La aprobación de la Constitución Española en 1978 inició la etapa democrática en la que se enmarca la producción artística sobre la que se trata en este ensayo. En el ámbito escénico, el cambio de régimen tuvo consecuencias importantes. Las más visibles fueron el fin de la censura, la apertura al exterior, la creación de nuevas instituciones públicas y el notable aumento de las subvenciones públicas, que alcanzaron también al teatro y la danza de creación.
Aspectos de la transición
En un contexto cultural internacional marcado por el pensamiento postmoderno, el fin de la censura, que había condicionado el trabajo de la generación anterior, y la creciente confianza en las nuevas instituciones democráticas favorecieron una progresiva orientación de los creadores hacia motivaciones de índole estética o a un tratamiento mucho más abstracto de la cuestión política. Uno de los grandes éxitos del teatro independiente español en 1978 fue Antaviana, de Dagoll-Dagom, un espectáculo basado en cuentos de Pere Calder que fascinó por su contenido poético-mágico y la calidad estética de la escenificación. Se trataba de un nuevo modelo, que respondía a la política real con poesía e imaginación, y que proponía una alternativa a los modos de hacer del teatro independiente de la época anterior. […]
Texto publicado en ARTEA / José A. Sánchez (dir.), Artes de la escena y de la acción en España 1978-2002, Cuenca, UCLM, 2006, pp. 15 -24. ISBN: 84-8427-440-3