El doodle de Google de hoy nos recuerda la introducción del calendario gregoriano que vino a sustituir al juliano hace 434 años, en 1582, y que seguimos utilizando hoy en día.
Gregorio XIII, de ahí el nombre, promulgó la bula Inter Gravissimas con el fin de resolver unos «pequeños problemillas» que acarreaba el calendario juliano, impuesto por Julio César en el año 46 antes de la Era Común, y que denunciaban unos trabajos de la Universidad de Salamanca (esa que según la ANECA no debe tener reconocido prestigio internacional).
El problema es que el calendario juliano tenía un error anual de 11 minutos, que no parece demasiado, pero que al cabo de 1257 años habían llevado a un adelanto de ¡10 días!
Y es que la medida del tiempo no es una cuestión baladí debido, entre otras cosas, a que la rotación de la Tierra no permanece constante y se está desacelerando por las mareas y la influencia de la Luna.
Durante siglos, la Iglesia Católica había estado celebrando todas las fiestas sagradas unidas al calendario con un error importante. Esto habría supuesto que lo que pensaban que era un jueves santo en realidad no lo era, la Semana Santa se habría celebrado mal, como la Trinidad, Pentecostés, la Ascensión o el Corpus Christi. Un auténtico desastre que ni dios ni la virgen, muy dados los dos a aparecerse en aquellas épocas, no vinieron a alertar y claro, en 1582 hubo que arreglar el desaguisado. Por cierto que desde que hay móviles con cámara y todo el mundo tiene uno, las apariciones son cada vez más escasas, será cosa de los derechos de imagen o de Instagram, vete tú a saber.
En aquella época, Juanello Turriano, al que conocerán sobre todo aquellos de Toledo, matemático mayor de Felipe II, colaboró en el desarrollo del nuevo calendario llamado por Gregorio XIII. Por cierto que hoy en día, el sistema integral de gestión de la Historia Clínica Electrónica del SESCAM se denomina Turriano… que junto al Mambrino, vuelve locos a médicos, enfermeros y personal de administración…
Así en 1582, exactamente el 4 de octubre se implantó, en muchos países (sobre todo España que dominaba medio mundo), el nuevo calendario y al día siguiente, viernes, fue 15 de octubre. Todo resuelto. Bueno no, pues hoy en día tenemos que ir añadiendo segundos cada cierto tiempo para ir corrigiendo un «fallo» del creador que no hizo el universo inmutable sino más bien todo lo contrario.
Como decía, no todos los países asumieron el calendario al mismo tiempo. Grecia lo hizo en 1923 y tuvo que «perder» casi 15 días del 15 de febrero al 1 de marzo. Esto era un pisto, porque las fechas no coincidían de un sitio a otro. Por ejemplo, Sir Isaac Newton nació el, depende… Según el calendario juliano que siguieron utilizando en Gran Bretaña hasta 1752, el 25 de diciembre, pero según el gregoriano, el 4 de enero. Entre ambas fechas varía el año, así que depende dónde miremos Newton nació en 1642 o en 1643. Morir murió en 1727 pero no sería hasta 25 años después que el Gran Imperio Británico, y su iglesia que era la que mandaba, se adaptaran al nuevo calendario.
Esto, al parecer, no lo enseñan en las clases de religión, de cómo el inmovilismo o el vivir de espaldas a la Ciencia, hace cometer errores como éste, por la gracia de dios. Pues así con todo durante siglos y los que nos quedan.
Otro hecho curioso que no se explica en Ávila, donde viví muchos años, es que la Santa de Ávila, Teresa de Jesús, falleció el 4 de octubre de 1582 ¡hostias! pero el día de la patrona se celebra el 15 de octubre… cuando la enterraron… ¿Acaso tuvieron el cuerpo macerando 11 días? No, la enterraron al día siguiente del 4 de octubre de 1582 que era el 15 de octubre.
Feliz martes o jueves o sábado, o lo que sea hoy.