LA EDUCACIÓN INFANTIL NO ES SÓLO «JUGAR»

 En la actualidad se cree que la etapa de Educación Infantil es sólo jugar, y claro que los niños se pasan la mayoría del tiempo jugando en las aulas, pero no por el simple hecho de divertirse, sino con un fin, es decir, para conseguir algo. Los niños no pintan «rayas» (garabatos) en una hoja para que estén entretenidos, sino para que cojan fuerza en sus pequeños dedos para que cuando llegue la hora de aprender a escribir lo hagan correctamente. 

Tampoco les leemos un cuento para pasar el rato, sino para que aprendan secuencias temporales, conceptos, valores… en definitiva, les hacemos aprender cosas muy importantes para su desarrollo de una forma divertida.

Aparte de lo dicho anteriormente, todas las clases están planificadas, sabemos cuándo vamos a leer un cuento, dónde lo vamos a hacer, cuánto va a durar, qué queremos conseguir con la lectura de ese cuento y qué vamos a hacer después de leerlo, y siempre teniendo en cuenta que el tema del que hablamos sea algo interesante y motivador para ellos. También se tiene en cuenta las características individuales de los alumnos, si un niño necesita más tiempo para realizar una actividad ¿qué van a hacer los otros niños mientras su compañero termina? O en cambio, si un niño ya tiene adquirido los conceptos, habilidades o actitudes que sus compañeros todavía no han conseguido, tendremos que ampliarle los conceptos y ¿cómo lo haremos? Todo esto demuestra el trabajo previo que hacen los educadores para preparar sus clases.

Todo lo dicho responde a la pregunta que se hacen muchos padres y familias con respecto a la educación infantil: ¿Cómo pueden tener a 30 niños en una misma habitación, sin que den «guerra», si yo sólo tengo a dos y me vuelvo loca/o?

Esta afirmación demuestra el desconocimiento que tienen los padres, y la sociedad en general, sobre la labor educativa que tiene la etapa de educación infantil.

Por esto, en este pequeño artículo me gustaría poner en conocimiento la gran labor que hacen los educadores infantiles y lo poco valorados que están, eso sí, aunque la sociedad no lo valore, nosotros seguiremos disfrutando con nuestro trabajo y seguiremos intentando hacerlo lo mejor posible para que todos los niños que pasen por nuestras manos se diviertan aprendiendo.


RAQUEL RAMIRO NOVILLO