La leche. Parece inofensiva. Para la mayoría es un alimento rico y sano. Pero ¿sabemos lo que estamos tomando realmente?
Es conocido como un alimento rico en calcio, considerado por muchos como la mayor fuente de obtención del mismo. Cada día surgen nuevos tipos de leche: ricas en soja, con omega 3, etc. Pero ¿es tan buena la leche de vaca como se cree? Muchas personas no la toleran y cada día más especialistas la critican. ¿Quién está en lo cierto?
Existen infinidad de médicos que aseguran que el número de personas con intolerancia y alergia a la lactosa está en aumento, lo que demuestra que la leche es realmente mala para nosotros. Los expertos desaconsejan el consumo de la leche ya que es un producto animal que perjudica al ser humano, puesto que nuestro organismo está diseñado para alimentarse de sustancias vegetales.
Otros médicos ratifican a la leche como uno de los alimentos más completos, una fuente natural de calcio, proteínas y aminoácidos esenciales para nuestra dieta.
Sin embargo, debemos saber que nuestro estómago no está adecuado para este alimento. Existen dos enzimas, la renina y la lactasa, que son las encargadas de descomponer y hacer digestible la leche de vaca. Estas enzimas, en casi todos los seres humanos, dejan de producirse a los tres años. A partir de esta edad, la leche que tomamos no es descompuesta por dichas enzimas, con lo que el estómago tiene que hacer muchos esfuerzos para digerirla. A pesar de ello, el alimento no es totalmente asimilado por el organismo, por lo que la leche se queda adherida en los intestinos en forma de pasta. Con el tiempo estas adherencias se fermentan, se secan y se hacen una especie de costra, que con el tiempo da lugar a diversas enfermedades entre las que se encuentran las tiroides, diabetes, alergias, intolerancia a ciertos alimentos, exceso de flemas y mucosidades, tos, catarros, etc.
Por lo tanto ¿realmente necesitamos beber leche? La respuesta es no.
Jonathan Brostoff, profesor del King´s College de Londres afirma que “el ser humano es la única especie que consume leche después de haber sido destetada, además de ser la única especie que bebe leche de otras especies”. También confirma que “más del 75% de la población mundial es intolerante a la lactosa. La mayor parte de esta población reside en países de África y Asia. Por lo tanto, ser intolerante es normal. Solamente en Europa y América podemos tolerar la leche siendo adultos debido a una mutación genética”. Si la mayoría de los seres humanos somos intolerantes a la lactosa, el profesor Brostoff apoya la idea de eliminarla de la dieta. “La gente puede sufrir dolores de estómago durante años y pensar que es normal. Pero cuando dejan de consumir leche se sienten un millón de veces mejor”.
“Los animales no beben leche después de ser destetados y pueden manejarse sin ella. Pueden encontrar el calcio y las vitaminas en otros alimentos. Así que ¿por qué no vamos a poder hacerlo nosotros?”
Pero…si no bebo leche ¿de dónde obtendré el calcio?
Existen una gran cantidad de productos que te aportan el mismo calcio que la leche. Alimentos como el brócoli, las nueces, las verduras, el amaranto, la miel, la avena, la naranja, el polen, la alfalfa, el sésamo, las bayas de goji, la levadura de cerveza, el coco o las almendras te aportan una gran cantidad de calcio que podrá sustituir a la obtenida con el consumo de productos lácteos.
Es difícil eliminar los lácteos de la alimentación y más cuando hemos crecido bajo una cultura alimenticia que nos ha acostumbrado a su consumo. Pero debes saber que la ingesta de dichos alimentos a la larga será perjudicial para ti y para tu familia.
Pon en marcha el cambio. Mejora tu salud.
Buenísima entrada! a los chicos de hoy hay que enseñarles sobre la alimentación.. escuche que en las escuelas los de Kraft Foods Argentina hacían actividades para ayudarlos a crecer sanos.estaría bueno que se siga implementando para todos