Autores: Julio del Corral (@jdelcorraltm) y Andrés Maroto (@jazzandmar)
Hace unos días la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB) anunciaba su tradicional premio al mejor entrenador de la primera vuelta de la Liga Endesa (ACB). Este año el galardonado fue Pablo Laso, entrenador del Real Madrid. La noticia pronto dio lugar a un debate (abajo se observa una muestra de algunos de los comentarios al respecto) que no, por ser habitual y repetido cada vez que se otorga un premio de este estilo, deja de tener su relevancia periodística y académica para todos los que amamos el baloncesto o trabajamos en su análisis.
Con esta entrada no se trata de menospreciar el trabajo de Pablo Laso al frente del Real Madrid al que ha llevado a una época no sólo de buenos resultados sino también de buen juego que ha revertido completamente la inercia de la sección blanca de baloncesto en la última década. Sin embargo, sí que queremos contribuir a que el criterio con el que se otorgan estos premios pueda ser más “objetivo” porque, a pesar de la presunta objetividad de los indicadores usados para esta clasificación (baremos, rivales, partidos en casa/fuera…), ha caído en el histórico error de premiar únicamente el número de victorias y no el rendimiento o eficiencia real de los entrenadores. Por esta razón, y como en ocasiones anteriores[1], os presentamos una medida objetiva sobre la eficiencia de los entrenadores ACB durante la primera vuelta de la presente campaña 2019-2020.
Esta clasificación[2] se basa en la distribución de probabilidad de victorias de cada equipo y según este indicador el mejor entrenador en esta primera vuelta de la temporada (como se observa en la tabla adjunta) habría sido Álex Mumbrú, con una eficiencia del 98%, que ha llevado a un recién ascendido como el Retabet Bilbao Basket a jugar la Copa del Rey con un balance de 10-7 y una diferencia respecto a las victorias esperadas de +3,4. Igualmente sobresaliente ha sido el rendimiento de Porfi Fisac (97%) con el Casademont Zaragoza (diferencia de +3,1 con un balance de 12-5) y de Txus Vidorreta (91%) con el Iberostar Tenerife (+2 con un balance 11-6), ambos equipos clasificados como cabezas de serie para la próxima Copa del Rey de Málaga. Sin embargo, podemos observar a Pablo Laso sólo en la sexta posición, con una eficiencia del 72% y un diferencial de +0,5 victorias (balance 14-3).
Según esta clasificación los peores resultados serían los obtenidos por Alexander Dzikic con el Movistar Estudiantes, con una eficiencia únicamente del 17% y un diferencial de -2.3; Sito Alonso con el UCAM Murcia (15%, -2.5); y, finalmente, Velimir Perasovic con el Kirolbet Baskonia (10%, -2.8). Valga como dato curioso que los tres casos de entrenadores destituidos tras esta primera vuelta (o durante la misma) se encuentran entre los cinco peores datos de eficiencia de nuestra clasificación.
[1] Enlaces a los trabajos 2008-2014, 2013-2014, 2014-2015, 2015-2016, 2016-2017, 2018-2019.
[2] Este método está validado dentro de la comunidad especializada y los resultados para temporadas anteriores pueden verse en un artículo que se publicó en el Journal of Sport Economics.