Deberes escolares

Tras la iniciativa de la Federación de Consejos de Padres de Alumnos de Francia (FCPE) el pasado año de declararse en “huelga de deberes” por su oposición a la carga excesiva de tareas que los niños llevan a casa. Se reabrió en España un debate sobre los deberes escolares, dirigido concretamente al ciclo de primaria, dónde la problemática a tratar es si estos benefician o perjudican a los pequeños y a sus familias.
Por un lado están los defensores de seguir con la práctica de mandar tareas para casa. La comunidad docente defiende que estos les ayudan a administrar su tiempo, promueven el desarrollo de habilidades como la organización, la precisión, la disciplina y el compromiso, al tiempo que enseñan al niño a trabajar por su cuenta y ser responsable de sus tareas. Además, por encima de todo, su objetivo es fijar lo aprendido en clase.  Incluso ven necesario cierta carga escolar en casa para que los padres participen en el proceso educativo de sus hijos y se impliquen. Según Tomás Andrés Tripero, profesor de Psicología del Desarrollo y de la Educación en la Universidad Complutense, “No es malo que a partir de los siete años los niños dediquen algún tiempo, no mucho, a ir creando en casa hábitos de trabajo, de lectura, de creación artística… pero sin agobios, entiende.”
De otro lado, los detractores, argumentan que los deberes son antipedagógicos, alargan innecesariamente la jornada lectiva, reducen el tiempo libre de los alumnos y aumentan las desigualdades entre los que pueden recibir ayuda en casa y los que no. En España, la asociación mayoritaria de padres de alumnos (CEAPA) publicó un comunicado de apoyo a la FCPE donde definía los deberes como una práctica “poco motivadora y alejada de la cultura audiovisual en la que han crecido los alumnos”. Entre las razones que otorgan para la eliminación de los deberes, afirman que representan en gran medida un fracaso del sistema educativo, que tiene que sobrecargar a niños y niñas de tareas que deberían haber trabajado en la escuela. Los niños ya deberían cumplir el proceso de enseñanza y aprendizaje en la escuela y en el horario escolar.
Algunas de las medidas que se proponen para equiparar la carga de deberes escolares a otros países y que esta sea razonable, es el ejemplo de Navarra, donde el Consejo Escolar, publicó un informe a instancias del defensor del Pueblo después de recibir las denuncias de varias familias navarras que protestaban por el exceso de trabajo en casa. Se llevó al parlamento foral, pero se desestimaron sus resultados al considerar que eran pocas las fuentes para el estudio. Entre las recomendaciones del informe se fijaban unos límites para la tarea: entre 15 minutos y 3 horas, según la edad. Así se aconsejaba, que los alumnos de 1º y 2º de Primaria dediquen 15 minutos; los de 3º y 4º de Primaria, media hora; los de 5º y 6º de Primaria, una hora; los de la ESO (12-16), dos horas y los de Bachiller (16-18), tres.
En Bélgica, según el Observatorio de la Infancia,  «Los países que mandan menos deberes tienen los mejores resultados» en el informe PISA. Por ello retaron a probar «un mes sin deberes» en casa, pero ampliando la jornada escolar en Bélgica para que se puedan completar en la escuela. De esta forma, creen que los profesores tomarían conciencia del trabajo que ordenan hacer en casa y se pondría de relieve si, como sostienen el 65% de los padres, son excesivos. 

Elisabet Lucas Fernández
2ºB Grado en Maestro en Educación Infantil