De vez en cuando, mis alumnos me preguntan sobre algún libro de divulgación sobre la Química que pudieran leer cuando llegan las vacaciones. Y siempre les recomiendo el mismo, para empezar. El mismo con el que yo empecé a amar la Química, cuando andaba por aquellos años 80 tan añorados ahora: EL ELECTRÓN ES ZURDO (Y OTROS ENSAYOS CIENTÍFICOS). Es un libro pequeño, manejable y lleno de Ciencia y de científicos, contado todo por uno de los mejores divulgadores (quizá el mejor) de todos los tiempos: Isaac Asimov. Asimov dedicó gran parte de su vida a la divulgación de la Ciencia, en general, y de la Química en particular, ya que él mismo era bioquímico de formación. Grandes obras suyas son Guía de la Ciencia para el hombre inteligente y su ampliación Nueva guía de la Ciencia, donde relata descubrimientos y hechos de una gran variedad de campos, siempre centrándolos en su contexto histórico. Otro libro para recomendar a un estudiante que quiere bucear en la divulgación de la Química es Breve Historia de la Química. En este libro se expone cronológicamente el desarrollo de la Ciencia Central, desde la Prehistoria, hasta llegar a las reacciones nucleares. Igualmente, es mundialmente famoso su libro El Universo, que permite una iniciación a la Astronomía, desde un lenguaje muy asequible. Su gusto por la Historia se refleja no solo en sus escritos de divulgación científica, sino también por su obra en este campo, sobre todo dirigida al estudio de la antigua Grecia o de Roma.
Y es por todos conocida su amplia obra sobre Ciencia-Ficción que se recoge en la emocionante y, en ocasiones, inquietante Saga de la Fundación, una historia del futuro de la Humanidad, en la que están incluidas sus novelas sobre robótica, término inventado por él, donde se establecen las famosas tres leyes:
- Primera ley: Un robot no puede hacer daño a un ser humano ni, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
- Segunda ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando estas entren en conflicto con la primera ley.
- Tercera ley: Un robot debe proteger su propia integridad, siempre y cuando esto no impida el cumplimiento de la primera y segunda ley.
Pero volviendo al libro del comienzo, en El electrón es zurdo se recoge una serie de artículos de Asimov que van desde las Matemáticas a la Física, y que se centran en la paridad y la asimetría (y la quiralidad) tanto a nivel atómico y molecular, como en los seres vivos. Para acabar, el artículo que más me impresionó es el titulado Morir en el laboratorio. En este apartado, se habla de los comienzos en la química del flúor y el efecto, letal, sobre las vidas que de los que se dedicaron a ello. Es verdad que cuando uno tiene ilusión por hacer de la Química su carrera profesional, que le hablen de morir en el laboratorio no entra dentro de sus objetivos a corto plazo. Pero hasta hablando de eso, Asimov, consigue hacerlo interesante. Si de algo hay que morir, por la Ciencia parece un buen motivo ¿o no?