Este libro de Fernando Quesada es una invitación al conocimiento y una invitación al juego. En cuanto invitación al conocimiento, propone al lector una visita a los espacios de movimiento de Laban, Forsythe y otros, a las casas coreográficas de Häring, los parques de juego de Noguchi y van Eyck y las plateas en su evolución desde el Renacimiento hasta la actualidad. Pero esta invitación al conocimiento da lugar a una escritura en la que el lector se ve transportado al interior de cada espacio. La curiosidad con la que investiga y escribe Fernando da lugar a un pensamiento que no se detiene en la crítica, sino que se adentra en sus objetos de estudio hasta convertirlos en espacios habitables, espacios para jugar. Como lector, uno se deja contagiar por la curiosidad, y se deja arrastrar por la velocidad del pensamiento, que es también una velocidad de la mirada y una velocidad del cuerpo. A veces a uno le gustaría quedarse un poco más junto al ventanal de una de las casas de Häring o en el terreno de juego de uno de los parques diseñados por Noguchi, pero la escritura lo arrastra hacia delante, como si hubiera aún tantas casas que conocer, tantas plateas que habitar. No importa, porque estamos ante un libro, y uno siempre puede volver atrás, y desde el libro plantear otros viajes.
Este libro es un conjunto de estudios que profundizan en algunos intereses ya anunciados en su excelente trabajo de investigación La caja mágica (2005), que para quien no lo conozca animo también con mucho entusiasmo a leer.