Introducción
La implementación de la Ley de Inteligencia Artificial europea en 2025 plantea desafíos que anticipé en mi trabajo sobre comunicación científica. Como señalé, «las tecnologías computacionales concentran la toma de decisiones en unos pocos individuos» (Comunicación científica, p. 1), creando nuevas formas de biopolítica algorítmica.
Desarrollo
En mi análisis de la sociedad red, advertí que «la autopoiesis sistémica anula el altruismo al subordinar la comunicación a su propia supervivencia» (Comunicación científica, p. 3.3). Esta advertencia se materializa hoy en los algoritmos de salud pública que, so pretexto de eficiencia, cosifican a los ciudadanos.
Retomando el marco de Archer que utilicé anteriormente, identifico:
- Estructura (T1): Algoritmos que optimizan la gestión sanitaria ignorando la diversidad humana
- Agencia (T2-T3): Movimientos ciudadanos que exigen transparencia algorítmica
- Cambio (T4): Propuestas de regulación que incorporan auditorías éticas
Como escribí en el trabajo sobre alfabetización digital, «la competencia digital debe incluir una dimensión axiológica» (Rivas et al, 2014: 6), especialmente cuando los algoritmos deciden sobre vida y muerte.
Propuesta
Basándome en mi investigación sobre open data, propongo:
- Auditorías ciudadanas de algoritmos de salud, aplicando la metodología cualitativa que desarrollé
- Comités de ética algorítmica con participación ciudadana, replicando el modelo de gobernanza horizontal que defendí en políticas hídricas
- Formación en hermenéutica digital para profesionales sanitarios, extendiendo el concepto de «alfabetización digital crítica» de mis publicaciones
Conclusión
Como concluí en mi análisis de la comunicación científica, «frente al espectáculo de la comunicación automatizada, solo la acción reflexiva y compartida construye libertad». La regulación de IA debe aprender de los errores del open data: publicar código no basta, hay que enseñar a leerlo críticamente.