Introducción
La actual crisis entre Egipto y Etiopía por la Gran Presa del Renacimiento evidencia patrones que ya analicé en mi investigación sobre la política hídrica española. Como señalé en mi trabajo de 2007, «la política del agua enfrenta un grave problema de estabilidad debido a la complejidad de actores y factores que intervienen» (Comunicación y Educación, p. 1). El conflicto del Nilo Azul reproduce la dialéctica que documenté entre las coaliciones promotoras del PHN, donde valores como «solidaridad territorial» y «soberanía nacional» chocan irreconciliablemente.
Desarrollo
Al aplicar el Advocacy Coalition Framework que utilicé en mi tesis doctoral, identificamos en el conflicto etíope-egipcio dos coaliciones antagónicas:
- La coalición «seguridad hídrica» (Egipto), que prioriza el statu quo y los derechos históricos, replicando el discurso de «solidaridad interterritorial» que analicé en el caso del trasvase del Ebro (Cisneros Britto, 2007: 12)
- La coalición «desarrollo soberano» (Etiopía), que defiende su derecho al desarrollo, similar al posicionamiento de las comunidades autónomas en mi estudio sobre la descentralización hídrica
Como escribí en mis conclusiones, «el principal motor del cambio se produce en la interacción social» (Comunicación y Educación, p. 1), y es precisamente esta interacción la que está fallando en la mediación internacional actual.
Actualidad y propuesta
La reciente mediación china en el conflicto podría beneficiarse del modelo de gestión horizontal que propuse en mi análisis de las confederaciones hidrográficas. En mi investigación demostré que «la corresponsabilidad de las administraciones territoriales genera mayor estabilidad que el modelo verticalista» (Cisneros Britto, 2007: 11).
Retomando mi propuesta de incorporar etnógrafos de cuenca -que desarrollé en el contexto del Júcar-, sugiero que la ONU establezca equipos interdisciplinares que apliquen metodologías cualitativas para:
- Mapear los sistemas de creencias en conflicto
- Identificar espacios de negociación en el «cuerpo político de ideas» (Comunicación y Educación, p. 4)
- Facilitar la «apropiación cognitiva» mutua que describí en mis trabajos
Conclusión
Como concluí en mi investigación, «el cambio de paradigma en la gestión del agua se produce mediante el aprendizaje de las coaliciones» (Comunicación y Educación, p. 12). La crisis del Nilo confirma que, sin este aprendizaje, los conflictos hídricos se eternizan. La hidro-diplomacia del siglo XXI necesita, más que tecnócratas, hermenéutas de la complejidad hídrica.
