Las dificultades de aprendizaje (DF) han estado ligadas tradicionalmente a la educación formal y sistemática, es decir en el marco de la escolarización obligatoria; sin embargo, ya desde los primeros años de vida, hay niños que sufren algún retraso evolutivo, que aunque no sea especialmente significativo, puede indicar la presencia de dificultades tempranas de aprendizaje (DTA).
Existe una gran diversidad de aproximaciones teóricas a la etiología y a la clasificación de las DA realizadas por diversos autores y por el National Joint Committee on Learning Disabilities (NJCLD, 1994).
El término DA fue acuñado por Kirt y Bateman (1962), que lo definen como “un retraso, alteración o desarrollo retrasado en uno o más procesos de habla, lenguaje, escritura, aritmética u otras materias escolares como resultado de un hándicap psicológico causado por una posible disfunción cerebral y/o trastornos emocionales o de conducta. No es el resultado de retraso mental, de deprivación sensorial o de factores culturales o instruccionales “.
Por otro lado, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) define las DA como “trastornos que se caracterizan por un rendimiento académico sustancialmente por debajo de lo esperado dada la edad cronológica del sujeto, la medición de su inteligencia y una enseñanza apropiada para su edad”.
Un factor a tener en cuenta en las DA, es que existe una posibilidad de mejora y que si se actúa en el momento adecuado con los recursos y estrategias necesarias, estas situaciones de desventaja pueden solventarse. A pesar de lo que comúnmente se piensa, las DA no se generan en el momento en que se inicia el aprendizaje de la lectura, la escritura y la aritmética, sino que tienen un origen anterior. De ahí la importancia de asentar unas buenas bases en la etapa de educación infantil para un correcto aprendizaje posterior de la lectura, escritura y las matemáticas.
Estos niños, generalmente presentan cocientes de desarrollo y un CI que entran dentro de la normalidad, aunque se pueden apreciar desviaciones discretas en procesos cognitivos básicos y en el lenguaje. La comprensión de las DTA se ha de realizar desde un enfoque multidimensional, es decir, considerando todas las dimensiones del desarrollo (biológico, psicológico, educativo y social).
El diagnóstico de las DA se produce generalmente cuando el niño es evaluado en lectura, escritura y matemáticas y los resultados que obtiene no son los esperados a su edad, nivel de escolaridad e inteligencia. Es a partir de ese momento cuando se suelen aplicar pruebas específicas de evaluación de las habilidades académicas (WPPSI, ITPA, TALE…). En casos de niños más pequeños se podrán utilizar escalas del desarrollo (Brunet- Lézine, McCarthy…), así como exploraciones y controles neuroevolutivos. La identificación se realizará mediante la observación de la conducta del niño y la constatación del dominio en las distintas áreas del desarrollo. En el caso de niños con DA asociados a síndromes, déficit, discapacidades, trastornos del desarrollo, etc., ha de efectuarse una intervención especializada en los centros de desarrollo infantil y atención temprana (CDIAT).
La intervención de las DTA se ha de realizar desde una perspectiva multifactorial e interdisciplinar (formado por profesionales de distintas disciplinas), incidiendo en el ámbito médico, social, educativo y familiar. Ni que decir tiene que los programas de intervención sobre las DTA han de priorizar la prevención desde los campos sanitario, social y educativo.
De todo lo anterior, se evidencia la importancia de la Atención Temprana, ya que ésta produce importantes efectos a corto plazo en niños de riesgo y en los que nacen con discapacidad al prevenir o minimizar los retrasos en el desarrollo. Se seguirán por tanto, metodologías activas, lúdicas, funcionales y significativas.
Por último, no podemos olvidar que nuestra obligación como futuras maestras de Educación Infantil, será asentar unas buenas bases en esta etapa crucial del desarrollo del niño, despertando sus potencialidades en todas las áreas del desarrollo, ofreciendo situaciones en las que a través de la experimentación, éste irá descubriendo y construyendo su propio conocimiento. Tenemos que ser conscientes de esto, porque reeducar algo que en su momento no fue aprendido es un proceso más complicado y costoso, por lo que las acciones educativas y pedagógicas llevadas a cabo tempranamente serán trascendentales para el desarrollo del niño.
Elsa Bermúdez Merino. Educación Infantil
Bibliografía consultada:
Gracia Millá,M (2006). Atención temprana de las dificultades de aprendizaje. Simposio satélite: dificultades del aprendizaje. Rev. Neurol 2006; 42 Supl 2: 53-56
Grupo de Atención Temprana (2000): Libro blanco de la atención temprana. Madrid: Real Patronato de Prevención y de Atención a Personas con Minusvalía
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