Este vídeo ha despertado en mí una reflexión, la cual es la siguiente: en realidad, ¿la inclusión social existe?
Desde mi punto de vista si existe, pero, por un lado, depende de si la discapacidad del individuo es física o psíquica. El niño que aparece en el video posee una discapacidad física, y por lo tanto, puede relacionarse y hablar con los demás niños sin ningún tipo de problema. Además, se observa cómo los niños lo aceptan sin ningún problema y lo tratan como a uno más, aunque ellos saben que es «especial», pero no por ello lo tratan como «un bicho raro».
Para ayudar a los niños con discapacidad física es muy importante que el colegio no disponga de barreras arquitectónicas, el hecho de que las infraestructuras estén adaptadas significa mucho para ellos, ya que en el recreo podrán jugar con los demás niños, y podrán acceder a todos los lugares del colegio sin ningún impedimento.
Por otro lado, cuando en un colegio se encuentra un niño con discapacidad psíquica la inclusión en el ambiente escolar resulta más difícil, ya que debemos reconocer que es un asunto muy complejo y requiere mucho tiempo, pero no es algo imposible. Para ello debemos tener en cuenta que cada niño tiene unas características de aprendizaje muy específicas y diversas, de manera, que en estos casos se puede diseñar una estrategia de intervención para facilitar el desarrollo de habilidades de la comunicación, la interacción, el desarrollo cognitivo y académico del niño.
Además, cabe destacar que para que esta inclusión sea posible, debe existir una colaboración tanto de la familia como de la comunidad educativa.
Para finalizar, mencionaré dos frases que hacen referencia a lo comentado anteriormente:
«Los niños especiales no esperan ser curados sino comprendidos».
«La peor discapacidad es la de no darse cuenta de que todos somos iguales».
LORENA SERRANO MORALES
2º PRIMARIA A
En determinados casos, el rendimiento académico de ese niño debe dejarse de lado para centrarse en otros como el desarrollo emocional, afectivo, de normalización, de interiorización de sus dificultades…De esta forma tanto el alumno en cuestión como sus compañeros y compañeras aprenderán cosas más importantes que por donde pasan los ríos de España; ser buenas personas y buenos ciudadanos, respetando las diferencias y adquiriendo una competencia emocional que les permita ponerse en el lugar del otro en las circunstancias duras de la vida. Es lo que los psicólogos llaman empatía.
Estoy de acuerdo totalmente con Álvaro, creo que la base de una buena educación comienza con el respeto así mismo y a los demás. Tratando de ver los propios alumnos a los compañeros que padecen algún tipo de ACNEAE como uno más, sabiendo qué padece y la forma de ayudar, compartir, jugar…más adecuada que deben tener con su amigo. Bajo mi experiencia personal, he podido trabajar con un niño autista y con una niña con un retraso madurativo, y me pareció increíble el trato que recibían de sus compañeros. Todos los alumnos les ayudaban con la tarea, les daban muestras de cariño, afecto, apoyo, et… Y aunque a la hora del juego el niño autista y la niña con retraso madurativo no seguían las reglas, el uno por su capacidad de distracción y aislamiento social y el otro por falta de madurez, en ningún momento esto provocaba un problema en el desarrollo del juego con el resto de la clase, estos niños interactuaban a su manera y nunca ha habido ninguna queja por parte de sus compañeros. Esta inclusión social que hemos conseguido hasta ahora no la teníamos durante los 90´s, pues el niño que tenía algún tipo de dificultad era marginado por sus compañeros e incluso en algunos casos presenciábamos buling. Para que esto no suceda, ya desde la educación infantil los docentes debemos imponer una serie de valores de respeto e inclusión que los niños tienen que desarrollar a lo largo de toda su vida. ¡Todos los niños te estarán eternamente agradecidos!NATALIA MORENO BAUTISTA2ºA PRIMARIA