En esta casi obsesión que confieso tener por denunciar y desenmascarar todas las chorradas pseudocientíficas que se difunden por ahí, vengo a hablar hoy de una sumamente peligrosa y sorprendente: el movimiento contra las sillas de seguridad de coche para bebés. Sí, aunque no te lo creas, existe un movimiento organizado que denuncia una conspiración de los fabricantes de sillas de seguridad de coches para enriquecerse y poner a nuestros hijos en peligro.
La idea de este texto me surgió ayer cuando bajé al garaje a instalar una nueva silla de seguridad a contramarcha para nuestra hija pequeña que, según todos los crash test de seguridad, son lo más seguro para un niño en caso de colisión. Un vecino, al verme atareado, me comentó que cuando él tuvo a sus hijos, éstos viajaban sueltos, incluso en el maletero y, muchas veces, él conducía habiendo tomado algunas copas de más “y no pasaba nada”. Pensé que seguramente habría un movimiento en Internet en contra de las sillas de bebé y voilá, existe.
Este movimiento anti sillas de bebé denuncia una conspiración que cuenta con el beneplácito de, cómo no, los científicos que, según ellos, manipulan los test de seguridad para que pensemos erróneamente que un niño viajará más seguro y protegido en una de esas “sillas diabólicas”. Denuncian que desde el gobierno y las autoridades competentes se aprueban leyes para que cada vez tengamos que gastar más y más dinero en sillas de bebé que, lejos de proteger a nuestros hijos, les ponen en serio peligro. Los fabricantes cuentan con un completo catálogo de sillas que se adaptan a la edad del bebé o a los diferentes tipos de coche, para que gastemos más y más: la silla del grupo O, la del grupo 1, la que vale para varios grupos, las isofix, etc. Años de investigación y desarrollo para ofrecer cada vez más y mejor protección. Y la realidad, según estos “Magufos” de libro, es que hace 30 años, viajábamos sin tan siquiera cinturón de seguridad y no pasaba nada.
Da igual que tú les digas que la Tecnología y la Ciencia avanzan para mejorar nuestra calidad de vida, para garantizar en caso de riesgo que realmente no pasará nada o al menos poder minimizar los daños. Da igual, cuentan con sus gurús, algunos incluso expertos, que encontrarán un argumento en contra de las sillas de bebé, aunque éste sea falso como suele ser lo habitual. Da igual que les digas que salvan vidas, que la seguridad del bebé no tiene precio, que son seguras, que son necesarias, da igual. Da igual que mueran niños por no usar una silla de bebé adecuada, da igual, pues contra este tipo de creencias, el Conocimiento tiene poco que hacer más que repetirse.
Ahora lee el texto y cambia “sillas de bebé” por “vacunas”.