Después del gran éxito de la selección española de fútbol femenino con su victoria en el Mundial se ha vuelto a abrir el debate sobre la diferencia retributiva entre el fútbol masculino y el fútbol femenino. La ministra de Trabajo ha dicho “la Inspección de Trabajo ya está actuando en nuestro país para corregir las diferencias retributivas que tienen las deportistas femeninas y los deportistas masculinos” refiriéndose al caso del fútbol. En este artículo voy a exponer cuales creo que son las medidas que deben llevarse a cabo para que el resultado sea una convergencia en salarios entre los hombres y las mujeres en fútbol y el por qué acudir a la Inspección de Trabajo puede ser una muy mala idea. En Economía sabemos bien que ha habido muchas políticas que tenían un propósito y que consiguieron justo lo contrario. En mi opinión, acudir a la Inspección de Trabajo podría engrosar este listado de políticas fallidas.
En primer lugar datos. Las mujeres futbolistas ganan mucho menos dinero que sus compañeros masculinos. Según Forbes, Alex Morgan fue en 2022 la futbolista que más dinero ingresó con 7,1 millones de dólares. En tercera posición aparece nuestra Alexia Putellas con unos cuatro millones de dólares. En cambio, en masculino el noveno clasificado de la lista Forbes, nuestro Andrés Iniesta, ingresó 30 millones de dólares. Pero, las diferencias abismales no sólo se producen en la parte alta sino también en los ingresos de la parte baja de la élite. El salario mínimo en La Liga fue en la temporada pasada de 182.046 euros brutos al año mientras que en la Liga F fue de 16.000 euros brutos. Según alguna estadística el 10% de las futbolistas cobró esta cifra mientras que es relativamente raro que un futbolista de La Liga sea contratado por el sueldo mínimo. De hecho, el sueldo medio del equipo que menos gastó en salarios está por encima de 600.000 euros, cifra cercana a los salarios de las mejores futbolistas de la Liga F. Es decir, es evidente que los futbolistas masculinos ingresan mucho más dinero que las futbolistas.
Es posible identificar hasta cuatro fuentes de ingresos para los y las futbolistas profesionales: sueldo equipo, ingresos selección, ingresos por derechos de imagen y ayudas públicas para promover el rendimiento. A continuación voy a analizar cada una de las fuentes de ingresos.
En fútbol, al contrario que en muchos deportes, las ayudas públicas suponen una parte pequeña de los ingresos de los deportistas profesionales. En cualquier caso, mi percepción es que en estas ayudas no existe discriminación de género y en el caso de haberla ésta sería favorable a las futbolistas. Con lo cual creo que poco se puede hacer en esta vía para disminuir la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el fútbol.
Los ingresos por derechos de imagen suponen un porcentaje importante de los ingresos para los y las futbolistas más importantes, pero suponen unos ingresos nimios para la gran mayoría de futbolistas. Las marcas están dispuestas a pagar grandes sumas de dinero a personas que crean que les van a ayudar a conseguir sus objetivos vía diferentes tipos de colaboraciones. En este sentido, si el fútbol femenino sigue su progresión y las futbolistas más importantes terminan de abandonar el anonimato y se convierten en celebridades lograrán grandes emolumentos. Mi predicción es que varias jugadoras de la selección femenina lograran ingresos más que importantes a través de esta vía. Pero es complicado pensar que una jugadora cualquiera de un equipo cualquiera de la Liga F vaya a conseguir grandes ingresos a través de sus derechos de imagen. Si alguien tiene como objetivo que las futbolistas consigan más dinero por esta vía lo que se debe hacer es seguirlas a través de sus redes sociales pues las cifras de seguidores se usan para predecir el impacto que puede tener una campaña de publicidad usando la imagen de alguna jugadora.
Las jugadoras que participan con la selección española tienen derecho a recibir estipendios de dos formas. En primer lugar, las jugadoras pueden recibir premios directamente de la organización por resultados en los torneos como ha ocurrido en el último Mundial femenino donde el premio por jugadora, que recibían directamente de la FIFA, iba desde los 30.000 dólares a los equipos que participasen y no pasasen de la fase de grupos a los 270.000 dólares que recibirán las jugadoras españolas por haber ganado el Mundial. Estos premios los decide el organizador, en este caso la FIFA en base a los ingresos que sea capaz de generar y que no se destinen a otros gastos organizativos. Los principales ingresos de un organizador de un evento de este tipo son la venta de entradas, los patrocinadores del evento y los ingresos que se logren de los derechos de emisión. Es obvio, que a mayor número de telespectadores previstos las cadenas de televisión estarán dispuestas a pagar más dinero por los derechos. La FIFA rechazó varias ofertas de cadenas aludiendo que eran cifras muy bajas para lo que los partidos de un Mundial femenino merecían mientras que las cadenas, especialmente las europeas, aludían a los inconvenientes que podría generar los horarios, dado que los partidos se disputaban de madrugada o de mañana para la zona horaria europea.
Las federaciones pueden complementar estos premios directos pues tendrán ingresos tanto por premios en los torneos, por ejemplo la RFEF recibirá de la FIFA más de cuatro millones de dólares al haber resultado campeonas del mundo, como por los patrocinios y derechos de imagen. Así, por ejemplo, la prima pactada por ganar el mundial masculino de 2014 entre jugadores y federación fue de 720.000 euros por jugador. En este sentido, las federaciones pueden escoger entre que las primas y estipendios sean iguales entre hombres y mujeres como Noruega ha hecho, particularizar para cada grupo en función de los ingresos que sean capaces de generar para la federación cada uno de ellos o bien un híbrido. En el caso español es importante tener en cuenta que la RFEF renuncia a la subvención que le podría corresponder del CSD al entender que genera recursos propios suficientes para desarrollar sus funciones con normalidad.
