En lectura digital serán evaluados alumnos de 17 países: Australia, Dinamarca, Austria, Bélgica, Chile, Francia, China (Hong Kong y Macao) Hungría, Islandia, Irlanda, Japón, Korea, Neva Zelanda, Noruega, Polonia, España y Suecia. En España,25.000 alumnos harán las pruebas del informe en lectura, matemáticas y ciencias, y 2.100 harán también el de lectura electrónica. Catorce Comunidades Autónomas tendrán resultados específicos de los alumnos de su región. El examen se realizará entre abril y mayo de 2009 y los resultados se harán publicos a finales de 2010.
Las competencias digitales que se van a evaluar se refieren al dominio de los recursos necesarios para «acceder, manejar, integrar y evaluar información; construir nuevos conocimientos a partir de textos electrónicos», algo «bastante distinto a hacerlo con textos impresos», explica el director del Informe Pisa, Andreas Schleicher. Así, el objetivo de esta prueba trasciende la mera capacidad lectora, tal y como comúnmente se entiende, aunque «no es tanto sobre tecnologías, sino más bien sobre las competencias cognitivas que hacen falta para el uso efectivo de la tecnología», añade Schleicher.
Todas estas explicaciones se entienden muy bien al conocer los detalles de la prueba. Ésta no consiste simplemente en leer unos textos que aparecen en la pantalla de un ordenador, sino que los alumnos tendrán que buscar información en una aplicación electrónica que simula Internet y que ayuda a responder a las preguntas. Igual que el que navega por la Red, de una información a otra interconectada, el alumno tendrá, por ejemplo, que navegar hasta un texto, leerlo, sacar la información necesaria para contestar y responder a través de la pantalla. «Los buenos lectores en formato digital deben ser capaces de navegar alrededor de los textos a través de información explícita y de hipervínculos, además de dominar las herramientas de navegación por Internet, como los menús», explicaron en una conferencia Juliette Mendelovits, Tom Lumley y Barry McCrae, del Instituto de investigación educativa de Australia, país que también participa en la versión digital de Pisa 2009.
Además, la prueba intentará evaluar si los jóvenes son capaces de «juzgar la relevancia y la corrección de una información (algo necesario para utilizar cosas como Google o Wikipedia), a diferencia del uso de una enciclopedia, donde la información ya está ordenada y se asume que es correcta», añade Schleicher. «Por supuesto, todas esas habilidades de alguna manera estarán correlacionadas con las de la lectura tradicional, pero mucho menos de lo que a menudo se asume», continúa el director de Pisa. De hecho, los resultados de la prueba de lectura electrónica se ofrecerán de forma independiente de los de lectura impresa. Los estudiantes tendrán 40 minutos para completar 27 preguntas de la prueba electrónica, a diferencia de las dos horas que tienen para completar las pruebas sobre papel de matemáticas, ciencias y lectura.