LEER vs. VIDEOJUEGOS

LEER vs. VIDEOJUEGOS

Leer significa interactuar con un texto, comprenderlo e interpretarlo. Cada libro puede significar cosas diferentes para cada persona en función de su estado de ánimo, su predisposición a la lectura, sus características psicológicas, etc. Se ha demostrado que los hábitos lectores no solo mejoran las áreas del cerebro dedicadas a la lingüística, sino también enriquecen las áreas de la competencia matemática, las habilidades verbales, sociales, creativas y emocionales.
Leer es una actividad beneficiosa para el ser humano, no solo para ampliar tu vocabulario sino porque gracias a la lectura te transportas a nuevos mundos imaginarios dónde puedes desconectar de realidad social.

Para los niños, leer es una tarea que les resulta aburrida, por ello hay que diseñar estrategias que les ayuden a familizarizarse con los libros desde las edades más tempranas y que, de este modo, despierten gusto y placer por la lectura. El entorno sociocultural del niño es muy importante para la creación de buenos hábitos lectores puesto que los niños aprenden casi todo por imitación.
A los más pequeños les gustan las marionetas, los peluches y los muñecos por eso, una buena forma de acercarles a la lectura es realizar dramatizaciones con los personajes del cuento que han leído.

Actualmente muchos niños y adolescentes pasan la mayor parte de su tiempo libre jugando a videojuegos, viendo la televisión o chateando en redes sociales. El propio Francisco Ibañez, creador de «Mortaldelo y Filemón» pone de manifiesto esta nueva realidad social dónde predominan las nuevas teconologías con esta frase: «El día que un ordenador sea capaz de crear una historieta y desarrollarla, yo seré el primero en hacer cola en la tienda para comprarlo»

A modo de conclusión puedo resumir que los jóvenes de hoy en día leen menos que los jóvenes de hace diez años, pero se ha demostrado que se ha producido un aumento del número de jóvenes lectores desde hace dos años. Sin embargo una de las causas de que los jóvenes no lean demasiado son los videojuegos y su uso masivo. Por ello los padres tienen que ser conscientes del tiempo que emplean sus hijos jugando a videojuegos pudiendo establecer horarios de uso para evitar crear adicción a ellos.

Desirée Bel Rodríguez
2º Infantil A

¿Deben entrar las TIC en el aula?

Las TIC son un gran recurso de formación continua y tremendamente útiles en la sociedad que tenemos. ¿Podríamos vivir sin ellas? Yo creo que sí, pero… ¿por qué vivir sin ellas? Por qué tienen que ser blanco o negro, pueden ser grises, porque tienen peligros pero bien utilizadas también tienen cosas buenas, por eso lo fundamental de esta pregunta es la palabra educación, ya que lo importante es educar en su uso.

Hace unos días una compañera en clase lanzó una pregunta, ¿realmente tenemos otra opción? La respuesta es no.

Aquí comienza toda mi reflexión, da igual que estemos de acuerdo o en desacuerdo con las nuevas tecnologías, porque vivimos en la sociedad de las TIC, de hecho hace unos años no existía la electricidad y hoy en día nadie se plantea vivir sin ella. Porque no es solo que las tengamos que utilizar sino también enseñar, ya que son parte de sus vidas y de las nuestras, además de una parte importante del currículo.

El objetivo de las maestras es hacer de las TIC una ayuda, una herramienta a la que recurrir que nos complemente en nuestro trabajo, pero por supuesto nunca lo sustituya, porque lo más importante es que no nos nieguen la capacidad de pensar.

Y ahora hablando como futura docente, yo no quiero una futura maestra que fundamente la base de su trabajo en un ordenador, sino que lo complemente con él. Que en una facultad de educación nos enseñen y aprendamos el gran valor y el recurso que pueden ser las TIC en nuestra aula. Por lo tanto, que no se permita que existan «maestras de corta y pega», que fundamenten su trabajo en un mal uso de las TIC, personas que sean tan dependientes de ellas, que no sepan crear, algo fundamental para mí en una maestra. Y que pretendan educar a niños en su uso, sin saber utilizarlo para ellas mismas.

