ALIMENTO
Si hacen trabajos en el interior o en el exterior de la mina, reciben diariamente tres libras de pan, una de carne y dos cuartillos de vino. Algunos forzados llamados “de comida menor”, ocupados en las herrerías, o en pesar la carne o hacer trabajos de la cárcel, se les rebaja la ración en media libra de pan y medio cuartillo de vino. Esta misma “comida menor” se da a los esclavos forzados convalecientes y a aquellos otros que el médico aconseja algunos días de descanso, por su exceso de cansancio. Los enfermos reciben una libra de pan, tres cuarterones (12 onzas) de carnero, tocino, especias y garbanzos, cuando el médico lo ordena, también bizcochos, pasas, almendras, huevos y otras cosas.” Mando estén bien cuidados los enfermos; que se les asista con todo lo que recetare el médico o cirujano, ya sea de comida o bebida, o ya sea lo que toca a medicina; sin escasear cosa alguna“.
Para compensar las mermas del vino y carne al hacerse la distribución por menor, se abonará al alcaide un cuartillo de vino por cada arroba, la ración de libra de carne de macho se dará a los forzados esclavos no enfermos, disminuida en la merma desperdicio de distribución, mientras la otra mitad será aplicada a celebrar las festividades de Nuestra Señora del Carmen y de San Miguel, venerados en la capilla cárcel, para los entierros de los esclavos y forzados.
A estos entierros también ha de aplicarse el valor de los vestidos que llevan al ingresar en la cárcel al morir o ser libertados, siempre que tengan las prendas más de dos meses de uso. Los no enfermos reciben los domingos en lugar de la libra de carne, su importe en dinero, con el que compran vituallas para la semana.
Es obligación del veedor de la mina del Pozo y del alcaide de la cárcel evitar que los esclavos forzados vendan o den el pan, vino, carne de sus raciones, pues deben consumirlo todo en su propio alimento. Dos días al año se les da ración doble y descanso: Navidad y el día de San Miguel.
VESTUARIO
Los forzados debían andar siempre rapados y si barba. Al llegar el forzado o esclavo a la cárcel, recibe como vestido una casaquilla de paño colorado y calzones (en total tres varas de paño de la fábrica de Torremilano). Este terno se le renueva cada año. También al ingresar, se les da una camisa y un par de zapatos, renovándoselos cada seis meses. Para dormir disponen de un jergón y una manta, todo de jerga, de cuatro varas cada pieza. Estas, los colchones, almohadas sábanas se reponen cuando por deterioro quedan inútiles. Si a la muerte o libertad del presidiario su vestido no hubiera sido usado más de dos meses, se le da a otro.