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Entrevista en La Tribuna de Albacete sobre la homeopatía…

La Tribuna de Albacete recortó mínimamente mi entrevista y la publicó en: http://www.latribunadealbacete.es/Noticia/ZE6E2B760-9FF2-5CD3-D1A392567E4D44E0/Pensar-que-la-homeopatia-es-una-alternativa-es-un-suicidio-

A continuación, adjunto las respuestas que yo envié por escrito:

-¿Qué cree es que la homeopatía?

No lo creo, la homeopatía ES una pseudoterapia sin base científica que se fundamenta en una serie de premisas subjetivas enunciadas por el alemán Samuel Hahnemann en el siglo XVIII. Sin ningún tipo de experimentación ni observación al respecto que las corrobore, la homeopatía se basa en “leyes” como que si una sustancia me produce un mal, la misma sustancia muy diluida me producirá el efecto contrario. Este es el principio “similia” que realmente va más allá. Por ejemplo, si la cafeína me quita el sueño, si yo tomo cafeína muy diluida, me producirá insomnio ¿ridículo? Completamente. Así encontramos falsos remedios basados en cangrejo (para el cáncer, por lo del horóscopo y que cáncer es un cangrejo, así de insultante), cebolla (para la depresión) o caca de perro (no tengo ni idea para qué). He aquí una muestra de por qué digo que este principio “va más allá”. El otro principio es el de la dilución, diluir mucho la supuesta sustancia sanadora. ¿Y cuánto es mucho? Pues hay remedios que diluyen el equivalente a un grano de arroz en el volumen de agua que ocuparía una esfera del tamaño del sistema solar o incluso de nuestra galaxia. Además, dicen, que cuanto más diluido más potente. ¿Tiene algún sentido? A lo mejor en el S.XVIII sí, ahora ninguno, pues entre otras cosas va en contra de todo lo que hoy sabemos sobre la Farmacología, Bioquímica, Fisiología, etc.

-¿Cree que hay una campaña de descalificación sobre esta alternativa médica?

No creo que haya una campaña de descalificación sobre esta estafa, que para nada se puede llamar “alternativa médica” pues no cura y lo mínimo que se le puede pedir a un medicamento es que cure. A los productos homeopáticos sólo se les exige que sean inocuos, vaya, que no hagan nada. Y es fácil, pues son azúcar y nada más. Como decía no hay campaña alguna. Durante décadas estas pseudoterapias han campado a sus anchas en medios de comunicación sin que la respuesta de la Ciencia, que tiene también décadas, se escuchara. Hoy en día, contar qué es la homeopatía resulta fácil y llegar a la gente a través de medios digitales y explicarlo es muy sencillo. Cada vez más gente está aprendiendo que detrás de una bolita de homeopatía hay una industria que se aprovecha del dolor de la gente vendiendo productos que no hacen nada.

-Los homeópatas sostienen que este ataque no es un problema que verse sobre la cientificidad del medicamento homeopático, sino a que su consumo se está extendiendo y, por tanto, existen miedos por parte de otras industrias involucradas en los tratamientos convencionales.

No lo había escuchado nunca. Antes de responder, no se puede llamar “medicamento” a algo que no ha demostrado objetivamente que funcione, llamémoslo “producto o preparado”, pero no “medicamento”, sería como comparar el último libro de Belén Esteban con el Quijote. Bien, los homeópatas deben estar preocupados porque se les acabe el chollo de vender pastillas de azúcar sin principio activo alguno. Sorprende que esas mismas personas que atacan a las farmacéuticas, no se cuestionen los millones que está ganando la industria homeopática produciendo pastillas que no hacen nada. Entiendo que quieren evitar el debate sobre si científicamente sus productos curan o no, porque a día de hoy, no lo han demostrado más allá del efecto placebo.

-Los escépticos achacan a la homeopatía el efecto placebo, pero los homeópatas defiende que también se usa en animales y plantas, incluso en enfermos en coma, y que ha funcionado. ¿Cómo es posible que el efecto placebo se dé en estos casos?

