La nueva ubicación de este segundo conjunto del molino llevo a una importante modificación del molino original. No sólo era necesario cambiar la fuente de energía sino también su diseño estructural.

Era necesario transformar un conjunto mecánico movido por energía hidráulica con un único eje rotatorio vertical a un conjunto mecánico movido por energía eléctrica al que se incorpora un eje horizontal que debe transmitir el movimiento al anterior eje horizontal.

Junto a estas reformas técnicas, también fue necesario modificar el propio local donde se iba a ubicar.  A tal efecto se tuvo que construir un cerramiento interior a base de tabiquería de adobe con una puerta de doble hoja para acceso a fin de separar esta estancia del resto del local del sótano.

Para dotar de mayor espacio en altura, hubo que eliminar parte de la cámara o desván construido sobre el local.  Se conseguía así una mayor altura para la operación, sin tener que llegar a levantar la cubierta de teja árabe entonces existente, y colocar la grúa o cabria necesaria para levantar las piedras del molino y demás piezas que lo componen.

El espacio ocupado por el local era mayor que la cubierta de teja existente. Esto obligó a ampliar la cubierta, para lo que se empleó como material de cubrición uralita y reforzando la estructura existente con vigas de madera y una viga de hierro a lo ancho del hueco.

Según diversos testimonios orales de personas de esta localidad, la grúa o cabría que existía en el molino, no solo se utilizaba para levantar las piedras de molienda u otros componentes del molino, sino que también se utilizaba de manera habitual, a través de un gancho, para subir los sacos y costales cargados de granos de todo tipo para descargarlos en la tolva.

Prácticamente toda la obra civil se realizó después del montaje del molino, acondicionando todo ello, de la mejor manera posible alrededor del mismo.