Televisión y Escuela

La Televisión es uno los medios de comunicación más utilizados por la sociedad y ejerce una gran influencia en la forma de actuar y de pensar en el ser humano. El hecho de ver televisión genera una amplia actividad intelectual, consciente o inconsciente que afecta aspectos cognitivos y conductuales de los espectadores.
No está demás señalar que la infancia del ser humano es la etapa más vulnerable en la que la televisión ejerce un gran influjo en el desarrollo de la misma, modificando conductas, imitando modelos o estereotipos, y siguiendo el pensamiento de Sartori: inconscientes del poder de persuasión y manipulación al que son sometidos. ¨La televisión se transforma de vehículo de hechos, en aparato para la producción de hechos, es decir, de espejo de la realidad pasa a ser productora de la realidad¨. (Eco, 1996)
También hemos de señalar las grandes repercusiones de la televisión dentro del núcleo familiar, puesto que es capaz de modificar la interacción y el diálogo familiar.
De ahí la necesidad de resaltar por un lado el problema: ¨ falta de educación sobre el uso y manejo de la televisión¨ y por otro la solución: la relevancia que tiene que los padres y maestros se impliquen en una enseñanza de la utilización de este medio de forma crítica y correcta.
¨UN NIÑO CAMBIANTE EN UN MUNDO CAMBIANTE¨ Nos ha parecido no solo muy creativo este tópico extraído del informe Pigmalión, además es muy acertado, puesto que los niños no solo están en un proceso acelerado de cambios biológicos y psicológicos internos, propios de su proceso evolutivo, además han de enfrentar los cambios sociales y culturales que a un ritmo vertiginoso se abalanzan sobre ellos. Esta generación ha heredado una sociedad en la que la única constante en la vida es el ¨cambio¨. Por lo que se ven obligados a crecer en un mundo que no es como el de sus padres. Como decía Margaret Mead, ¨ los niños son como emigrantes en el tiempo que, por la fuerza de la mutación cultural, se desarrollan en una cultura distinta a la de sus padres¨.
Por lo que nos vemos obligados como docentes a desarrollar una alta capacidad de adaptabilidad y competencias interdisciplinarias, incluyendo por supuesto, las TIC y los medios masivos de comunicación, pues a medida que nuestras competencias sean mayores, mayores serán los recursos que podremos emplear en nuestros esfuerzos por llevar a buen fin el proceso de enseñanza aprendizaje.
Si queremos ser efectivos hemos de evolucionar en un mundo cambiante. No podemos negar el protagonismo que los medios audiovisuales y las TIC han alcanzado. Como bien se afirma en el informe Pigmalión. ¨el mundo no acaba ya en la plaza del pueblo sino que la televisión forma parte de él¨.
Por lo que hemos de ver a esta generación de niños como un ¨renovado diseño humano¨ y ayudar en su formación y desarrollo para sacar el máximo provecho a sus circunstancias y con bases sólidas en el pasado proyectarse hacia el futuro con capacidades ejercitadas de análisis y crítica capaces de distinguir los peligros y las ventajas de los medios.
La evidencia nos dice que los niños pasan la mayor parte de su tiempo frente al televisor y la escuela, por lo que no podemos negar que es un eje central de su desarrollo. Y hemos de poner manos a la obra y potenciar al máximo para obtener los resultados óptimos posibles.
Las conclusiones que saltan de este monográfico son que: Las imágenes proyectadas en televisión influyen en las áreas cognitiva, emocional y conductual de los niños.
Las series infantiles y los dibujos animados deberían inculcar valores y actitudes positivas y utilizar un lenguaje adecuado a la edad madurativa del niño.
No cabe duda, que la televisión es un instrumento cuyos efectos no son ni buenos ni malos, si no que dependen del modo en que se utilice y, que por regla general, están siempre al servicio de intereses políticos y económicos. Por este motivo, debemos en un primer momento tomar consciencia de esta “realidad manipulativa” a la que estamos somos expuestos para, en segundo lugar, poder formar y educar a los más pequeños a la hora de enfrentarse a este medio.
Todos necesitamos hacer un esfuerzo colectivo, padres, maestros e instituciones públicas y privadas para la praxis de la educación televisiva. Como futuros docentes creemos en el potencial didáctico de la televisión pues nos abre un universo de oportunidades aún sin explotar.
Se incluye a continuación los resultados obtenidos a una encuesta realizada a 48 niños de edades comprendidas entre 6 y 12 años  en la provincia de Toledo.

Autores:

García Alatorre Josué 
Rodríguez Pérez-Cejuela Esther 
Sánchez Ramírez Cristina
Grado en Maestro en Educación Primaria, UCLM


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