No entiendo muy bien el concepto de “escéptico”. Se puede ser tajante: La CIENCIA ha demostrado que la homeopatía no tiene más efecto que el efecto placebo. No es una opinión o una corriente escéptica, se ha demostrado objetivamente, científicamente. En cambio lo que no ha sido capaz de demostrar la industria homeopática es que sus productos tengan más efecto que una pata de conejo o una estampita. El efecto placebo es algo extremadamente complejo. No obstante, gracias a la Ciencia, hoy en día sabemos que nuestro sistema nervioso es capaz de interaccionar con nuestro sistema inmune, limitando su efectividad si las condiciones tras terminar con una infección, que supondrá una pérdida de recursos importante para el organismo, serán o no favorables. Esto es, evitamos curarnos controlando la enfermedad hasta que las condiciones sean mejores o podamos garantizar que sobreviviremos y podremos alimentarme, por ejemplo. No sabemos qué estímulos son los que se tienen en cuenta en estas situaciones, pero está claro que si yo a mi hijo le digo “sana, sana, culito de rana” y le doy un beso o un abrazo, le estoy transmitiendo esa seguridad, esa necesidad de sentirse arropado. Sobre el efecto placebo en plantas, animales y, añado, bebés, la homeopatía no ha sido capaz de superar ningún ensayo clínico serio y, por cierto, ¿acaso el placebo no se da en animales? Por supuesto que sí. Y añado también que el “a mí me funciona” no es un criterio científicamente válido para demostrar que un medicamento funciona.

-¿Opina que la medicina convencional podría ser compatible y no competencia con la homeopatía?

La Medicina que funciona se llama simplemente Medicina. Es aquella que ha demostrado su eficacia. La propia industria homeopática en su página web, admiten que ni ellos saben para qué pueden funcionar sus productos, pensar que son una alternativa a la Medicina, es un suicidio. Y lo es. Cada día conocemos casos de personas que han abandonado sus terapias “convencionales” para tratarse no sólo con homeopatía, sino con otras alternativas pseudocientíficas, y el desenlace suele ser fatal. Casos recientes como el de Manolo Tena o el de Steve Jobs, o el del niño que falleció en enero porque sus padres le trataban con productos homeopáticos, pueden darnos una idea del riesgo que supone en determinadas patologías. Ahora el truco de la industria homeopática es decir que son terapias “complementarias”, pero eso es como decir que la misión Apolo XI llegó a la luna gracias a que había una mosca subida en el cohete que agitaba sus alas con mucha fuerza. Te curará la Medicina, la homeopatía sólo te engañará y si quieres creer que la homeopatía potencia o mejora los resultados, puede llegar a ser ridículo, como lo es que alguien nos intente convencer de que la Tierra es plana.

-Médicos homeópatas también señalan que en los últimos años, estudios de investigación muestran que las ultradiluciones utilizadas en homeopatía son algo más que agua.

Médico homeópata es un oxímoron, esto es, dos términos contrapuestos como “silencio atronador” o “universidad católica”. Un médico de verdad no se puede decirse homeópata, es una contradicción. Las ultradiluciones son agua. Si diluyo 1g de principio activo en 99g de agua, tendré 1 parte por cada 100. Esto es una dilución de 1CH en términos homeopáticos. Si lo hago 2 veces, esto es 2CH, cogeré 1g de la disolución anterior y lo diluiré en otros 99g de agua, ahora tendré 1 parte por cada 10.000. Si lo hago otra vez, tendré 1 parte por cada 1.000.000. Si lo hago 10 veces, esto es 10CH, tendré una parte por cada 1.000.000.0000.000.000.0000. Una ultradilución es de hasta 1000CH o 1500CH, que sería el equivalente a diluir un grano de arroz en el volumen que ocupa toda nuestra galaxia. No, no queda absolutamente nada y ya se demostró hace años que lo de la “memoria del agua” fue una patraña. James Randi es un escéptico canadiense que depositó 1 millón de dólares en una cuenta bancaria para aquel que demostrara la existencia de “algo más que agua”. El dinero y James Randi siguen esperando.

-Finalmente, si la homeopatía es un timo, ¿por qué no la prohíben?

Muy buena pregunta. Es una pregunta que habría que hacérsela a los Colegios de Farmacéuticos que permiten que los productos homeopáticos ocupen un espacio especial en las farmacias, que los farmacéuticos te los recomienden porque no tienen efectos secundarios (pero obvian decir que tampoco los tienen primarios). También a la ministra Ana Mato que les dio soporte legal. O a aquellos médicos que recetan con o sin conocimiento de causa, productos homeopáticos. Con conocimiento de causa sería que recetaran estos productos porque necesitan mandar placebo ¿sería ético?. Una revisión de más de 100 estudios publicado en The Lancet en 2005 decía que el tiempo de hacer más estudios se había acabado. La evidencia era suficiente y pedía a los médicos valentía y honestidad para indicar que la homeopatía no servía para nada. Así que deberíamos achacarlo al puro desconocimiento o a otros intereses. Y es que para que no te timen, lo único que tienes que saber es que lo que te intentan vender es un timo.

