Pequeños drones maniobran de manera más parecida a la de los pájaros.

Los drones son sistemas que tiene variadas aplicaciones, desde hacer vídeos musicales o similares espectaculares hasta la posibilidad de ser usados en misiones militares de alto riesgo. Pero tiene un problema bastante grave: son relativamente «torpes» al moverse por el aire, si los comparamos con las maniobras que cualquier pájaro o insecto es capaz de realizar.

En un artículo reciente un grupo de investigadores logró mejorar lo suficiente el diseño de drones con alas relativamente pequeños como para que pudiera maniobrar mucho más.

Comienzan el artículo señalando que el sistema de vuelo mediante aleteo es mucho más versátil que el sistema de vuelo mediante alas fijas o rotores, que generalmente se usan en los diseños humanos. Continúa comentando que si bien hay algún vehículo alado pequeño que use aleteo y puede realizar varias maniobras, como volar hacia delante y hacia atrás, en círculos y otras, sigue siendo muy raro que puedan permanecer suspendidos en el aire.

El mayor problema no es tanto imitar las formas y estructuras observadas en la naturaleza en animales voladores pequeños, como las pérdidas por la transmisión que se producen desde el motor, que puede ser mucho más potente que el sistema vivo hasta las alas, independientemente del tipo de control o tecnología que el sistema de vuelo del robot tenga. Como ejemplos de tecnologías de vuelo citan alas flexibles que pueden rotar de manera pasiva, sin ayuda de ningún motor y almacenamiento elástico de energía para recuperar parte de la potencia del movimiento.

De hecho, las ganancias aerodinámicas por usar aleteo pueden llegar a perderse debidos a las pérdidas de energía en los engranajes del mecanismo. Los autores del artículo ven que la mayor fuente de pérdidas energéticas en la mecánica del robot es el ángulo del eje de rotor cuando se quiere realizar alguna maniobra con las alas. De hecho, comprobaron que en sistemas de transmisión directa desde el motor hasta el ala, es el problema del giro del eje el que causa mayor cantidad de pérdidas por rozamiento.

Por eso diseñaron un sistema de transmisión más eficiente, con sistemas elásticos para prevenir el giro del eje y rodamientos, de manera que minimizaron las pérdidas de energía por rozamiento y pudieron además hacer que las alas realizaran giros mucho más bruscos de lo habitual. Además, para aumentar la maniobrabilidad de su robot le añadieron una aleta en la cola, como hacen muchos pájaros.

Su diseño, en la figura siguiente, usa rodamientos para estabilizar el eje y Nylon como material elástico capaz no sólo minimizar los problemas de giro, sino también de almacenar parte de esa energía elástica y usarla en maniobras de vuelo.

Esquema del sistema de transmisión. Los rodamientos, «bearings» en inglés, están marcados en rosa, mientras bisagras de Nylon en líneas tenues violetas. La transmisión de la fuerza del motor al ala se hace mediante una biela, que es parcialmente visible en el esquema central. La foto de la derecha es una vista superior de todo el sistema de transmisión.
De la figura 2.D del artículo citado.

Como se ve, el Nylon se emplea en el sistema que tiene que doblarse para transmitir parte del movimiento del motor a los ejes que soportan las alas, que a su vez son también elásticos. Este sistema les permite tener un motor más pequeño para generar el mismo empuje que uno más grande con hélice, un sistema más habitual.

Al tener una cola que se puede mover, cuando la cola está en posición que los autores denominan «neutra», resulta que el robot presenta estabilidad pasiva, sin necesidad de sistemas activos en varias situaciones de interés(1). Esencialmente, cuando se queda quieto en una posición y cuando planea. Además, al ajustar la posición de la cola se puede ajustar la actitud(2). En general, la estabilidad del robot cuando estaba quieto depende del efecto pendular, que se consigue colocando las alas que generan el empuje por encima del centro de gravedad, como los canarios. Sin embargo, este sistema no podía emplearse directamente en planeo, porque el centro de gravedad ya no está por encima de las alas. Para mantener la estabilidad en planeo, tuvieron que modificar tanto el sistema motor como la cola, haciendo esta última con una superficie similar a la de las alas, como la figura siguiente muestra.

Fotos de frente y de perfil del robot. G indica el centro de gravedad del aparato, T el empuje que genera y W su peso. Por eso indica que T>W para elevarse verticalmente. Adaptada de la figura 1.A del artículo citado.

Con este diseño, pudieron controlar el robot de una manera tan espectacular como la que muestra la figura de abajo, que resume todas la maniobras que puede realizar.