Además otro de los motivos es que las nuevas tecnologías no son perfectas y por lo tanto fallan y a veces demasiado. Una clase llena de alumnos no se puede permitir estar esperando a que funcione un ordenador para poder trabajar porque las TIC tienen que ser una herramienta de trabajo, no una dificultad en nuestro trabajo.

Las TIC bien utilizadas nos pueden servir de gran ayuda, como elemento de refuerzo, de motivación, incluso de vínculo entre padres e hijos, propiciando diversas actividades. Además a nosotras como docentes nos facilita la comunicación tanto con los padres, algo fundamental para que la educación funcione, como la comunicación entre nosotras mismas, para compartir información, recursos, materiales, etc.

 Y por último es necesario que los padres estén bien informados, ya que la falta de información de los padres, provoca que algunos priven a sus hijos del derecho a la información, y a otros que les permitan entrar de lleno en un mundo tan peligroso como puede ser internet si no sabemos utilizarlo.

Por todo esto me quedo con una palabra, que para mí responde todo lo anterior, educar.

Ruth Suárez Fernández
Magisterio Infantil
2ºB

LAS TICS Y SU INTEGRACIÓN EN LA ESCUELA

El sistema educativo no puede quedarse al margen de los cambios que se producen en nuestra sociedad relacionada con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Sin embargo no todas las personas participan de los avances, ya que el acceso a estas tecnologías está creando una brecha digital por quienes pueden acceder a ellas y quiénes no. 
Hemos pasado de una situación donde la información era casi escasa a otra donde es muy abundante, y aunque una parte de la población escolar no tiene habilidades necesarias para utilizarlas, benefician el desarrollo de aprendizaje en la educación a distancia, para adultos o por ejemplo para los enfermos que están en hospitales; por ello se debe atender a que a todos los componentes de una escuela, estos aprendizajes les faciliten el desarrollo de los conocimientos y favorezcan las comunicaciones con el medio.
Estas nuevas tecnologías posibilitan un acceso a una gran cantidad de información para reconstruir y desarrollar nuestro conocimiento pero nunca con la ausencia del esfuerzo personal de cada uno.  Además para poder llevar a cabo estos cambios el profesor debe tener un cambio en su enseñanza para así instruir al alumno mostrándole motivación por el uso de las tecnologías. Estas tecnologías ayudan al aprendizaje del alumno, favoreciendo la búsqueda de información, además de aparecer problemas y saber solucionarlos ellos mismos, creatividad para la interactividad aunque siempre aparecen barreras como la distracción y la visita de páginas y lugares no recomendados para su edad. Además de perjudicar la relación profesor-alumno en cuanto al desarrollo de un mejor conocimiento.
Se podrán utilizar las nuevas tecnologías, ya que sin ellas hoy en día no se podría vivir, pero se seguirá desarrollando la enseñanza tradicional de los maestros ya que a pesar de su evolución sigue siendo el maestro el que tiene la respuesta que el alumno quiere saber.
Gema Tenorio Sánchez-Escalonilla, 2ºB Educación Infantil

COMENZÓ POR EL FINAL

¡Cuántas veces se había  repetido esa frase en su cabeza!

Se sentó frente a él, y ya sentía que para ella eso iba a suponer un alivio, iba a comenzar a  hablarle y sintió como un peso que se desprendería de su cuerpo.

Nació en una ciudad del sur de Francia, Cannes. Pasó sin pena ni gloria su vida rodeada de su familia, una familia humilde. De su infancia y adolescencia recordaba su pueblo, sus abuelos, sus amigas, su colegio, los cumpleaños, fiestas de carnaval, finales de curso y también en el recuerdo de esos años a algún que otro profesor. Tenía en su mente a una profesora a la cual recordarla le producía sentimiento de odio, asco, la verdad que se lo hizo pasar mal, la suspendió en reiteradas ocasiones sin ningún remordimiento aun haciendo que por ello tuviera que repetir el curso completo en dos ocasiones. Pero esto pasó en el bachillerato y por suerte, de años anteriores también tenía buenos recuerdos de otros profesores, en concreto dos, Fabián y Mercedes, estos en un par de ocasiones la cogieron aparte y charlaron con ella. Una pequeña charla, unas pocas frases, muy poco tiempo, pero hoy se da cuenta, aunque en su momento ya lo valoró y agradeció, de que esas palabras, ese gesto, esa atención eran muy importantes. El que una persona observe que algo te ocurre, el que alguien te mire, te analice, descubra en ti que necesitas atención, que quieres ayuda, aunque sea solo eso, unas palabras.

