 31 de Diciembre
http://ccecr.org/evento/narrativas-borrosas/
En caso de no poder visualizarlo, pinche aquí |
Proyecto realizado por la ar(t)ista Sylvia Molina de su exposición ‘Narrativas Borrosas’ en el museo La Neomudéjar de Madrid con motivo de la invitación al museo CCECR de Costa Rica |
ENLACE A LAS PIEZAS ¿3D?:
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Press:
http://lacircular.es/viejas-arquitecturas-viejos-objetos-nuevas-narrativas.html
http://cuencaon.com/viejas-arquitecturas-viejos-objetos-nuevas-narrativas.html
Con textos de:
De alguna manera, en todo este conjunto podría atisbarse, y no solo como fondo, una cierta clave musical. De hecho, es la música la que ha constituido hasta la fecha el núcleo de la experiencia artística de Sylvia Molina. La música “seria”, como la llamaba Adorno, la que puede interpretarse al piano, y también la que ella experimenta con recursos electrónicos y con las tecnologías más diversas. Puede considerarse el elemento vivificador de casi todas estas obras, sobre todo en la medida en que cristaliza en objetos dotados de un valor que podríamos calificar como fundamentalmente poético. Si, como sabemos, música y poesía estuvieron unidas en sus orígenes, ella parece reunirlas de nuevo. Un poco en ese sentido extraño en que ha podido hablarse de una poesía visual, pero al revés, existe una poética musicalidad en ciertos objetos que aparecen investidos de una singular resonancia, cuando se nos presentan como una especie de hallazgo inesperado que les permite rodearse de una atmósfera sutil, como si fuesen algo más de lo que son.
Finalmente, ella misma se refiere al un desflecado o deshilachado, en este caso a propósito de la memoria. Habla precisamente de una chaqueta deshilvanada y de un ovillo mediante el cual podría ser reciclada. Algo de eso hay en estas piezas, otras tantas narrativas en donde los flecos de la obra se nos ofrecen como peinados por la memoria, aunque a contrapelo, tal vez con la esperanza de que los hilvanes del arte, hoy tan desgastados por la historia, no se echen a perder del todo. (p. 79)
Las resonancias en Narrativas borrosas no solo se establecen entre los diferentes códigos (digital/analógico) o estéticas (pintura/sonido), sino entre las propias obras. Así encontramos en Ku (vacío, en japonés) una especie de negativo de Kintsugi. El formato para la pintura en Ku ya no es el papel sino la diapositiva. De nuevo la superficie aspira a una nueva dimensión a través del proceso de rasgado y cosido. Otra vez la dominancia de la grieta, como en la obra de Lucio Fontana, una grieta que Sylvia Molina reduce en términos de escala y acaba colmando de luz por medio de la proyección sobre tela. El negro de la pintura de Kintsugi se transforma ahora en mancha luminosa. Se trata de una escritura donde el trazo -la tinta- está hecha de luz. (p. 179)
La artista se vale de Bach, Vilèm Flusser, Deleuze, Giordano Bruno, Borges, Pavić, Umberto Eco, Platón, Guy Debord, Rilke, Baudelaire, Italo Calvino, Walter Benjamin, incluso Velázquez con sus Meninas (músicos, científicos, escritores, filósofos, compositores, teóricos, poetas, pintores…) y otros personajes que van apareciendo a lo largo de todo el libro (¿que no conoce a la mitad? No pasa nada, yo tampoco, si es una mente inquieta búsquelos y si no, siga leyendo, no lo necesita) para construir un texto coral en el que los personajes, sentados a la mesa, debaten sobre el arte de escribir. (p. 39)
Recorrer el viaje propuesto por Sylvia Molina obliga a bailar entre las piezas, según la obra podrías pasar de un Rondó, a un minué. Algunos de los pasos exigen reverencias, como “paisajes encerrados, otras genuflexiones para la obra 1993, 1968, 1978, 1990… pero lo que no permanece inmóvil son los estímulos. Por veces postural, cada obra exige un enfoque, agacharse, mirar arriba, subir, bajar. Esta tabla casi aeróbica obliga al cuerpo a gestionar otra manera de pensar, la memoria sobreviene por los olores, las posturas corporales, la música. Digamos que visitar la exposición es cómo abrir un libro al azar, por veces sentado, por veces agachado, o tumbado. Así se trabaja la creatividad, el libro exige atención, concentración y cuidados. Esta instalación es un libro abierto, tal vez más una partitura que un libro, aunque los sonidos que nos arranque no vibren armónicos sino disonantes como son las huellas de una memoria afectada. (p. 155)
Diálogos Inesperados es un proyecto difícil de catalogar. Por sus dibujos, troqueles, cosidos y lenguaje intermedial. Por sus textos, entre la ficción y el ensayo. Por su encuadernación, entre el libro y el cuaderno (nace de forma manuscrita íntegramente en tinta china) podríamos catalogarlo como ‘libro de artista’.
