20ºANIVERSARIO

En 1973 nació la primera Universidad de Mayores en Toulouse (Francia).

En 1999 se empezó a gestar la Universidad de Mayores José Saramago de la Universidad de Castilla-La Mancha gracias a la profesora Dra. Dña. Rosa Mª Marí Ytarte, en el campus de Talavera de la Reina. Y fue durante el curso 2001-02 cuando empezó a funcionar en esta ciudad. Nuestro programa se incluyó dentro del vicerrectorado correspondiente al área de extensión universitaria, hoy día el vicerrectorado de cultura, deportes y responsabilidad social.

Primer logo del programa en la Universidad de Castilla-La Mancha

Al poco tiempo se propuso al profesor D. Juan Estanislao López Gómez la puesta en funcionamiento de la Universidad de Mayores en el campus de Toledo, que empezó su andadura en el curso 2002-03. El profesor fue su coordinador durante aproximadamente diez años.

Inauguración del primer curso académico de la Universidad de Mayores en Toledo.

En 2012 el profesor D. Miguel Ángel Pacheco Rodríguez tomó las riendas de la coordinación durante unos 9 meses hasta pasar el testigo a la profesora Dña. María Yolanda Salinero Martín que trabajó en ella hasta septiembre de 2018. Fue en el curso académico 2017-18 cuando, a petición de los alumnos, se cambió la denominación, llamándose desde entonces Programa Universitario José Saramago 50 Plus, renovando también su logotipo, al que conocemos en la actualidad. A partir de octubre de 2018 a la actualidad, es Dña. Encarnación Mª Moyano Ávila quien coordina el programa en Toledo.

Son muchas las historias a las que ha ayudado a nacer nuestro Programa, pero como homenaje a los 20 años de existencia, no podríamos encontrar nada mejor que las experiencias de nuestros alumnos, verdaderos protagonistas. Vaya aquí una recopilación de algunas de ellas, recogidas y proporcionadas por la profesora Dña. Elvira Alonso en sus clases, a la que agradecemos su buen hacer.

  • Después de 5 años muy duros en mi vida, quise pasar página y relacionarme, ilusionarme y sobre todo, aprender de los profesores que me proporcionaba la Universidad y además de los compañeros. Y así ha sido y sigue siendo. Me siento felizmente realizada en la Universidad. Me ha aportado muchísimo a nivel personal, ilusión por aprender, por salir, por conocer gente. A nivel académico me ha aportado conocimientos muy diversos que nunca me hubiera imaginado podría aprender: nutrición, música. filosofía, midfulness, …  A nivel humano he conocido a mucha gente en mis mismas o parecidas circunstancias, con las que he entablado muy buenas relaciones de amistad, que a pesar de los años perduran. Recomendable 100%. Es algo muy positivo. A todo el mundo se lo recomiendo, porque la Universidad me cambió totalmente la vida.
  • Cuando decido matricularme, no se me pasa por la cabeza el empatizar. A mí, lo que me mueve a dar este paso es que quiero seguir sabiendo, conociendo, por qué no: “seguir educándome” porque con la jubilación yo no doy por amortizada mi vida, no. Es un cambio, un nuevo ciclo de vida que sigue necesitando formación. A mí, como a casi todos, educacionalmente se nos quedaron muchas cosas en el camino que no aprendimos y este era y es el momento. Yo quiero seguir aprendiendo. Y he tenido la suerte que he dado con docentes que no solamente me han enseñado más Literatura, más Historia del Arte, más historia de España, más Filosofía, más Informática, Economía… sino que me lo han transmitido de otra forma y, sobre todo, me han mostrado que hay otras formas de ver y entender la enseñanza.
  • Creo que se han cumplido todas las perspectivas que me planteé al efectuar la matrícula: me encontré con un mundo de conocimientos que no tenía a nivel académico y en cuanto a nivel personal,  el trato con toda clase de personas y de muy diferente estatus. Es posible que debido a mi condición de delegado de curso, el trato ha sido más completo al tener que ser el puente entre compañeros, compañeros-profesores y viceversa. Entre compañeros y universidad y viceversa, así como realizar labores de representación que me han abierto puertas que en otras circunstancias no se hubiesen dado. En definitiva una crecimiento como persona.”
  • Me matriculé en la Universidad José Saramago cuando me jubilé. He tenido una vida laboral muy activa y temía que cuando esta etapa se acabara, encontraría un vacío que debía llenar con actividades que me agradaran y por supuesto me motivaran. Siempre me ha gustado estudiar y pensaba que cuando llegara la jubilación terminaría la carrera que había dejado a medias, pero cuando llegó el momento, opté por opción de esta Universidad porque no me seducía la perspectiva de los exámenes. En ella he encontrado un buen ambiente entre los compañeros, y sobre todo me he puesto, de nuevo, en contacto con la cultura. Me está viniendo muy bien recordar muchas cosas que había olvidado y aprender otras nuevas. En general, las asignaturas son interesantes y los profesores, además de competentes, nos hacen las clases muy amenas. Considero que, esta iniciativa es todo un éxito.”
  • Me inscribí por mi situación personal, mi objetivo ha sido siempre mantenerme en contacto con la cultura, me he movido siempre con muchas ganas de saber, de aprender, y consideré que ésta era una buena manera de conseguir mis expectativas. He conseguido aprender mucho sobre materias que me gustan y he descubierto que sin presiones de exámenes, asistencias y de manera muy distendida he sentido mucho más interés que cuando me obligaba. Por otro lado, he descubierto mucho de esta ciudad y me ha permitido socializar y conocer mucha gente, ampliando mi círculo de buenas amistades. Resumiendo, me ha aportado nuevas vivencias y experiencias muy POSITIVAS, no dudaría en recomendarlo.
  • Me inscribí en el programa Saramago porque al jubilarme tenía un montón de tiempo libre, y la mejor manera de llenarlo me pareció que era seguir aprendiendo sin presión y conocer gente con intereses parecidos con la que pudiera relacionarme. Lo que encontré fue mejor de lo que esperaba, porque los profesores se implican de verdad, los temas son siempre interesante y nos toman en serio, lo que agradecemos sinceramente. Nos han ofrecido actividades culturales muy interesantes, y además hemos hecho amistades, lo que mejora nuestra calidad de vida y nos da un motivo para tener ilusión y seguir activos. Tengo que decir que me encanta el programa y pienso seguir muchos años en él.”
  • Yo siempre he tenido interés por conocer, así que cuando terminé mi vida laboral pensé que sería una forma enriquecedora de ocupar mi tiempo libre, mantenerme activo mentalmente y tener una relación social activa con personas de mi edad y con intereses culturales. También me atraía apreciar el “ambiente” universitario, cómo se movían los estudios de las nuevas generaciones. Mis expectativas se han visto bastante satisfechas: he establecido muy buenas relaciones con muchos compañeros, el trato y atención del profesorado me ha parecido exquisito, me ha permitido acceder a diversos servicios de la Universidad y he podido aprender y enriquecerme culturalmente.

No me queda sino agradecer a todas aquellas personas, incluyendo a nuestros profesores y alumnos, gestores, personal de administración y servicios y becarios, que durante estos 20 años han aportado su esfuerzo y trabajo para que nuestro Programa haya llegado hasta el 2023 proporcionando conocimientos y experiencias a todos aquéllos que se han acercado a nuestras aulas.

E. Moyano.