Tras haber analizado algunos aspectos de la educación desde la Ley Moyano hasta la promulgación de la LOGSE, he llegado a la conclusión de que la Educación ha sufrido grandes cambios, algunos para bien y otros para mal.
En primer lugar, en cuanto a las instalaciones y aspecto de los colegios, tengo que apuntar que, en general, antiguamente no había ningún edificio que fuese únicamente una escuela, sino que eran casas particulares en las que una o dos habitaciones se habilitaban como clases. Con el paso del tiempo y las reformas educativas, se construyeron centros escolares. Al principio, éstos no estaban en condiciones aceptables pero más tarde, fueron dotados con pistas polideportivas, aulas de informática, música, etc.
Por otro lado, la ratio estaba en torno a 40 alumnos por clase pero más tarde, se crearon los centros escolares de varias líneas; es decir que existían diferentes grupos del mismo curso (1ºA, 1ºB,…). Así, el número de alumnos por clase disminuyó a unos 15 ó 20.
El aspecto que quizás ha evolucionado en mayor medida ha sido la actitud del profesor y su relación con los alumnos. En la época de mis padres y abuelos, el maestro era respetado por todos. Éste estaba capacitado para castigarles e incluso llegaban al maltrato. En cambio, actualmente si el docente da una bofetada a un alumno, sufrirá grandes consecuencias por parte, sobre todo, de los padres. Por lo tanto, utiliza castigos leves como mandarle copiar cien veces o dejarle sin recreo.
Tengo que añadir que la relación profesor-alumno ahora es más cercana. Esto, por una parte, es beneficioso porque los alumnos confían más en el maestro y, en consecuencia, a él le resulta más sencillo enseñarles. Sin embargo, a veces, es tanta la confianza que el profesor da al alumno que éste puede llegar a no respetar, a «vacilar» y dar malas contestaciones al docente.
Respecto a la relación familia-escuela ocurre lo mismo. Muchos padres se preocupan demasiado por sus hijos y llegan a ser demasiado protectores. Esto se convierte en un inconveniente ya que la relación profesor-alumno será más distante. Lo adecuado sería una colaboración en su justa medida por parte de los padres en la escuela, ni tanto ni tan poco.
En cuanto a los contenidos, asignaturas y calificaciones, pienso que antes el objetivo era que los niños dijesen todas las lecciones de memoria y no importaba si las aprendían o no. No conocían otras lenguas como actualmente el inglés o francés, ya que no era necesario. No les enseñaban valores ni aptitudes para aprender a ser persona ni tampoco conocían las TICs, un elemento esencial hoy en día que nos sirve de gran ayuda en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por lo tanto, me agrada que esto cambiara y que en la escuela actual se enseñen tanto lenguas diferentes a la castellana, como el uso de las nuevas tecnologías y el modo de llegar a ser una persona tolerante, pacífica, solidaria, respetuosa, etc. Además se realizan excursiones y actividades extraescolares, las cuales ayudan al alumno a afianzar sus conocimientos y a divertirse aprendiendo.
Por último, como reflexión, creo que la Educación merece el triple de respeto e importancia de lo que actualmente se la otorga, ya que para conseguir que una sociedad evolucione y no decaiga se necesita una formación mínima de todos sus ciudadanos que está y estará siempre en manos de los maestros.
Nuria Díaz Rodríguez
2º A Primaria