Hay pocas pseudoterapias “naturales” que molen tanto como las flores de Bach, por su estupidez, pero por su sencillez y su calado en la sociedad. No hay centro naturópata que se precie que no prometa la curación mediante las archifamosas flores de Bach (pronunciado como “bach” y no como “baj”, el compositor).
Esta terapia “esencial” aplicada por pseudoterapeutas que se dicen “esenciales” se basa en unos “principios” enunciados por el médico inglés Edward Bach a principios del siglo XX. El funcionamiento es extremadamente sencillo: se basa en el efecto de las energías sutiles, estas energías recurrentes que sólo detectan y sienten aquellas mentes preparadas y no los Físicos en el CERN ni ningún dispositivo científico que se precie, y las esencias de las plantas para curar cualquier estado mental negativo. Trabajan sobre nuestro espíritu, transmutando y cambiando aquello que no es bueno para nosotros, creando armonía. No lo digo yo, lo dicen los “expertos esenciales”.
Preparar flores de Bach es sencillo: con agua de manantial, no vale del grifo, se ponen flores en un cuenco al sol y tras un rato, se mezcla el preparado con brandy. Así como con el agua se debe ser cuidadoso, con el brandy no especifican si vale con un Terry o hay que tirarle al Peinado 100. A partir del preparado se hacen diluciones, esas que tan bien hacen los homeópatas, y se depositan unas gotas debajo de la lengua. Esto nos llevará a otro estado de energía, a otro estado vibracional, siempre según los “expertos”, ayudándonos a unir la mente y el alma.
Un poco de cordura. El preparado no tendrá ningún principio activo, más allá del alcohol, no tendrá ningún efecto más allá del placebo. Y nada tendrá que ver con la fitoterapia o el uso de plantas medicinales. Los expertos en sacarle el dinero al crédulo utilizan un lenguaje místico, casi mágico, atacan generalmente a la Medicina y, como no podría ser de otra manera, a los fármacos basados en la odiosa química.
Un punto a su valor es que hacen mucho hincapié en el efecto psicológico de esta estafa, lo cual no les debe dar credibilidad ninguna, pues generalmente son personas sin formación, ni escrúpulos, que se atreven a hacer diagnósticos en lo que debería ser un claro ejemplo de intrusismo. Si aun así te apetece probar esto de las flores de Bach, podrás preparar tus propios “medicamentos” a base de flores, pero conseguirás el mismo efecto si utilizas flores de plástico. Yo recomiendo un buen brandy, con moderación, y diluir lo justo. Como siempre, ante un problema de salud, al médico, que para algo está.