 

Junto a esta entrevista se publicó otra a quien dice ser «médico homeópata»: http://www.latribunadealbacete.es/Noticia/ZE6FB53CE-063B-AC95-3E9FBAD2CC620681/La-medicina-convencional-olvida-que-respondemos-a-estimulos

Imanes, miedo y desconocimiento

Publicado en La Tribuna de Albacete el 27 de abril de 2010.

Es raro el día en que no recibimos, a través del correo electrónico, el típico mensaje de alerta sobre muy diversos peligros, bulos, cadenas solidarias o cadenas que ofrecen un incremento de tu suerte si las reenvías a todos tus contactos, por no hablar de la publicidad no deseada o spam.

El pasado mes de julio, la Asociación de Internautas publicaba el Segundo Informe sobre la percepción de los internautas de los bulos en la Red, en la que se indicaba que los foros y el correo electrónico son los principales canales de propagación de falsas informaciones en Internet. Los más extendidos son los bulos sobre política, productos de alimentación y peligros para la salud.

Permítannos dedicar unas palabras a un bulo relacionado con la Física, ya que, como profesores de esta disciplina, no nos aguantamos a comentar. No sabemos si habrá recibido recientemente el aviso de que los imanes de la nevera, según un estudio de una prestigiosa universidad americana, podrían inducir en la comida guardada en su interior, una serie de modificaciones que provocan a los ratones del estudio que la consumen, incrementar, nada más y nada menos, en un 87% la posibilidades de padecer un cáncer. Sin especificar de qué tipo.

Cualquier lector con unos mínimos conocimientos de Física detectará errores de bulto en el texto del mensaje que le indicarán su total falsedad. Por ejemplo, en el texto reenviado se puede leer que «el objeto del estudio era ver cómo afectaban las radiaciones electromagnéticas de los imanes que se ponen en la puerta de la nevera en los alimentos». Un imán produce un campo magnético estático de un cortísimo radio de acción (muchísimo menor al del campo magnético de la Tierra). Podríamos considerar que el campo magnético del imán se vuelve variable en el tiempo cuando abrimos y cerramos la puerta de la nevera, y entonces podría generar corrientes inducidas en los electrolitos de los alimentos (sales y agua). Pero no, su intensidad es tan pequeña que no producirían el más mínimo efecto.

El falso estudio también alerta del aumento del consumo eléctrico de la nevera porque debe «aumentar la fuerza electromagnética del campo eléctrico» del aparato, frase sin ningún sentido si se analiza con un espíritu mínimamente crítico.

Es sorprendente que, según la encuesta citada al principio, el 70% de los internautas declara no tener claro cómo reconocer un bulo en Internet y que el 16%, ante la duda, lo envía por correo electrónico. Este tipo de bulos y cadenas pidiendo solidaridad se aprovechan de dos elementos cada vez más frecuentes en nuestra sociedad y que están íntimamente relacionados: el miedo y el desconocimiento. De forma similar a lo que ocurre con el miedo a las antenas de telefonía móvil, estos falsos mensajes calan en la sociedad, se extienden sin control y llegan a parecer verdad y a asumirse por la sociedad, sin que nadie se preocupe en comprobar si son ciertos. Además, tienen un objetivo claro que beneficia a sus creadores y que a nadie parece preocuparle, y es que al reenviarse masivamente con los destinatarios en el campo «CC» (copia carbón) del correo en vez del campo «CCO» (copia carbón oculta) que oculta las direcciones, estas direcciones (nuestras direcciones y las de nuestros amigos) son visibles y captadas por empresas que envían correo basura indiscriminadamente.

Por este motivo, ante el próximo mensaje de aviso, de peligro o de solidaridad, no lo envíe. Si por alguna razón desea enviarlo, cerciórese de su veracidad buscando en páginas fiables (ni foros, ni páginas personales) y ante la duda, repetimos, no lo envíe, por su propia seguridad y la de sus conocidos.