Reproduzco la siguiente noticia que aparece en el País de 24 de abril por Susana Pérez de Pablos.
Quién le iba a decir al florentino Antonio Meucci cuando en 1854 inventó el teléfono que su descubrimiento acabaría ayudando a la alfabetización. El teléfono móvil ofrece ya tantas posibilidades que da casi vértigo pensar que hará por nosotros en el futuro. Pero, sin duda, sus aplicaciones más interesantes no son las que van destinadas a hacernos la vida más fácil a los que vivimos en lugares del mundo privilegiados sino las que ayudan a darles el mínimo que debería tener a los que habitan en las zonas menos privilegiadas.
Un reciente estudio, que ha presentado la Unesco junto a dos entidades relacionadas con el mercado de estos dispositivos móviles (la ONG Worldreader y la empresa Nokia), incide en lo que ya llevamos unos años comprobando: que la penetración de la telefonía móvil en los países en desarrollo está contribuyendo a que millones de personas que no tienen acceso a los libros en papel puedan leerlos, impulsando así su acceso a la cultura y también la alfabetización hasta en las zonas más remotas de África, Asia o América Latina.
«La lectura en dispositivos móviles no es un fenómeno del futuro sino una realidad», resalta el informe. Los datos de Naciones Unidas más recientes señalan que de los 7000 millones de personas en el mundo, 6000 tienen acceso a un teléfono móvil. La expansión de esta tecnología en los países en desarrollo está siendo imparable.
«Hemos entrevistado como parte de este estudio a decenas de estudiantes, profesores y padres y todos han contado una historia similar: que no tienen acceso a los libros en papel y que están encantados de tener miles de libros gratuitos en su móvil», explica la directora de Edición digital y Plataformas móviles de Worldreader. ¿El obstáculo? El coste de los datos, aunque, según los entrevistados, compensa: solo el 18% lo menciono como un impedimento.
Es más, la lectura en la pantalla de un dispositivo es la única manera de leer que han empezado a conocer miles de niños que viven en países en desarrollo. Algunos porque son sus padres los que les empiezan a leer en estos aparatos. De hecho, un tercio de los encuestados en este estudio aseguraron que habían leído a sus hijos desde sus teléfonos móviles y otro tercio dijo que echa en falta más material de lectura asequible para niños. Se trata de una forma nueva de dar acceso a la lectura y a la alfabetización muy diferente al que conocíamos hasta ahora y que se está desarrollando en más lugares de los que imaginamos.
Para terminar, una curiosidad. Entre los géneros que más se leen en el móvil en los países en desarrollo, el más popular es la novela, como se puede imaginar. Pero el segundo llama la atención: los contenidos sobre religión, según los usuarios de libros digitales de la ONG Worldreader.
Raquel Sánchez Curiel
2º Magisterio «A»
curiel.raquel@gmail.com