Ilustración de todas las maniobras posibles. En naranja, la subida y permanencia estática, en verde el vuelo casi paralelo, en el recuadro superior derecho el giro brusco deltante de un obstáculo y en amarillo el vuelo inclinado y subida. Adaptado del artículo citado, película 1.

El artículo continúa explicando algún detalle más técnico, proporcionando algunas relaciones básicas para entender que gran parte de la maniobrabilidad demostrada se debe a su capacidad de cambiar rápidamente y sin un gran consumo de energía el coeficiente de rozamiento ofrecido, lo que le permite emplear el aerofrenado para moverse, a semejanza de varios pájaros. Posteriormente, comparan su sistema con otros sistemas de vuelo en términos de capacidad de proporcionar empuje respecto a la potencia eléctrica consumida(3), observando que su sistema presenta la mayor pendiente de todos, como indica la figura de abajo.

Potencia eléctrica media consumida frente a empuje proporcionado. Los círculos y triángulos son diversos tipos de hélices, las aspas rojas su diseño con bisagras rígidas y las aspas azules su diseño con aspas de Nylon. Su mayor capacidad es clara. Adaptado de la figura 4.A del artículo citado.

Termina el artículo con detalles muy técnicos sobre como puede maniobrar tan bien el robot, y examinando también parte de los métodos empleados en sus mediciones.

El artículo se publicó en la revista Science Robotics, volumen 5.

(1) La diferencia, en general, entre sistemas pasivos y activos está en que los sistemas activos precisan de algún tipo de reacción, y por lo tanto consumo de energía, tanto en el cálculo como la producción de esa reacción, mientras que los pasivos se regulan sin necesidad de intervención externa.

(2) La actitud del robot no tiene nada que ver con su comportamiento, sino con su orientación respecto al plano. Así, el ángulo de actitud del robot es el ángulo respecto al plano del suelo del mismo.

(3) Como usan motores que trabajan a voltajes constantes, esta potencia eléctrica es el producto directo del voltaje que consume el motor por la intensidad de corriente, VI, y así lo representan.

Sistemas de recogida de objetos con robótica blanda

Una de las cosas más difíciles de conseguir en robótica es algo que casi todos los humanos poseemos de serie: Un sistema de recogida de objetos capaz de recoger muy diversas formas, pesos y resistencias sin ni romper ni que se le caigan. En nuestro caso, tal sistema se llama mano.

Pero en robótica es muy, muy difícil lograr algo similar, con las capacidades que se precisan, y que, además, sea fácil de controlar. Nuestro cuerpo posee un sistema de control complicadísimo, que es por lo tanto difícil de replicar. Es más, es tan complicado, que tardamos bastante tiempo desde que nacemos hasta que somos capaces de coger casi cualquier cosa. Luego, a pesar de su indudable versatilidad, no es un buen modelo para aplicaciones industriales, que deben ser sencillas de mantener y lo más baratas posible.

Unos investigadores del MIT y otrso centros están un paso más cercano de conseguir ese sujetador universal, fácil de hacer y mantener y que es capaz de agarrar objetos diversos en forma, tamaño y fragilidad. Y de una manera muy inesperada: usando esferas creadas con una superficie plástica arrugada como si fuera un tipo de origami, y la aplicación de vacio mecánico en su interior.

Como la siguiente fotografía muestra, es capaz de agarrar todo tipo de objetos, incluyendo varios alimentos:

La imagen superior muestra tres de los sistemas de sujeción desarrollados, con su <<esqueleto>> de origami delante y el material plástico de bajo coste sobreimpreso. En las imágenes de abajo, de la (b) a la (k), se observa como captura una gran variedad de objetos y formas, incluyendo alimentos muy frágiles. Imagen extraída del artículo citado.

Su principio de funcionamiento, como el de todas las muy buenas ideas, es engañosamente simple: Se trata de que la estructura de su membrana, al colapsarse sobre si misma cuando se hace el vacío en su interior, rodea al objeto que se desea coger, con una fuerza considerable. ¡Puede realizar 120 N de fuerza!

En la siguiente imagen se muestra mejor este funcionamiento:

En la imagen superior se observa un esquema del esqueleto del sistema cuando está sin vacío y con él, mientras que en la inferior se observa el plegamiento dirigido por el origami.. Fíjense que rodea al objeto con el vacío por la estructura en origami del <<esqueleto>>. Imagen obtenida del artículo citado.

