Imágenes de la entrevista, realizadas por @_renzo_99 Proporcionada por el centro de formación profesional «Cesur Murcia Audiovisual» en las instalaciones de @tvmurciana y encabezada por el profesional @kikealcaide .
El Gabinete de Música Electroacústica (GME) se creó en 1983 tras los pasos dados por Jesús Villa-Rojo, clarinetista y compositor, y director del Conservatorio de Cuenca. Hasta sus instalaciones llegó el Synthi 100, en concreto a las manos de Leopoldo Amigo, compositor y residente del GME en su primera etapa, que fue sucedido por Gabriel Brnçic, alma mater del GME hasta su cierre, con la colaboración del técnico, el compositor, Julio Sanz Vázquez que se encargó́ de defenderlo desde su cierre en décadas posteriores y de fomentar la proyección internacional con la que había nacido.
Sintetizador Synthi 100 del GME de Cuenca. / fuzzygab.uclm.es
En la actualidad el GME está en manos del Grupo de Investigación Fuzzy Gab de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) que, en los últimos años se han encargado de revitalizar el GME y de restaurar su principal instrumento, una joya de la música electroacústica, el sintetizador Synthi 100, el primero que llegó a España en los años 80. Lo hemos contado con Sylvia Molina, investigadora principal del Fuzzy Gab, en el espacio SER Universitarios que emitimos los martes en Hoy por Hoy Cuenca y que esta semana hemos completado con el reportaje de Jorge Montoro, estudiante de Periodismo en la UCLM, sobre los protocolos aplicados en la Facultad de Comunicación con motivo de la pandemia del covid. Podéis escucharlo todo a continuación:MenúCadena SerEscuchar / Pausar17:31
Proyecto realizado por la ar(t)ista Sylvia Molina de su exposición ‘Narrativas Borrosas’ en el museo La Neomudéjar de Madrid con motivo de la invitación al museo CCECR de Costa Rica
De alguna manera, en todo este conjunto podría atisbarse, y no solo como fondo, una cierta clave musical. De hecho, es la música la que ha constituido hasta la fecha el núcleo de la experiencia artística de Sylvia Molina. La música “seria”, como la llamaba Adorno, la que puede interpretarse al piano, y también la que ella experimenta con recursos electrónicos y con las tecnologías más diversas. Puede considerarse el elemento vivificador de casi todas estas obras, sobre todo en la medida en que cristaliza en objetos dotados de un valor que podríamos calificar como fundamentalmente poético. Si, como sabemos, música y poesía estuvieron unidas en sus orígenes, ella parece reunirlas de nuevo. Un poco en ese sentido extraño en que ha podido hablarse de una poesía visual, pero al revés, existe una poética musicalidad en ciertos objetos que aparecen investidos de una singular resonancia, cuando se nos presentan como una especie de hallazgo inesperado que les permite rodearse de una atmósfera sutil, como si fuesen algo más de lo que son.
Finalmente, ella misma se refiere al un desflecado o deshilachado, en este caso a propósito de la memoria. Habla precisamente de una chaqueta deshilvanada y de un ovillo mediante el cual podría ser reciclada. Algo de eso hay en estas piezas, otras tantas narrativas en donde los flecos de la obra se nos ofrecen como peinados por la memoria, aunque a contrapelo, tal vez con la esperanza de que los hilvanes del arte, hoy tan desgastados por la historia, no se echen a perder del todo. (p. 79)
Javier Moreno: ‘El arte borroso de Sylvia Molina’
Las resonancias en Narrativas borrosas no solo se establecen entre los diferentes códigos (digital/analógico) o estéticas (pintura/sonido), sino entre las propias obras. Así encontramos en Ku (vacío, en japonés) una especie de negativo de Kintsugi. El formato para la pintura en Ku ya no es el papel sino la diapositiva. De nuevo la superficie aspira a una nueva dimensión a través del proceso de rasgado y cosido. Otra vez la dominancia de la grieta, como en la obra de Lucio Fontana, una grieta que Sylvia Molina reduce en términos de escala y acaba colmando de luz por medio de la proyección sobre tela. El negro de la pintura de Kintsugi se transforma ahora en mancha luminosa. Se trata de una escritura donde el trazo -la tinta- está hecha de luz. (p. 179)
Francisco J. Insa: ‘Diálogos Inesperados’
La artista se vale de Bach, Vilèm Flusser, Deleuze, Giordano Bruno, Borges, Pavić, Umberto Eco, Platón, Guy Debord, Rilke, Baudelaire, Italo Calvino, Walter Benjamin, incluso Velázquez con sus Meninas (músicos, científicos, escritores, filósofos, compositores, teóricos, poetas, pintores…) y otros personajes que van apareciendo a lo largo de todo el libro (¿que no conoce a la mitad? No pasa nada, yo tampoco, si es una mente inquieta búsquelos y si no, siga leyendo, no lo necesita) para construir un texto coral en el que los personajes, sentados a la mesa, debaten sobre el arte de escribir. (p. 39)
Fran Brives: ‘El no espacio’
Recorrer el viaje propuesto por Sylvia Molina obliga a bailar entre las piezas, según la obra podrías pasar de un Rondó, a un minué. Algunos de los pasos exigen reverencias, como “paisajes encerrados, otras genuflexiones para la obra 1993, 1968, 1978, 1990… pero lo que no permanece inmóvil son los estímulos. Por veces postural, cada obra exige un enfoque, agacharse, mirar arriba, subir, bajar. Esta tabla casi aeróbica obliga al cuerpo a gestionar otra manera de pensar, la memoria sobreviene por los olores, las posturas corporales, la música. Digamos que visitar la exposición es cómo abrir un libro al azar, por veces sentado, por veces agachado, o tumbado. Así se trabaja la creatividad, el libro exige atención, concentración y cuidados. Esta instalación es un libro abierto, tal vez más una partitura que un libro, aunque los sonidos que nos arranque no vibren armónicos sino disonantes como son las huellas de una memoria afectada. (p. 155)
Detalle Catálogo
Detalle Catálogo
Contraportada
De izq a dcha: Néstor Prieto, Sylvia Molina, Fran Brives
Diálogos Inesperados es un proyecto difícil de catalogar. Por sus dibujos, troqueles, cosidos y lenguaje intermedial. Por sus textos, entre la ficción y el ensayo. Por su encuadernación, entre el libro y el cuaderno (nace de forma manuscrita íntegramente en tinta china) podríamos catalogarlo como ‘libro de artista’.