Siguió su vida, desde los dieciséis años trabajó, aunque nunca dejó de estudiar, compaginó sus estudios con trabajos que se lo permitían, pero hoy contaba orgullosa que tenía su título de la E.S.O, Bachillerato, un CFGS y hoy por hoy se encontraba en la universidad. Jamás nadie pensó que llegaría allí, nadie, ni ella misma, y cuando digo nadie es nadie, porque tuvo que escuchar las palabras como: ¡No vas a conseguir el Bachillerato ni por asomo! Esto para ella era una inyección de adrenalina, estas palabras entraban en su cerebro transformadas en un ¡ahora sí que tienes que conseguirlo sea como sea, cueste lo que cueste!, y así fue, le costó pero lo consiguió. Sus padres jamás le ofrecieron la posibilidad de ir a la universidad, jamás le preguntaron si quería ir a la universidad, al contrario, ya que su madre al enterarse de que ella se marchaba a vivir a París a estudiar Educación Infantil la desanimó, intentó quitarle la idea de la cabeza, aquello era una locura le decía. Pero la decisión estaba tomada, marchaba, comenzaba una nueva vida, en una nueva ciudad, lejos muy lejos de todo su asqueroso presente, esto incluía un hermano parasito de la sociedad el cual había llegado a robarle cosas. Este «hermano» y lo dice entre comillas, porque hasta llamarlo como tal le resulta repulsivo, no trabajaba y tenía 32 años, en varias ocasiones había desaparecido de casa, haciendo con ello sufrir muchísimo a su madre, había estado de «chulo», había comprado un coche con el aval de sus padres, coche del cual luego no se hizo responsable del pago y así un largo etc. A ella lo que más le dolía era que su madre se levantara a las cinco de la mañana para ir a trabajar y llegara a las 11 de la noche a casa y «ese» no hiciera nada, nada aparte de crear gastos y ser un estorbo, pero su madre lo había parido y una madre es una madre y permitía todo aquello. Sus otros puñales, o espinas clavadas en el pecho referentes a su vida eran un padre con síndrome de Diógenes, una cuñada que dejaba mucho que desear como madre y lo peor de lo peor, «él».

Se conocieron cuando ambos tenían 18 años, todo marchó sobre ruedas los tres primeros años, ella estaba LOCAMENTE ENAMORADA de él, se habría quitado la vida por él, pero un buen día él comenzó a cambiar. Después ella aguantó más de dos años de amargura, él la mentía constantemente pero luego la recuperaba, con rosas, con ramos de flores que le mandaba al trabajo, postales, anillos de oro, palabras como: no me puedes dejar, quiero que seas la madre de mis hijos. Todo a la vez que ella se quedaba todos los fines de semana sola, el salía, sin ella. Un día le propuso irse a vivir juntos, ella lo pensó, finalmente aceptó, se dijo a si misma que ella iba a agotar hasta el último cartucho por su parte, por intentarlo. Fue lo peor que pudo hacer. Se levantaba  a las 5 de la mañana y unas veces él aun no había llegado a casa, otras se lo encontraba en el salón jugando a la consola con sus amigos, otras…

Un buen día se dijo a sí misma que no quería esa vida, trabajar, llegar a casa, la comida sin hacer, lavar calzoncillos, limpiar el baño, mientras él… ella temía a que llegara el fin de semana porque el se iba, por más que ella le suplicara llorando que no lo hiciera, él se iba. Más tarde se enteró que llevaba dos años tomando cocaína.

Cuando un día por la noche le comunicó la noticia de que ella se marchaba, el lloró, lloró como un niño pero ya no había vuelta atrás, ahora le tocaba pensar en ella.

Comenzó una vida completamente nueva, lejos de todo aquello, ahora todo eran cosas nuevas, cosas por descubrir, gente por conocer, cosas por hacer. 

