Los adolescentes de hoy en día, han nacido en el mundo de las tecnologías de la información y la comunicación. Una tecnología nueva para un contenido eterno, ya que la información y la comunicación están en la base misma de cualquier aprendizaje.
Si hay un sector de la población donde más ha influido la llegada de las nuevas tecnologías, lo constituyen los niños y los adolescentes. Los chicos de hoy en día no se imaginan la vida sin el móvil, y utilizan las conocidas redes sociales diariamente para chatear con los amigos o ligotear entre ellos. Estas actividades se han hecho siempre, lo que ocurre es que las nuevas tecnologías han cambiado el contexto y ahora resulta mucho más fácil comunicarse con los demás. Pero tras facilitarse la comunicación, también es mucho más factible recibir ataques a la intimidad, y en el caso de los niños, Internet se ha mostrado, por desgracia, como uno de los instrumentos favoritos de los pederastas y la mala gente que busca satisfacer sus deseos más ocultos.
Por otro lado, considero que los consejos para el buen uso de Internet por parte de los niños, desafortunadamente son muy pocos. El primer consejo que se podría dar de todos ellos quizá puede parecer obvio, pero resulta fundamental: los padres deben comunicarse con sus hijos. Este «truco» funciona no sólo por los problemas generados por el uso de la red, sino en todos los demás conceptos de la vida. No es normal que los padres para entretener a los niños les dejen delante de la televisión, la consola o el ordenador para que puedan navegar a su gusto.
Así pues, estas actividades son buenas y necesarias para el crecimiento y el desarrollo de la persona, de ahí la importancia de los juegos educativos, pero no deben constituir el cien por cien del tiempo de ocio de los niños. Hablar con los hijos, darles una confianza, que se sientan protagonistas del funcionamiento de la casa y la vida familiar sin fundamentalismos de ninguna clase, imposiciones absurdas y saber hacerse respetar sin el uso de la violencia son normas para que la vida familiar funcione sin problemas. Igualmente, los niños no tendrán que «buscar» la falta de cariño o de atención en Internet por parte de otros niños con sus mismos problemas o de desaprensivos sin escrúpulos.
Finalmente, desde mi punto de vista pienso que el mejor consejo que se puede dar es no permitir que un ordenador con conexión a Internet se sitúe en los dormitorios de los niños. Ellos pensarán que es totalmente «suyo» y abrirán su espacio íntimo a desconocidos con todos los peligros que esto puede conllevar.
Lo mejor en el caso de tener niños y adolescentes en casa es que el ordenador se coloque en el salón o en cualquier habitación con una vigilancia continua por parte de los adultos puesto que ocurre que muchas veces los niños se quedan solos en casa. En ese caso, lo mejor es crear contraseñas de acceso a Internet o perfiles de uso para ellos donde no puedan acceder a la red.
Con todo esto, he podido comprobar también que la tecnología, sólo por ella misma, pocos cambios metodológicos será capaz de producir y que para que se produzcan estos cambios habrá que acompañar la innovación pedagógica tecnológica con alguna serie de cambios más profundos.
Gema Piñeiro Fernández-Puebla 2ºB Ed. Infantil