Diálogos Inesperados es lo que ES, sin poder catalogarlo con exactitud al igual que su autora, siempre posicionada en el ‘ENTRE’, en el espacio intermedio entre la música y la plástica, el arte y la tecnología, el objeto analógico y lo digital, la escritura y la imagen.
Tirada de 150 ejemplares numerados en su primera edición 2019. Está realizada en impresión digital en papel verjurado de 160 gr. Las imágenes escaneadas del manuscrito original han sido trabajadas en cada ejemplar con cosidos y troqueles por parte de la artista y se incluyen, asimismo, tres intervenciones dibujadas a mano.
Paisajes en Conserv<a>cción es un proyecto crítico a las políticas medioambientales y gentrificaciones estipuladas en determinadas comarcas.
El proyecto consta
de cinco elementos que lo dibujan: ‘Raíces’, ‘Ku’ (Vacío), ‘Foco’, ‘Resiliencia’
y ‘Mensaje en una botella’. Estas piezas, también presentados en tarros de
conserva, presentan el proyecto principal en dónde se muestra los ingredientes que
alimentaron los trece días en los que tuvo lugar el incendio.
Ingredientes:
Tierra quemada, restos orgánicos e inertes. 3.200 ha. quemadas.
13 días emergencia nivel 2.
Municipios : Yeste y Molinicos. Desalojo vecinos de 19 aldeas.
Total: 445 desplazados.
24 h del foco 190 ha. 48h después 2.000 ha.
Labores de extinción: Total 233 medios (45 aéreos, 187 terrestres y 3 de dirección y coordinación).
760.000 € en ayudas económicas a la zona afectada por el fuego.
Denominación de Origen: Incendio de Yeste. 2017
Peso neto 320 gr: 3.200 Ha
Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0
Sounded Notebook es una intervención sonora partiendo de las piezas ‘Kintsugi’ cuya materia, contraste, disposición, troqueles, etc. constituyen los parámetros sonoros que definen la partitura.
La obra gráfica se convierte en partitura diluyendo así las fronteras entre las distintas artes para acercarse más al concepto de arte total wagneriano. No es la visualización del sonido ni la sonorización de la imagen.
Lo que Sounded Notebook nos presenta es, sin embargo, un encuentro para plantear preguntas, para favorecer los aspectos sinestésicos del arte favoreciendo así el diálogo entre los elementos visuales y sonoros. Es la búsqueda del multifónico, de lo que no está y puede crearse, de lo que nace en ese espacio intermedio, en ese conjunto difuso, en esa porosidad.
Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0Catálogo ISBN 978-84-09-23495-0
Kintsugi documenta
en video los cuadernos, del mismo nombre, realizados en tinta china, troqueles,
cosidos y otros materiales.
Dibujar es un acto de memoria. No puede sino realizarse a diferentes velocidades dependiendo de la necesidad de recuerdo o de olvido. El proceso de la tinta china provoca además una segunda velocidad en el proceso, su secado, su tiempo, la profundidad del negro. Podríamos decir que dibujar, escribir, componer o pensar es pasear por la memoria, trazar una ruta que elimina la secuencialidad del camino físico y que nos proporciona la posibilidad de dibujar experiencias polifónicas con otros caminos y otras experiencias.
El proyecto nace
entre 35 mm. Diseccionar un espacio cuya escala no te pertenece, es como
ubicarte en un panóptico, en un Aleph de un mundo que no puedes controlar y
cuyas reglas reestructuraran el lenguaje, la sorpresa, la ensoñación, la narrativa.
La capacidad de
interpretar se diluye. El punto de vista, como sitio o lugar, carece de
importancia y su escala inhibe la posibilidad de que el punto de estar tome así
mismo presencia.
La escala muestra una relación y dicha relación está trasmutada. El detalle se convierte en protagonista y la herida en liberación. Adentrarse en el submundo de la escala nos devuelve un nuevo orden implicado (Bohm), un lugar donde volver a ver la misma cosa pero desde un nuevo no_estar.