Diálogos Inesperados es lo que ES, sin poder catalogarlo con exactitud al igual que su autora, siempre posicionada en el ‘ENTRE’, en el espacio intermedio entre la música y la plástica, el arte y la tecnología, el objeto analógico y lo digital, la escritura y la imagen.
Tirada de 150 ejemplares numerados en su primera edición 2019. Está realizada en impresión digital en papel verjurado de 160 gr. Las imágenes escaneadas del manuscrito original han sido trabajadas en cada ejemplar con cosidos y troqueles por parte de la artista y se incluyen, asimismo, tres intervenciones dibujadas a mano.
PUNTO DE VENTA: Librería del Museo y por encargo
ISBN: 978-84-09-16756-2
Presentación en la Neomudéjar bajo la exposición individual ‘Narrativas Borrosas’:
Paisajes en Conserv<a>cción es un proyecto crítico a las políticas medioambientales y gentrificaciones estipuladas en determinadas comarcas.
El proyecto consta de cinco elementos que lo dibujan: ‘Raíces’, ‘Ku’ (Vacío), ‘Foco’, ‘Resiliencia’ y ‘Mensaje en una botella’. Estas piezas, también presentados en tarros de conserva, presentan el proyecto principal en dónde se muestra los ingredientes que alimentaron los trece días en los que tuvo lugar el incendio.
Ingredientes:
Kintsugi documenta en video los cuadernos, del mismo nombre, realizados en tinta china, troqueles, cosidos y otros materiales.
Dibujar es un acto de memoria. No puede sino realizarse a diferentes velocidades dependiendo de la necesidad de recuerdo o de olvido. El proceso de la tinta china provoca además una segunda velocidad en el proceso, su secado, su tiempo, la profundidad del negro. Podríamos decir que dibujar, escribir, componer o pensar es pasear por la memoria, trazar una ruta que elimina la secuencialidad del camino físico y que nos proporciona la posibilidad de dibujar experiencias polifónicas con otros caminos y otras experiencias.
Ver entradas relacionadas:
El proyecto nace entre 35 mm. Diseccionar un espacio cuya escala no te pertenece, es como ubicarte en un panóptico, en un Aleph de un mundo que no puedes controlar y cuyas reglas reestructuraran el lenguaje, la sorpresa, la ensoñación, la narrativa.
La capacidad de interpretar se diluye. El punto de vista, como sitio o lugar, carece de importancia y su escala inhibe la posibilidad de que el punto de estar tome así mismo presencia.
La escala muestra una relación y dicha relación está trasmutada. El detalle se convierte en protagonista y la herida en liberación. Adentrarse en el submundo de la escala nos devuelve un nuevo orden implicado (Bohm), un lugar donde volver a ver la misma cosa pero desde un nuevo no_estar.
El viaje como trayecto, como huella, como proceso a través del sonido, de los encuentros, de los diálogos solapados, plegados, convertidos en un rizoma sonoro que muestra un palimpsesto de voces, de personajes, de sonidos imposible de separar unos de otros, convertidos en maraña de un todo improbable pero posible. Voz, solapamiento y mundo sonoro como materia.
Audios: Borges, D. Bohm, Glenn Gould, G. Deleuze, I. Prigogine, Chaplin, F. Capra …
véase Rizoma Sonoro en transportArte
Falsa Ecología v.2 es una instalación re-activa. Marea simulada y un falso reciclaje. La pieza colocada en el centro de la exposición teje narrativas con el resto de las piezas aunándolas y resquebrajándolas a su vez. El origen de la pieza en el reciclado del abuso del papel en las numerosas votaciones legislativas, así como alimentos cotidianos, derivan al confrontarse con el tinte negro en un simulacro de marea negra que vehicúla y construye un cúmulo de circunstancias que van dibujando y definiendo la pieza final.
Paisajes Encerrados es una serie de piezas en torno al paisaje como contemplación, como tiempo que se paraliza y que precisa de una intención de crearlo dada la dificultad de acceder a su visión. El objeto, caja, pieza, es en sí un elemento que abriga un paisaje que en nada tiene que ver con su contenedor. La obra es lo que, a primera vista, no puede ser visto y ha de ser descubierto.
«las naturalezas muertas y las vanidades, esos espejos verdaderos del tiempo y de la nada. (…) Si el pasado no es nada, el futuro no será sino una nube de la que se cuelga un presente que huye.» [Buci-Glucksmann]
Como en ‘Étant donnés’ de Duchamp, los paisajes sólo pueden ser observados a través de un orificio y como en todo paisaje, la pieza sólo existe realmente si existe la contemplación y, como dice Argullol, «contemplar es ver el alma de las cosas. Incluso si se trata del vacío.»
Se adjunta video #ELARTENOSSALVA tras el encerramiento motivado por el COVID-19 y que retrasó esta exposición prevista