Para la mayoría de futbolistas profesionales tanto hombres como mujeres el principal ingreso es el sueldo (más posibles primas por rendimiento) que reciben de sus equipos. En España conviven dos tipos de equipos en el fútbol profesional: Sociedad Anónimas Deportivas (SAD) y clubes deportivos si bien la función objetivo es la misma para ambos: obtener los mejores resultados deportivos sin gastar más de lo que se ingrese en el largo plazo.
Un aspecto para tener en cuenta es ver cómo ha evolucionado la Liga F. En la temporada 2011/2012 había 18 equipos de los cuales nueve equipos no participaban en La Liga (Sporting Club Huelva, Zaragoza CFF, San Gabriel, Llanos Olivenza, Collarense, Lagunak, Estartit, El Olivo y Reocin). Si bien, los siete primeros clasificados en esa temporada contaban con equipo en La Liga. Es decir, los equipos masculinos no tenían el dominio de La Liga F en cuanto a número pero sí en cuanto a calidad. En cambio, en La Liga F que va a comenzar en breve de los 16 equipos sólo cuatro (Unión Deportivo Granadilla Tenerife, Madrid Club de Fútbol Femenino, Sporting Club Huelva y FC Levante Las Planas) no cuentan con equipo profesional masculino. En este lapso ningún equipo femenino sin equipo profesional masculino quedó entre los tres primeros de La Liga F.
Con estos datos una pregunta que uno puede hacerse es ¿por qué cada vez hay más dominio en La Liga F de los equipos de clubes con equipo en La Liga? La respuesta seguro que es compleja y tiene varias posibles explicaciones pero en mi opinión dos son los factores más relevantes. En primer lugar, los clubes de La Liga cada vez consideran más importante tener un equipo y una estructura femenina competitiva. En segundo lugar, los ingresos de un equipo de La Liga F dan para cubrir con dificultades los gastos asociados al equipo. Los clubes con equipo en La Liga tienen más músculo financiero y pueden asumir temporadas con más gastos que ingresos. En muchos casos será una inversión que se puede recuperar, como dato relevante la sección femenina de fútbol es posiblemente la única sección del FC Barcelona en la que los ingresos son mayores que los gastos.
Entonces, ¿qué sucedería si se impone que los salarios de los futbolistas deben ser iguales que los de las futbolistas? Esto podría hacerse de dos formas, uno imponer a los clubes con equipo profesional masculino y femenino que se gasten la misma cantidad en salarios en sus equipos femeninos y masculinos y en segundo lugar establecer que el salario mínimo sea igual en La Liga y en La Liga F. Esta última medida si lo que se hace es igualar los 20.000 euros de salario mínimo en La Liga F con los aproximadamente 200.000 euros de La Liga las cuentas son sencillas: 20 jugadores aproximadamente a 200.000 euros son unos cuatro millones de euros por temporada. Esta cifra es muy superior a los ingresos de todos los equipos de La Liga F sin fútbol masculino, con lo que sería una medida que llevaría al descenso de categoría a los equipos sin equipo masculino. En cambio, si se establece que los equipos deben gastar el mismo dinero en salarios en sus equipos masculinos que femeninos pueden pasar dos cosas. La primera es que los clubes accedan a esta petición a sabiendas de que contarán con equipos femeninos potentes a costa de mermar el potencial del equipo masculino. En cambio, lo más posible es que muchos clubes se replanteen su estrategia de contar con equipos masculino y femenino de élite y renuncien a tener el de chicas por el alto coste a incurrir dados los ingresos que generan. Así, lo más probable es que cualquier medida extrema que intente igualar los salarios entre los equipos de fútbol masculino y femenino consiga lo opuesto de su objetivo pues ni los clubes sólo con equipo femenino podrán abordarlo y muchos clubes con equipos masculinos y femeninos de élite, sino todos, renunciarán al equipo femenino. Obviamente este razonamiento es si se pide igualar, si lo que se impone es acercar es posible que la medida sea más exitosa.
Para concluir, los salarios que reciben los deportistas de sus clubes están relacionados directamente con los ingresos que sean capaces de generar pues al menos en España los equipos a pesar de ser SAD intentan maximizar sus logros deportivos dado los ingresos que sean capaces de generar. En este sentido, es importante que La Liga F no cometa errores pasados de La Liga donde los equipos gastaban más de lo que generaban y tuvieron serios problemas de sostenibilidad. Para poder subir salarios es imprescindible generar más recursos. Para ello lo que hay que conseguir es que haya más aficionados viendo La Liga F y que estén dispuestos a pagar tanto por ver los partidos en el campo como por televisión, así como pagar por obtener productos de merchandasing. Esto atraerá a más patrocinadores y La Liga F será más fuerte e interesante con lo que se puede volver al inicio del círculo virtuoso de tener más aficionados. Por parte de las entidades públicas queda apoyar en todo lo que puedan y especialmente los medios públicos de comunicación deben emitir más noticias de La Liga F de lo que hacen ahora. Pero la Inspección de Trabajo debe ocuparse de otros temas pues de lo contrario es muy posible que se consiga lo contrario de lo que se pretende.