La universidad le abrió un nuevo camino, un nuevo destino, una nueva vida, un nuevo mundo. No resulto fácil porque sus padres no le daban ni un duro, al contrario, pero ella trabajó, vendió todo lo que tenía, todo, también sus anillos de oro, algunos muy esp
eciales y de los cuales le costó desprenderse. Uno era de su comunión y se lo había regalado su abuelo al que había querido con toda su alma y aun después de diez años muerto sigue queriendo. Otro anillo tenía las iniciales de sus sobrinos y las fechas de sus nacimientos. Los otros se los había regalado «el otro» (no sabia como referirse a él).

Finalmente consiguió beca dos años seguidos y pudo vivir y respirar tranquila, pero antes en muchas ocasiones no había tenido ni los céntimos suficientes para ir a comprar un cartón de leche al supermercado. En estas ocasiones se llegó a plantear ese modo de dinero fácil que no quería ni mencionar. Su amiga estaba en ese mundo y se lo ofrecía. Un día mientras ella estaba en la universidad, recibió la llamada de su amiga que le decía que se había adentrado en la prostitución, ella rompió a llorar, pero lloró por dentro, estaba en clase y una vez más debía mantener las formas, no sabía si aquello era demasiado fuerte o no, solo sabía que eran cosas duras, cosas que guardaba para si y llevaba escondidas en lo más profundo de su alma. Ya había escondido sus lágrimas otras veces en clase, por emocionantes palabras de alguna maestra, algún video, experiencias que contaban en clase que sin más la emocionaban. Todo estaba relacionado con los niños, ella sentía una sensibilidad especial por ellos y más desde el día en el que se vio obligada a quitarse de sus adentros, de su vientre… por culpa de «él», ese mal nacido al que no le dedicaremos ni media palabra más. Quedó atrás.

Su vida ahora era ella, estudiar, leer (cosa que jamás antes había hecho por placer), descansar, aprender y entender. Quería (como su amiga le había dicho en una conversación antes de marchar) conocerse a sí misma. Ahora valoraba y agradecía un techo, una ducha de agua caliente, el olor a suavizante de la ropa recién lavada, el no tener que ponerse el despertador, la imagen de una nueva ciudad, las amigas, un atardecer, el sol, la luna, un cielo estrellado, un amor fugaz, una sonrisa, un gesto amable, una palabra bonita, todo eso agradecía.
 
Pasaba muchas horas en su cuarto rodeada de papeles, folios, post-its que tenían frases escritas como las siguientes:

-Todo en la vida tiene el valor que tu quieras darle.
-La vida es para vivirla.
-El triunfo no tiene sabor si no se ha vivido antes la derrota.
-Lo vas a conseguir porque la vida sigue hacia delante pero para ello debes apartar a las personas que te llevan hacia atrás.
-La confianza en ti mismo es el secreto del éxito.
-Limpia tu energía, llora, ríe, habla, escribe, canta, baila, haz ejercicio y sánate a ti mismo.
-La vida quiere más abrazos, más besos y más sonrisas.
-Si alguna vez tus sueños se derrumban busca un poco de luz en tu ventana, prométete a ti mismo un arco iris y vuelve a comenzar.
-No te detengas, construye nuevos sueños piensa siempre que en tu camino nada es imposible.
-Que la tristeza del pasado y el miedo del futuro no echen a perder tu presente.
-Da tu primer paso ahora. No es necesario que veas el camino completo, pero da tu primer paso. El resto irá apareciendo a medida que camines.
-Que tu estrella te guíe por el camino de la educación.

Ahora vivía tranquila y eso no tenía precio.

Aun le quedaba mucho por aprender, un universo entero, una inmensidad de cosas por hacer, toda una vida para conocer y como alguien dijo un día: «El día que no tenga la necesidad de aprender dejaré de ser maestra». Ella tenía claro su sueño, conseguir ser maestra, para eso estaba allí. Quería vivir en un pueblo pequeño, trabajar en un colegio y ver cada mañana esas caritas traviesas, divertidas, alegres o enfadadas, caritas de sueño, pero quería disfrutar de sus risas, ayudarlos, compartir, hacer un camino juntos, aprender, vivir, ser feliz.

A veces se pregunta a sí misma que camino habría elegido, que decisiones habría tomado, que habría hecho, que habría sido de ella sin LA EDUCACIÓN.

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ÁGUEDA CANO CRUZ, 2º B GRADO ED. INFANTIL, UCLM.