En un artículo muy interesante, unos investigadores indios han empleado la teoría de redes para tratar de estudiar la dinámica del terrorismo en el mundo y sus cambios en el tiempo.
Comienzan en la introducción comentando que, en principio, la evidencia disponible apunta a que la cooperación entre seres humanos es la fuerza dominante, dado que nuestra historia como especie empezó formando pequeñas tribus para acabar con la formación de los actuales estados, unas organizaciones muy complicadas donde personas totalmente extrañas entre sí cooperan.
Al mismo tiempo, en toda nuestra historia actos violentos má o menos organizados han sido también grandes protagonistas; basta con recordar las dos últimas guerras mundiales o cualquiera de los múltiples conflictos violentos abiertos en el planeta. Y dentro de ellos, por supuesto, actos de terrorismo, aquí definidos como actos violentos realizados por grupos pequeños de personas con el objetivo de alcanzar un cambio en el estatus político, religioso o social imperante.
El artículo trata de usar la teoría de redes, muy empleada por físicos de formación para el estudio de instituciones humanas de cualquier tipo recientemente, para poder analizar las relaciones existentes entre grupos terroristas, sus víctimas y los potenciales vínculos entre ellos.
Como base de datos de relaciones entre terroristas y víctimas emplearon una base de datos denominada Base de datos de terrorismo global (Global Teroorism Database en inglés), que recoge de las noticias sobre ataques violentos sucedidos en el mundo que aparecen en prensa el número de víctimas, el grupo que inició el ataque terrorista y otra información relevante.
Tras construir el grupo de datos que emplean en el análisis, pueden mostrar gráficos tan impresionantes com la figura siguiente, donde observan la evolución temporal de los ataques en todo el mundo; el terrorismo de ETA es muy claro en la península ibérica.
Entre sus conclusiones, la primera que sacan es que casi todos los grupos terroristás están fuertemente ligados, de tal forma que un gran cluster de grupos o personas terroristas fuertemente unidos conforman el 8% de todos los nodos presentes.
Otra de las cosas que comprobaron es la resiliencia de la red de terrorismo a sus ataques, que resultó ser baja si lo que se se hace es extraer aquellos elementos más destacados de la red, frente a ataques aleatorios a la red. Esto tiene importancia a la hora de diseñar políticas de contención del terrorismo, porque implica que antes que un control global y aleatorio, para acabar con el terrorismo es preferible un control más selectivo de objetivos de alta importancia en la organización terorista: cabecillas de diversos grupos, altos mandos, etc.
Además, también presentan clara evidencia empírica de algo que todos los que vivimos actualmente tenemos claro de forma intuitiva: según avanzó el siglo XX y el XXI, la cantidad de grupos terroristas aumenta, con una mayor disparidad y cantidad de víctimas conforma avanza el tiempo. La consecuencia de esto y del resultado anterior es clara: cada vez resulta más difícil evitar o neutralizar las redes terroristas, pues para ello hay que descabezarlas y hay cada vez más cabezas.
Como eejmplo, citan el conflicto entre palestinos e israelíes, que hasta 1970 tenía dos actores principales: el estado israelí y el palestino (o lo que pudieran tener), para años después, con la incorporación de otros grupos como Hamás, complicar de manera clara la geometría de la red, como demuestra la figura siguiente:
Por otra parte, dentro de la geometría de a red se observa con frecuencia una estructura de estrella: o bien un mismo objetivo terrorista sufre ataques de varios grupos a la vez, o bien un grupo ataca varios blancos diferentes.
El artículo se puede encontrar en el siguiente enlace: Identifying the global terror hubs and vulnerable motifs using complex network dynamics