UNA MIRADA HACIA ATRÁS.


    
Con el paso del tiempo, la educación y el entorno escolar ha cambiado debido a la evolución de la sociedad, los cambios económicos, los diversos cambios de leyes,… Si echamos la vista hacia atrás, hacia la Ley Moyano de 1857 con la que la mayoría de nuestros abuelos y abuelas estudiaron, y continuamos hasta la educación actual encontramos muchas diferencias.

Conversando con nuestros abuelos observamos que la gran mayoría han asistido a colegios en los que desde las aulas hasta lo que se enseñaba era muy distinto a lo actual. Remontándonos a los años veinte, podemos observar que las aulas de dicha época solían estar amuebladas con pupitres de madera y una pizarra tradicional y no se encontraba absolutamente ninguna herramienta tecnológica pues sus principales materiales escolares eran el lápiz, borrador y cuaderno. Además, la educación estaba segregada por sexos (chicos en unas aulas y chicas en otras) y las chicas tenían una maestra y los chicos un maestro. Éstos solían ser los encargados de enseñarles todos los conocimientos que debían adquirir, es decir, tenían un solo maestro o maestra para impartir todas las materias, y en raras ocasiones cambiaban de docente al pasar a un nuevo curso.


Los docentes solían enseñar conocimientos muy básicos como leer, escribir, y algo de matemáticas y geografía muy general. De hecho, tenían un único libro llamado Enciclopedia donde aparecían todas las materias. Asimismo, solían enseñar a llevar a cabo actividades cotidianas como costura a cuyas clases solo asistían niñas. La metodología empleada para ello era una metodología muy tradicional en la que las sesiones eran muy teóricas, no realizaban salidas fuera del aula, y los maestros y maestras utilizaban, en los niños, castigos como estar de rodillas, mirar a la pared, golpear con una regla en las manos, incluso dejar encerrado a algún niño o niña durante un tiempo en el colegio absolutamente solo o sola.

Además, la mayoría de los niños comenzaban a asistir al colegio a los 5 o 6 años y aunque era obligatorio permanecer allí hasta los 14, la gran mayoría no finalizaba estos estudios y abandonaban el sistema escolar mucho antes para poder trabajar debido al nivel económico de las familias en aquella época. De hecho, al hablar con mis abuelos y preguntarles si les habría gustado continuar estudiando, todos me dicen: «no, porque aquella época era así y había que trabajar y ayudar a la familia».

Por otra parte, remontándonos a la época de la mayoría de nuestro padres, que estaría comprendida entre los últimos años de la Ley Moyano de 1857 y la LGE de 1970, podemos decir que podemos encontrar algún parecido más a nuestra escuela actual pero escasamente. Los materiales escolares utilizados eran prácticamente los mismos que en la época de nuestras abuelas, las aulas seguían siendo iguales, los contenidos enseñados también,…prácticamente todo era exactamente igual por lo que observamos que de la educación de nuestros abuelos a la de nuestros padres no existen tantas diferencias pero, sin embargo, entre la educación de nuestros padres y la nuestra podemos encontrar gran número de diferencias.

Las diferencias más significativas son: para empezar, que las leyes educativas no eran las mismas, pues la gran mayoría de los estudiantes actuales hemos estudiado con la LOGSE y la LOE (salvo algunas excepciones); la formación escolar actual de los niños y niñas suele comenzar a los 3 años y finaliza a los 16 años (Educación Obligatoria) por lo que los años de formación han aumentado y gran parte de esos alumnos continúan su formación con estudios superiores; las materias impartidas son mucho más variadas y para cada una de ellas se suele usar un libro determinado para dicha materia; los profesores llevan a cabo sus sesiones de manera mucho más dinámica, realizan salidas fuera del aula con los alumnos, elaboran y realizan actividades creativas,… por ejemplo, recuerdo que en Primaria realizábamos talleres, en Navidad actuábamos para nuestros familiares en el Teatro del municipio y nos disfrazábamos de pastorcitas y pastorcitos, venía «Papá Noel» a traernos los regalos de Navidad al aula, íbamos de excursión por ejemplo a la granja escuela,…; referente al material utilizado, la mayoría de las escuelas cuenta con herramientas tecnológicas, ordenadores, proyectores,…
Para concluir, podemos observar, a través de la información recopilada, que la educación ha evolucionado y cambiado mucho en pocos años, y que el nivel económico es un factor, desgraciadamente, muy importante para poder estudiar. Como en todo, hay personas que consideran que se han dado progresos y otros que no tanto, pero personalmente considero que la escuela de hoy en día es mucho mejor y más completa que la anterior, pero algo que me gustaría destacar y que me ha llamado la atención es por qué antes se enseñaba costura y en la actualidad no, quiero decir que hay cosas importantes que vamos abandonando porque son sustituidas por otras que consideramos más importantes. Por ejemplo, para mí igual de importante es tener muchos conocimientos teóricos como saber manejarse en el día a día en nuestro hogar o en la vida cotidiana. En la actualidad, pocas personas jóvenes saben cocinar, coser,… por lo que considero que se están perdiendo grandes tradiciones como, a mi parecer, lo maravilloso que es leer un libro en mano, escribir una carta o recibirla por correo ordinario,… Quiero decir que a través de este informe me podido dar cuenta de que cada sistema escolar de cada época tiene sus cosas positivas y negativas, y que no hay que olvidarse de algunas tradiciones, para evitar que desaparezcan para siempre.

Virginia Díaz-Rullo Aranda.

2ºB Grado en Educación Primaria.