Muchos estudiantes con trastornos de aprendizaje tienen dificultades a la hora de dominar los conceptos y técnicas matemáticas.
Los problemas con las matemáticas son frecuentes a cualquier edad. Durante la Educación Infantil e incluso la Educación Primaria, muchos niños son incapaces de clasificar objetos por su tamaño, emparejarlos o comprender el lenguaje aritmético. Durante los primeros años de enseñanza, los alumnos suelen tener problemas para contar y en cursos posteriores, los problemas aparecen con las fracciones, decimales y unidades de medida.
Por todo esto, es fundamental poner al niño en contacto directo con la realidad matemática que ha de aprender, viendo, haciendo y manipulando siempre que sea posible, y especialmente cuando el alumno presenta dificultades de aprendizaje.
Todos los alumnos deben aprender las matemáticas mediante una metodología activa que pase por las cuatro fases siguientes: manipulativa, gráfica, simbólica y de automatización, teniendo siempre en cuenta los conocimientos previos del alumno para poder llegar a un aprendizaje significativo.
Las escuelas psicológicas recomiendan la máxima manipulación de objetos para la comprensión y relación de los conceptos matemáticos. En este sentido cabe destacar la importante contribución de Dienes con sus juegos estructurados que, mediante su manejo, conducen a la abstracción del concepto matemático.
Los problemas del aprendizaje de las Matemáticas han recibido quizás menos atención que las dificultades de lectura y escritura, por ello he considerado conveniente explicar en que consiste la Metodología de Dienes.
Es una estrategia específica muy adecuada sobre todo cuando en el aula asisten alumnos que presentan dificultades de aprendizaje relacionadas con el cálculo.
En la Metodología de Dienes se distinguen las siguientes fases de enseñanza:
– Fase manipulativa y experimentación con objetos: partiendo de la acción y de la manipulación de objetos, progresivamente incorporamos técnicas y conceptos matemáticos que el alumno relaciona con el vocabulario empleado hasta el momento y los va sustituyendo (por ejemplo: unir, juntar, agrupar por sumar). Primero, utilizamos material no estructurado aprovechando los intereses del alumno (objetos aportados por el niño y del entorno) y posteriormente, se emplea material estructurado como regletas de colores, ábacos, canicas, etc. Esta resolución de problemas siempre se verá envuelta en situaciones de la vida real y de forma paralela, el alumno verbalizará los pasos que da, trabajando la memoria comprensiva y desarrollando la expresión y comprensión oral.
– Fase de representación gráfica: las experiencias que el niño ha experimentado y asimilado previamente mediante la manipulación las representa gráficamente utilizando el dibujo. Aquí el niño ya plasmará su actividad física sobre el espacio gráfico.
– Fase de representación simbólica: el alumno se va familiarizando con los símbolos matemáticos, por ejemplo, el signo +, -, = etc., y empieza a utilizarlos.
– Fase de automatización: automatizar el proceso, que hemos ofrecido siempre de manera progresiva y envuelto en experiencias y planteamientos de un gran carácter lúdico y dinámico, siguiendo la lógica interna de esta área.
Pienso que sería una buena opción el hecho de contribuir con propuestas como la anterior para conseguir una mejora de calidad en la enseñanza, ya que todos los alumnos tienen derecho a progresar y aprender según su propio ritmo.
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