Hace poco pude realizar un proyecto bastante interesante sobre la inclusión educativa de los niños con necesidades educativas especiales, concretamente con los niños que tienen síndrome de Down.
Hoy en día parece que la inclusión educativa de estos niños es un tema que ya hemos superado en nuestra sociedad, puesto que hace más de veinte años en la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE de 1990) ya se hacía referencia a este hecho. En dicha ley se apoyaba la inclusión de estos niños en una escuela ordinaria tanto en la etapa de Educación Infantil, como en la etapa de Educación Primaria.
Pero el interrogante es el siguiente ¿Se realiza una inclusión educativa de los niños con necesidades educativas especiales de forma correcta? Tras el estudio de varios artículos encontrados en la red, concretamente en la fundación Dialnet, la cual hace diversas publicaciones de artículos científicos con la ayuda de la mejor innovación tecnológica, he recogido las siguientes conclusiones.
La inclusión educativa no significa una mera ubicación de los alumnos con necesidades educativas especiales en el aula. Por lo tanto para que la inclusión sea un acto en sí, deben intervenir varios factores.
En primer lugar se deben hacer adaptaciones curriculares. Cuando hablamos de adaptaciones curriculares no nos referimos a adaptar unos objetivos, contenidos, criterios de evaluación a las capacidades del alumno, sino que también debemos adaptar las necesidades que requiera un grupo-aula y las necesidades contextuales, ordinarias y generales de todos los alumnos en la adaptación curricular de centro.
En segundo lugar debe de haber un trabajo colaborativo entre todos los profesionales del centro educativo. En especial se deben hacer reuniones en las que los principales participantes sean el profesor-tutor de los niños, y el equipo de psicopedagogía del colegio.
En tercer lugar es muy importante la colaboración de las familias de estos niños con el centro educativo. En todo momento las familias deben de estar informadas del seguimiento que se está llevando a cabo con los niños en su proceso de enseñanza aprendizaje. Además hay diversidad de actividades que se pueden llevar a cabo en el entorno educativo y en las que los padres pueden participar.
A modo de conclusión decir que nos encontramos en una sociedad en continuo cambio y en desarrollo constante. Contamos con multitud de informaciones y recursos que podemos recopilar y emplear para favorecer la inclusión de estos niños dentro de un aula. Además desde mi punto de vista pienso que la inclusión es una experiencia muy enriquecedora tanto para los niños con necesidades educativas especiales, como para los niños que no las tienen, estas situaciones aportan al proceso educativo grandes valores.
Fuentes consultadas:
Noemí Gijón Pacheco, 2º de Educación Primaria A