Los investigadores emplearon lo que llaman la <<bola mágica>>(1) de origami, un sistema que es bien conocido por los amantes de origami, y que consiste en dobleces tales que una esfera que se aplasta vuelve al estado esférico al cesar la fuerza inicial. Cuando uno de los extremos es fijo, entonces, las tensiones son tales que el otro se cierra o abre sobre sí mismo, produciendo el deseado agarre. Esta bola mágica forma el esqueleto de sus sistema de agarre, con una lámina que lo rodea, que permite formar vacío alrededor del esqueleto como la segunda parte.

El proceso de fabricación está muy bien descrito, y parece engañosamente simple. Emplearon dos tipos de plásticos distitntos, con sus formas de fabricarlos.

Un sistema empleó goma de silicona como material plástico. Entonces, tuvieron que imprimir unos moldes con una impresora 3D, y luego usar esos moldes para hacer las 16 piezes finales de la bola.

En otro de los sistemas decidieron, como en trabajos anteriores, emplear materiales composites(2), de forma que tuvieron que diseñarlo y luego hacerle cortes de precisión con un sistema láser de cortado. Luego, usando sus propiedades de memoria de forma, lo calentaron a la temperatura de plegado y se autoensambló.
El artículo termina en sus páginas finales describiendo las pruebas de agarre de los diversos prototipos que han hecho, pero me parece que es menos interesante.

Si están interesados en leeerlo, pueden hacerlo desde este enlace, porque los autores han dispuesto que sea un artículo abierto: A Vacuum-driven Origami “Magic-ball” Soft Gripper

Notas:

(1) Un enlace donde explican como hacerla es: Origami

(2) Composites: Materiales formados por diversas capas de materiales puros distintos, que juntos forman un material con propiedades que ninguno por separado podría tener. En este caso, es un composite activo, con memoria de forma.

Prótesis capaz de percibir tacto y dolor

Recientemente se ha publicado un artículo en la revista Science Robotics en el que se describe una prótesis con un recubrimiento que imita la piel humana, al menos en la transmisión de sensaciones de tacto y dolor, algo que hasta ahora estaba vedado a sistemas protésicos.

Comienzan explicando lo obvio: Nuestro sistema sensorial es fundamental para obtener información del mundo exterior, incluyendo por supuesto el sentido del tacto que, junto con nuestro propio sentido de nuestra posición(1), nos permite realizar tantas tareas cotidianas con nuestras extremidades, especialmente las manos.

Dentro de este sentido del tacto, la importancia del dolor es muy fuerte: nos permite saber si una superficie o algo que tocamos es seguro o no. Por eso ha habido una investigación muy intensa en los últimos años tratando de lograr algún tipo de retroalimentación sensora de las prótesis a sus usuarios, para lo cual se han seguido varios caminos.

Por ejemplo, se han publicado estudios con varios sistemas sensores capaces de proporcionar información sobre la posición de la prótesis al ususario, pero los avances más significativos han sido la demostración de la capacidad de proporcionar sentidos artificiales del tacto a amputados mediante electrodos implantados o simplemente en contacto con el cuerpo del paciente.

El avance fundamental de este artículo estriba en la inclusión del dolor como posibilidad a sentir desde una prótesis, lo que esperan que ayude a crear y diseñar sistemas más realistas y cómodos para los ususarios.

Para ello, desarrollaron dos sitemas distintos: una <<piel sintética>> con capacidad del sentido del tacto y una interfaz neuromórfica(2) que, combinados, dan al paciente la capacidad de sentir no sólo el tacto de lo que está tocando la prótesis, sino también de sentir dolor de la misma.

El esquema de funcionamiento se muestra en la siguiente figura:

Adaptada del artículo. Esquema de cómo funciona el sistema para porporcionar tacto. La piel sintética recibe una señal, que se codifica por su controlador en una serie de pulsos eléctricos similares a los producidos por una extremidad viva, y que alimentan un estimulador que envía las señales directamente al cerebro mediante cables insertados debajo de la piel.

La piel sintética funciona imitando la natural, con dos capas diferenciadas con distintas sensibilidades, que ayudan a poder percibir las formas de los objetos que se estén tocando.

Para ser capaces de darle retroalimentación de los datos de la prótesis al usuario, mediante el uso de cables intertados bajo la piel, TENS siguiendo sus siglas en inglés(3) proporcionaron estímulos al cerebro del paciente, para que el les dijera qué estaba <<sintiendo>> de su miembro ausente, es decir, qué regiones percibía como tocando algo (el dedo índice de la mano izquierda, el de la mano derecha, etc) de manera que elaboraron un mapa de qué estímulos le decían a su cerebro que estaban tocando el miembro amputado. Con ellos, podían engañarlo para decirle que un dedo estaba tocando algo, cuando en realidad producían la señal desde la prótesis.

