David Márquez Soriano

Bioquímica (2016)

Estudiante de doctorado

¿Por qué decidiste estudiar Bioquímica? Desde siempre he sido muy curioso por todo lo que me rodea. De pequeño, la ciencia me parecía magia. Poco a poco me fueron descubriendo la biología, geología, química y física y me empezó a interesar bastante. Sin embargo, no fue hasta segundo de bachillerato cuando me presentaron la bioquímica como trayectoria profesional y decidí que podría ser algo a lo que dedicarme durante mucho tiempo sin cansarme o caer en la rutina.  La bioquímica parecía estar en todos lados dentro de la investigación y la docencia. Finalmente llegó el día de escribir mi solicitud de plaza en las universidades tras la selectividad era un popurrí de carreras de ciencias, pero la primera opción siempre fue bioquímica. Una vez me seleccionaron y entré, comencé a entender en qué consistía de verdad.   En este tipo de carreras no solo te enseñan conocimientos de libros. Te enseñan a pensar, a cuestionarte las cosas, contrastar información para tener un pensamiento crítico y sobrellevar la frustración (como la vida misma).

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional? Durante el grado, hice prácticas en empresa en el CABIMER (Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa, Sevilla) donde aprendí múltiples técnicas y a trabajar por primera vez dentro de un grupo de investigación. Más tarde realicé el trabajo de fin de grado en el INSERM (Institut national de la santé et de la recherche médicale, Montpellier, France) con Erasmus+ durante el verano de 2016. De esta experiencia me enriquecí en muchos ámbitos: aprender a trabajar en un grupo de investigación en el extranjero, defenderte en otros idiomas, aprender a convivir con otras culturas y a crecer como persona. Allí aprendí sobre inmunoterapia e inmunología en general.  Finalmente terminé el grado y tuve unos meses en los que no pude continuar con ningún estudio de máster al defender el trabajo en diciembre. Acabar la carrera es un palo, te ves frente al vacío sin no saber qué hacer. Ves que otros compañeros siguen su camino, pero al final todo llega. Esos meses empecé a hacer cursos online oficiales y a dar clases particulares. Además, también estuve de prácticas extracurriculares en el CBMSO (centro de Biología Molecular Severo Ochoa, Madrid) en el laboratorio de la Dra. Satrústegui, donde más tarde hice el trabajo de fin de máster. Ese mismo año 2017 entré en el máster de Pharmacological Research de la UAM (universidad autónoma de Madrid) y me llamaron para trabajar en una empresa nutracéutica como asesor científico. Gracias a la flexibilidad y la ayuda que me dieron tanto en el laboratorio como en el trabajo, pude completar mi formación de máster. Sí, después de la carrera hay vida. Y sí, se puede trabajar y estudiar a la vez. Y no, no tienes que ser un cerebro (aunque siempre ayuda), tienes que saber dar lo mejor de ti y aprovechar las oportunidades. Actualmente continúo mi formación en la nutracéutica.

¿Qué funciones desempeñas en tu trabajo actual? En mi trabajo actual desempeñamos múltiples funciones dentro del departamento científico, todas las que tengan que ver con el ámbito científico de la nutracéutica. Nuestra función principal es la formación a profesionales a nivel nacional e internacional. Para ello, tenemos que formarnos continuamente con bibliografía y estudios. También realizamos labores de diseño de protocolos, seguimiento de ensayos clínicos, dudas técnicas, búsqueda de nuevos productos y aplicaciones, asistir a congresos, dar seminarios, charlas… Siendo sinceros, es dejar las pipetas a un lado, pero a cambio se aprenden otras muchas cosas. Aprendes a defenderte en diferentes países, a hablar en público (en mi caso en francés e inglés por el momento), a buscar información, a pensar con rapidez y, además, conoces diferentes culturas y a mucha gente profesional interesante.

¿Qué te ha aportado ser titulada por la UCLM? En sí, ser titulado por la UCLM no me ha aportado nada destacable. Pero mirando hacia atrás y viendo lo que hay en otras facultades, he agradecido la actitud y la cercanía de los profesores de la facultad de Bioquímica de Toledo. Al fin y al cabo, son los que me han formado hasta donde estoy ahora y les doy las gracias. La etapa universitaria siempre deja marca y por el destino, aprendí mucho tanto cosas buenas como no tan buenas.