Para imitar la percepción espacial de objetos, la piel artificial estaba dividida en partes discretas, de tal forma que según el número y situación de las partes de la piel activadas, el sistema de retroalimentación era capaz de mapear una forma del objeto que estaba siendo tocado y transmitirle esa información al paciente. Las diversas formas de distribuir la presión en los sensores para tres objetos muy diferentes las muestran los autores en su figura 4, que reproduzco:

Adaptada del artículo citado. La primera fila desde arriba muestra los diversos objetos, todos del mismo largo, que la prótesis percibió. La segunda y tercera enseñan las señales de presión y su situación en el sensor de la punta del dedo y la última las señales eléctricas que se enviaron.

Para terminar de mejorar el sistema, añadieron la capacidad de hacer percibir al sujeto dolor de la prótesis cambiando la frecuencia y duración de las señales que emitieron mediante TENS(3) a su cerebro, y además proporcionaron, a modo de prueba, un cierto sistema reflejo a la prótesis capaz de soltar aquello que le causaba dolor sin intervención consciente, de un modo muy similar a como funciona el sistema reflejo humano real.

El artículo original se puede encontrar en:

Prosthesis with neuromorphic multilayered e-dermis precieves touch and pain,

Science Robotics  20 Jun 2018. Vol. 3, Issue 19, eaat3818
DOI: 10.1126/scirobotics.aat3818

https://robotics.sciencemag.org/content/3/19/eaat3818

Notas:

(1) Llamado propiocepción, una características de los seres humanos que se considera ya un sentido como la vista, el oido, etc.

(2) Interfaz neuromórfica: Quieren decir un sistema de comunicación entre la piel y el usuario que imita el sistema neuronal humano.

(3) TENS: Transcotaneus Electrical Dermal Stimulation, Estimulación eléctrica dermal transcutánea.

Uso de enjambres de robots para crear estructuras

Los seres vivos pluricelulares son algo profundamente curioso, por poco que uno se ponga a pensar en ello: De una unión de dos células, se produce un ser con millones o más células perfectamente diferenciadas y organizadas en tejidos, y todo ello sin intervención externa, un proceso denominado «morfogénesis». Si se pudiera replicar este tipo de generación de estructuras automáticas con enjambres de robots, se podrían hacer cosas como casas, paredes, estructuras de varios tipos, etc. sin control humano, más allá de dejar los robots en el medio en el que tienen que crear la estructura. Y si estas estructuras tuvieran la capacidad de autorreparación de los seres vivos, tendríamos la posibilidad de construir estructuras autorreparables sin control humano.

Tal posibilidad abre la puerta a llevar enjambres de robots a lugares muy lejanos o peligrosos, dejar que ese enjambre genere una estructura funciona, sin intervención humana, y luego ocupar la estructura.

Un pequeño paso para lograr algo así se ha dado con un gran número de robots: cerca de 300. Uno de los problemas fundamentales en tales estudios está en el propio bloque de construcción: Hasta hace poco, no existían robots pensados para ser usados en enjambre, de forma que los experimentos se hacían con no más de decenas. Pero con el diseño del kilobot, esto ha cambiado. Unos investigadores usaron estos kilobots para programarlos mediante algoritmos que imitaban la morfogénesis biológica mediante dos estrategias:

  • Formación automática de patrones mediante algoritmos de Turing. Estos algoritmos formalizan matemáticamente la generación de patrones por difusión de una o varias sustancias en un sustrato, que se sabe es un mecanismo similar al empleado por los seres vivos en la morfogénesis. Las células vivas cambian su forma en respuesta a la concentración de determinadas sustancias, dando lugar en el crecimiento fetal a diversos tejidos y órganos. En este enjambre de robots se empleó la «concentración» de dos «moléculas virtuales», es decir, cada robot emitía un pulso de color o no, teniendo pues la concentración de la molécula «creadora», la luz, y de la inhibidora, su falta.
  • La migración celular o movimiento de tejido. Este proceso consiste en el movimiento de las células, de forma que los tejidos y órganos que forman se adapten a un determinado patrón.

Los resultados obtenidos son realmente impresionantes, como se puede ver en la figura de abajo:

De la fig. 4.B del artículo reseñado abajo. Se observa la generación de una estructura usando los dos métodos comentados antes para un «pequeño» números de sólo 110 robots..

En estos experimentos, las estructuras no son fijas, lo que dificulta su mantenimiento o uso, pero es un primer paso muy importante en la generación de estructuras sin intervención humana.

El artículo completo se puede consultar en la siguiente dirección: http://robotics.sciencemag.org/content/3/25/eaau9178http://robotics.sciencemag.org/content/3/25/eaau9178